Rin Kagamine recibe la declaración de un chico bastante singular llamado Len, sin embargo este parece no tener sentimientos, ¿qué sucederá? Ambos tienen encuentros frecuentes debido al impulso de Rin por intentar comprender la actitud del chico. Poc...
Rin - desde el momento en que llegué a la casa de Len comenzamos a jugar. Bastó con mostrarle mi consola para que la guerra comenzara a resonar por cada rincón de su casa, incluso Leche y Café se miraban emocionados por saber quién ganaría esta partida, íbamos a la par, peleando por el primer lugar apenas en la segunda vuelta del mapa.
Jugar me era cada vez más difícil, tenía demasiadas distracciones, comenzando por el rubio que se sentaba a mi lado para competir por una copa virtual, por otra parte tenía una cita con el dentista más tarde, y por si no fuera poco, Gumi me pidió ir a su casa hoy por la tarde, usualmente mis días son así de ocupados incluso en fines de semana, pero en serio quería jugar un poco con Len, ahora me siento cual niña pequeña cumpliendo caprichos sin sentido. Además no he tomado ni una sola nota desde que llegué, ¿pero qué puedo anotar? Corre sudor por la frente de Len, aunque no estoy segura si es por la presión del juego o por este calor intenso, aún así no tiene alguna otra expresión.
Intenté alejar todas esas cosas de mi mente y simplemente divertirme, y creo que esa fue la clave para todo, pues en cuestión de segundos ya me encontraba en primera posición, casi a punto de llegar a la meta, ¡pero cierto tramposo cometió una falta! Casi puedo leer sus pensamientos "ya me va a ganar, será mejor que haga algo". El rubio se lanzó sin piedad alguna sobre mí, haciéndome perder la concentración y salir de la pista de juego.
Rin - ¡eso no es justo! ¡ya iba a llegar a la meta! - exclamé molesta y le di un buen golpe con mi codo en su cabeza.
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Len - mala perdedora.. - dijo y justo cuando terminó su frase incoherente, sonó el típico "game over" proveniente de la consola de Len. Claro que ganó él, pero a base de trampas.
Rin - supongo que puedo aceptar tu victoria si a cambio me ayudas con las notas de hoy - dejé mi consola en la mesa de centro para sustituirla por mi libreta.
El chico se quitó de encima, frotó ligeramente sus ojos y asintió con la cabeza lentamente. Era tan tierno que podría adoptarlo como mascota... Aunque eso sonó cruel.
Rin - entonces, dime - saqué mi bolígrafo y miré fijamente a Len - ¿por qué no encuentras motivo para sonreír?
Len - sonrío por dentro, en serio lo hago...
Pero de inmediato me arrepentí por haberle pedido ayuda, pues siempre que le pregunto algo me responde con cosas que me dejan más desconcertada que antes, ocasiona que me broten más dudas que antes, vaya, de verdad que mi vida es aburrida, ¿en serio estoy con un chico demasiado común preguntándole esta clase de cosas? Debo buscarme algún otro pasatiempo.
Rin - ya veo.. bueno - cerré mi libreta sin haber tomado nota - tengo cita con el dentista en unos minutos, así que debo irme.
