Rin Kagamine recibe la declaración de un chico bastante singular llamado Len, sin embargo este parece no tener sentimientos, ¿qué sucederá? Ambos tienen encuentros frecuentes debido al impulso de Rin por intentar comprender la actitud del chico. Poc...
Rin - creo que no se puede ser duro con alguien que es tu debilidad, ¿cierto? Aunque esto recién comienza y aún sigo algo insegura al respecto, creo que lo único que puedo hacer es dejar fluir las cosas, después de todo, preocuparme por cada detalle solo me hará arruinarlo todo y parecer más tonta de lo que soy.
Len - ¿qué compra la gente en navidad? - preguntó para sí mismo con una voz tenue y dulce aunque, por un momento, admito que lo noté algo estresado por la situación.
Parecía un chico asocial en su primera navidad ¿eso es lo que es? Len miraba la lista de compras con suma confusión, entrecerrando por momentos sus ojitos azules y estirando con suavidad un mechón de su cabello, parecía más difícil que un examen de final de semestre.
Rin - ¡comida! - exclamé sin soltar el carro de compras.
Len - comida - me ignoró por completo y señaló el pasillo de alimentos.
(...)
Nero - no estoy seguro si deba hacerlo... - respondí al otro lado del teléfono.
Nero - No era una situación sencilla, ¿qué ocurría si Len se enteraba? ¿esto es traición? ¿cómo ha conseguido mi número? Su excusa de "es una sorpresa" no hace más que preocuparme y llenarme la cabeza de dudas. Era un arma de doble filo, todo podía resultar muy bien o muy mal, pero solo una de dos; el problema es que no sabía si debía arriesgarme.
Pasaría la navidad con mi familia, por lo que proteger o tranquilizar a Len de lo que se venía me sería casi imposible. De Gumiya ni hablar, creo que sería injusto arrebatarle el momento con su chica, además Gumi podría hacer el berrinche del siglo. Me encontraba atrapado entre cuatro paredes, y para poder salir debía decidir "sí o no".
"Por favor" escuché después de un pequeño silencio, notando la tristeza en la voz de aquél hombre, sintiendo su desesperación, contagiando a mi corazón del nerviosismo que el momento ocasionaba. Miraba a todos lados buscando una respuesta, pensando si estaría bien o mal, preguntándome si esto me alejaría de mi mejor amigo, pero mis manos temblorosas lo saben, mis dificultades para respirar tranquilamente lo gritaban "lo necesita, se necesitan".
Espero no cometer un error.
Nero - bien... - accedí con temor - apunta su dirección...
El rumor ya no lo era, Len me lo había confirmado por mensajes de texto, ahora Rin era su novia. Creo que le he echado a perder el momento con esto, pero si todo saliera bien, de verdad que no me arrepentiré de nada, estoy dispuesto a arriesgar nuestra amistad, algo bueno debe salir de aquí...
Nero - confío en ti - finalicé la llamada con aquella frase llena de sentimientos.
(...)
Len - ah... No hay zarzamoras...
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Rin - ¿ven ese chico en piyama que está desesperado frente a la nevera del supermercado? ¿podrían creer que es mi novio? Porque yo no, era demasiado lindo para ser verdad ¿no dan ganas de abrazarlo? Pero me sentía como una niña de 14 que miraba todo de color rosa, o amarillo, quizá. En verdad me sentía perdida cuando estaba con él, me imaginaba cientos de cosas y en ocasiones me aguantaba las ganas de hacer algo porque me vería demasiado ridícula, o quizá lo asustaría ¿qué me pasa?
Len - creo que Rin se lo había tomado más en serio que yo; claro que quería zarzamoras, pero si no encontraba, no había más que hacer. Pero ella miraba atentamente la nevera, podría decir que incluso con la mirada perdida, ¿en qué estará pensando? ¿a que se ve muy bonita cuando se pierde en sus pensamientos? De cualquier forma ya teníamos como cinco minutos parados ahí, así que me sentí un poco avergonzado cuando la gente nos miraba de reojo.
Len - Leche y Café ya no tienen comida - tomé su mano y la llevé con pereza hasta el pasillo de mascotas.
Mientras caminaba con ella tenía que empujar el carro de compras al mismo tiempo, pero no me importó mucho, no quería soltar su mano.
La noté muy callada y con la mirada en sus pasos, incluso quizá ella no lo notaba, pero su mano estaba temblando, aún así era suave y cálida, más de lo que imaginaba. Había esperado mucho para tomar su mano, estaba satisfecho, pero en el pequeño mundo de Rin todo parecía ser más complejo.
Len - Rin - solté su mano y comencé a buscar la comida de Leche y Café en el estante frente a mí - no pasa nada.
No recibí respuesta alguna, y después de leer algunos de los nutrimentos de la bolsa de alimento que he comprado desde siempre, al fin la escuché.
Rin - ¡s-sí!
Yo tampoco entendía muy bien cómo debería ser todo pero, ¿por qué debería? Creo que sería más divertido si cambiamos un poco la historia... No hay por qué ser un cliché de manga, ¿o sí?
Faltaban algunas cosas para la limpieza del martes. Siempre que limpio esa enorme casa debo comprar más de una botella de limpiador, además el sillón necesita algo de limpieza también, así que debo buscar algo para telas... ¿debería plantar algo en el jardín? Si es así tendré que ir más seguido. Creo que la escoba que dejé la última vez ya está un poco gastada; hay muchas cosas por hacer.
La presencia de Rin me da ánimos, no lo había notado...
¿cómo se pasa la navidad? Es la primera vez que hago esto, nunca había tenido la necesidad de gastar en estas cosas. Ahora que lo pienso también necesito un regalo...
Len - ¿sabes con qué puedo limpiar un sofá?
Rin - ¡ah! - emitió aún con ese tono rosa en sus mejillas.
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Rin - depende qué tela sea - respondió rápidamente.
Len - terciopelo.
Rin - ¿a-ah?...
Es costoso, pero no era para poner esa cara ¿o sí?
