Forever© (Edición Y Redacción)

13

Thomas

Seguíamos los cuatro sin hablar aquí en el cuarto de Max, él sentado aún en la cama mirandome y Mike parado un poco cerca de Ariel.
De repente una persona se materializó frente a los cuatros.

-Thomas. Dijo Arturo con cara de angustia, apartando de golpe a Max de donde estaba sentado para ahora él tomar ese lugar.

-Hola Arturo. Le dije un poco avergonzado ya que viendo la expresión de su rostro noté que habia estado muy preocupado.

-Me voy un momento a comprar y miren lo que pasa. Nos reprendió a mi y a Ariel.

-Lo sentimos. Dijimos a la vez los dos mientras hacíamos un puchero, igual a cuando eramos niños para que Arturo no nos regañara.

-Ellos me salvaron la vida, señor. Intercedió en la conversación Max a lo que mi padre, porqué a Arturo yo lo consideraba eso, lo miró atentamente.

-Perdón por mi falta de educación, soy el padre de Ariel y de Thomas.- le extendió la mano con una mirada crítica -¿Y tu eres? Cuestionó de forma dudosa.

-Él es mi pareja. Le respondí yo antes que él lo haga y ví una expresión de gran felicidad en su rostro y como sus ojos brillaban cada vez que veían.

-Así que tu pareja, bien, ya que estoy en tu casa me gustaria conocer a tus padres jovencito. Dijo tomando la pose de padre sobreprotector.

Justo en ese momento Sara pasaba por la puerta junto a Lucio. Ambos hermanos miraron atentamente a Arturo de arriba a abajo.

-¿Quién eres? Dijeron a la vez a lo que Ariel los miro molesto.

-Mi padre. Respondió de mala gana.

-Oh, Mike, tan pronto conociste a tu suegro. Le dijo Lucio al susodicho mientras se acercaba a él y le palmeaba la espalda.

Mike palideció de golpe y parecía que estaba temblando, todos lo miraban a él sin entender mientras que Max asesinaba a Lucio con la miraba. Todo eso paso hasta que Arturo reaccionó a lo que había mencionado Lucio y tomó una pose más seria.

-¿Mi hijo es tu pareja? Le dijo mirando a Mike directamente a los ojos. Núnca en mi vida pensé que existiría una persona que llegara a tener ese tono de blanco en la piel que ahora tenía Mike.

Éste asintió y mire de reojo a Ariel, él estaba tan o más sorprendido que todos aquí.

-Soy Mike Event, un placer. Saludó, tomando un poco de compostura para levantar la mano para que Arturo la estrechara.

Ariel seguía sin poder creer nada de lo que decía y me vió a los ojos, sentí a través de la conección su gran miedo. No queria pasar otra vez por lo mismo, no quería sufrir.

-Eres un estúpido. Le recriminó Sara a su hermano menor mientras lo golpeaba en la cabeza provocando que yo riera por lo cómico de la situación.

-Ariel, ven. Señalé un lugar a mi lado en la cama. Él se acerco lentamente hacia mi y se posicionó a mi lado.

-Max, Arturo quiere conocerte y que hoy vayas a cenar con nosotros, mientras llévalo a conocer a tus padres. Le recomendé como una indirecta, que gracias a Dios o cualquier deidad el acepto y se acerco a Arturo para llevarlo fuera de la habitación. Solo basto una simple mirada de mi parte hacia Sara para que se llevara de los pelos a Lucio, provocando en mi otra risa.

Solo Mike quedaba en él cuarto conmigo y Ariel. Miré como estaba y se sentía un poco nervioso aún, pensé en ayudarlos un poco. Los días que conviví con Mike me hice muy amigo de él, es una bue a persona y muy madura, le gustan las cosas simple y disfrutar de los pequeños detalles, pero vivía nostálgico al creer que nunca encontraria a su pareja. Mientras que Ariel era un terremoto, le gustaba los riesgos, la adrenalina y era un total inmaduro cuando se lo proponía, era alguién que pasó por mucho y también sufría aunque no lo demostrara como a veces lo hacía Mike. Analizando la situación note que eran polos totalmente opuestos y que eso, haria que su amor si llegara a existir, sea el mejor y más duradero.

-Ariel, te quiero presentar a un gran amigo. Mike. Lo señale para que éste se acercara a saludar.

Él con un poco de miedo se acerco a donde estabamos y estrecho su mano cerca de mi collar, éste brillo por un momento soltando un extraño brillo que cubrió las manos aún juntas para luego dejar dos anillos en las manos que llevaban un perfecto diamante azúl.

-Los vendigo. Dije sonriendo mientras mi collar dejaba de brillar y los dos me miraban con cara de asmobro.

-¿Qué es esto? Dijo Ariel mientras trataba de sacarse el anillo pero éste por alguna razón se negaba a salir.

-Pues, una bendición y un regalo de la Estrella del Norte. Dije con una sonrisa tranquila.

-¿Por qué? Fue el turno de cuestinar de Mike.

-Creo que le agrado su unión.- dije levantándome de la cama y dirigiendome a la puerta -creo que buscaré a Max.

Luego de decir eso abrí y salí de ahí, cerrando la puerta de paso para así dirigirme a la tan preciada cocina. Moria de hambre y ya se habia hecho de noche. Baje las escaleras mientras tarareaba una canción y pensaba en qué cosas estarían hablando Mike y Ariel en el cuarto de Max. Pasé el umbral de la cocina y ví a una señora de edad preparando la cena.

-Buenas noches, soy Thomas. Saludé a la señora de cabello largo y blanco por las canas, ella se giró para verme con sus ojos avellana y sonreirme.

-Buenas, joven Alfa, soy Paulina. Me respondió aun con esa cálida sonrisa que hacia sentirte tranquilo.

-Puedo tomar algo de comer, por favor. Pedí como un niño pequeño a lo que la señora Paulina ne miraba con gracia.

-Eres muy amable, toma las galletas que hornee. Dijo apuntando a ésta a lo que yo festejé comi niño pequeño aún y la abrase por impulso.

Ella correspondió al abrazo y acarició mi cabello.

-Son tan distintos. Dijo al momento de separarnos a lo que yo lo mire intrigado.

-¿Por quién lo dice?