Rin Kagamine recibe la declaración de un chico bastante singular llamado Len, sin embargo este parece no tener sentimientos, ¿qué sucederá? Ambos tienen encuentros frecuentes debido al impulso de Rin por intentar comprender la actitud del chico. Poc...
Gumiya - La mirada de Len era profunda, era casi irreconocible, como si estuviese poseído por alguien totalmente diferente. Aún no podía creer que mis impulsos me habían llevado a golpearlo, pero las gotas carmesí que caen lentamente por sus labios son como un pellizco que te confirma "no estás soñando".
El rubio comenzó a caminar con lentitud y determinación hacia mí, incluso me estaba preparando para recibir un buen golpe en la cara ya que, conozco a Len, y no me dará tiempo para reaccionar o siquiera parpadear.
Sentí una gota de sudor recorrer mi frente, mis puños tensos y un frío insoportable que recorría todo mi cuerpo, sin embargo, justo cuando todo se iba a salir de control, sonó la campana anunciando la llegada de alguien al restaurante, interrumpiendo por completo la "pelea" entre ambos; aunque solo yo miré quién había llegado, pues el rubio no se molestó en mirar detrás de él.
Gumi - lo lamento, olvidé mi bolso.
Pronunció apenada y aún algo cabizbaja, pero quien parecía ser su enamorado volteó por fin a mirarla, dejándola sorprendida y pálida. La peliverde parecía a punto de balbucear algo, pero el chico de coleta rubia la interrumpió bruscamente.
Len - no dependo de ustedes, Gumiya - citó devolviendo su tonto plano mientras miraba a la chica - nos vemos luego.
Se despidió sin gesto alguno y caminó hacia la salida, pasando a un lado de Gumi sin siquiera tomarle importancia, con sus manos en los bolsillos de su pantalón y unos pasos de lo más tranquilos.
Ella no movía ni un músculo.. A decir verdad, un pequeño silencio se quedó encerrado en aquél ambiente en el que ahora nos encontrábamos solo ella y yo. Me sentía sumamente apenado por la chica, sin embargo no estaba seguro de cuáles serían las palabras correctas para apoyar a alguien en una situación tan incómoda como esta.
Gumiya - quizá tu bolso está en la mes-
Gumi - ¿por qué? - me interrumpió con una voz débil y aguda.
No estaba seguro de lo que hablaba la peliverde, pero seguramente un drama se vendría, y yo no tenía ni idea de cómo lidiar con una chica herida de esta forma, mucho menos después de lo sucedido con "mi amigo".
Gumi - ¿por qué lo golpeaste? - añadió con molestia.
Noté que Gumi cerró sus puños y parecía algo inestable, incluso sus ojos se volvían débiles y acuosos. Estaba al límite.
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Me desmoroné.
Me venció con esos cristales incesantes saliendo de sus ojos, era como ver mis emociones claramente en un espejo, era como mirarme a mí mismo sacando todo lo que siento justo ahora. Pero eso no justificaba su estúpido reclamo.
Gumiya - tiene que ser una broma - pedí molesto - ni siquiera puedes conservar un poco de dignidad...
Entonces la chica me miró fijamente, aún con lágrimas recorriendo sus mejillas y esa postura llena de inseguridad.
