▓▒░░25. necesito el conejo░░▒▓

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Kubo - Len, ¿qué haces tan temprano por aquí? Apenas y estoy barriendo la calle - citó sorprendido con esa voz de viejecito amable, mientras detenía los movimientos de su escoba para mirarme.

Len - Y no era para menos, pues estoy media hora más temprano de lo usual para asistir a la escuela, pero necesitaba pedir un favor a Kubo San y, para ello, debía estar desde muy temprano aquí, así hablaría tranquilamente con él sobre el asunto.

Ayer no fui a charlar con Gumiya, por lo que supuse que, aunque reciba la ayuda de Kubo, todo se complicaría de alguna manera...

(...)

Rin - mi pie repiqueteaba el suelo con desesperación, sin disimulo alguno y con la mirada de algunos sobre mí. Aunque arriba de mi banca todo se viese de lo más normal, por debajo se notaba mi impaciencia desbordándose en aquél suelo de madera que, si esto fuese un hábito mío, ya tendría rayoneado por tanto estrés.

Me encontraba en plena clase de lógica, intentando poner al menos un poco de atención al texto en mi libro, pero simplemente no podía, había algo en mi mente, no, habían muchas cosas en mi mente, y la mayoría de esas "muchas cosas" tenían algo que ver con Len, ¿o soy yo la que relaciona todo con él? Me sentía agobiada y decepcionada de mí misma, no me cabía en la cabeza aceptar que no me puedo controlar. Miraba al frente de vez en cuando, intentando concentrarme en la atormentadora y aburrida clase del profesor Sakamoto, quizá concentrarme en algo agobiante me haga olvidar su inexpresivo rostro y ese cabello dorado...

Espero no encontrarme con él en el descanso escolar, en realidad, eso sería muy desalentador.

Entre mi desesperación por poner mi mente en otra cosa, miré a la ventana y, aunque no esperaba encontrarme con algo interesante, me sorprendí completamente al observar algunos alumnos llevando cosas a unas mesas que estaban en el patio; unos incluso llevaban cajas y parecían bastante despreocupados —¿para qué será todo eso?— me preguntó mi cabeza dejando, por fin, el estrés a un lado.

Lo descubriría en cuanto llegase la hora del descanso; prefería tener el síndrome de Sherlock Holmes a tener el síndrome de niña inmadura a la cual le gusta un chico, un chico torpe debo agregar, un chico insensible y de poca moral, de mínima empatía y

Sakamoto - señorita Rin, es hora del descanso escolar.

Esa voz vieja y tranquila me hizo dar un pequeño salto del susto, para luego darme cuenta de que no quedaba ni un alma en el salón.

Rin - ¿y Gumi?.. - pregunté apenas con ganas.

Sakamoto - la escuché gritar a media clase que sería la primera en comprar rosquillas y luego salió corriendo, aunque quizá el aviso solo era para usted - supusó un poco burlón y sin perder la calma.

Seguramente ni la vergüenza que me dio salir del aula superaría el hambre de Gumi...

Salí casi cual vampiro de su cueva después de una larga e inquietante siesta. Noté unas cuantas mesas a lo lejos con las cosas que hace un momento transportaba el alumnado; noté algunas cosas en forma de corazón, el color rosa y rojo predominaban entre todo ese alboroto de personas y cosas varias ¿qué es esto? Y como había mencionado antes, prefería ser Sherlock Holmes y no Julieta el día de hoy, así que fui a mirar, sin siquiera tomar importancia a mi amiga peliverde que, a estas horas, ya deberá estar acabando con las golosinas de la cafetería.

Len - apenas me acerqué a las mesas noté la multitud de chicos y chicas mirando el regalo que querían o necesitaban y, entre todos ellos, noté a la chica que me ha traído hasta aquí. Ella miraba todo con suma curiosidad, era como un conejo conociendo flores nuevas ¿su moño busca hacerla parecer un conejo? —no, Len... Concéntrate— la miraba con atención, esperando que no escogiera aquél collar radiante al que todas las chicas elogiaban; parecía costoso, ¿quién trajo eso aquí? Personas insensibles, de verdad...

zarzAMORa °rin x len° (Temporalmente Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora