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—Parece que estan todos. Dije tranquilo mientras apuntaba otra flecha en dirección a cielo.

—Espéra, tenemos que hablar. Me pidió el rubio de ojos verdes.

—¿De qué? Dudé ante su tono de voz.

—Soy el alfa de esta manada muchacho y exijo saber que le has hecho a uno de mis lobos. Me dijo el señor de hoy de manera ruda y autoritaria, que ahora que lo veo de cerca noto un gran parecido con el chico rubio.

—¿Qué le hiciste a mi lobo? Gritó el desagradable sujeto.

—A tu lobo nada. transformate. Ordené a lo que se escuchó como sus huesos de rompían y se volvían a acomodar para dejar paso al lobo.

Todo el mundo quedo callado mirando lo que sucedia, los guardias lobos aún rodeandome y mirandome con cautela. No podía dejar de faltar a la promesa de mi abuela pero ya era tarde.

—Esta bien su lobo, lo único que hice fue un sello con mi mágia que el mismo romperá en su debido tiempo y cuando lo haga, si es que lo logra su lobo será mas rápido, resistente y fuerte. Respondí al alfa mientras el niño aún se escondía detrás de mi pierna.

—Thomas, ¿podemos hablar? Pidió la pelirroja a lo que yo giré para verla y solo asentí con la cabeza.

—Lo siento muchacho, pero no te dejaremos ir. Dijó él alfa y luego hizo una seña para que lobos me cerraran el paso capturandome en medio.

—Padre. Bramó el rubio al alfa.

Raíces con espinas crecieron y atraparon a una velocidad increible a todos los hombres lobos. Lobos, águilas, cuervos, ciervos, y otras clases de animales me rodearon para protegerme a mi y al niño.

—Lo siento, pero retenerme en un lugar sin mi aprobación es delito y se le llama secuestro, así que me voy y me llevo al niño conmigo así que aléjense de nosotros. Dije para empezar a caminar en dirección a la salida con el niño el cual estaba libre porque las raices no lo sujetaron.

—No puedo alejarme de tí, tenemos que hablar. Me gritó el rubio a todo pulmón.

—¿Por qué motivo? Le cuestioné dándome vuelta y mirandolo a los ojos.

—Tu eres mi mate. Todos los lobos que estaban atrapados por las enredaderas se sorprendieron ante la noticia al igual que yo. ¿Yo? ¿Su mate?, eso significaba que yo era su otra mitad, la pareja que habia elegido la luna para que lo complete y con la unica pareja que seria hermosamente felíz de verdad. Esto no podía ser cierto, no podía estar pasando.
Sentí como mi cabeza daba punsadas aún mas fuertes al igual que mi costado, creo que debí descansado más y no haber usado ese hechizo para sellar al idiota, poco a poco todo se torno borroso para finalmente no ver nada mas oscuridad.



Max



Poco a poco las raices comienzan a retroceder dejándonos en libertad a todos los presentes. Corro hasta donde está Thomas inconsciente y veo sus heridas, al parecer se han vuelto a abrir y eso provocó su desmayo. Lo tomé en brazos y lo llevo de regreso a la mansión hasta mi habitación.

Detras mio venían papá, mamá y mis mejores amigos como así el pequeño omega a quién Thomas habia defendido de Ferguson. Entré a la mansión y subí las escaleras, caminé por el pasillo hasta la puerta de mi habitación que para mi buena suerte aún estaba abierta y entré, lo recosté con cuidado en la cama y salí en busca del doctor de la manada pero no logre caminar mucho ya que mi padre me detuvo.

—Ya ordené a Lucio que busque al doctor, vamos a mi despacho a hablar. Dijo para darse la vuelta y caminar hasta la salida y luego a su despacho. Entramos los dos y ví al niño quien Thomas protegió y a ese sujeto.

—Ya pueden retirse. Les dijo mi padre a lo que ellos solo respondieron con un "si alfa" para luego salir del despacho.

—¿Qué pasa papá? Cuestioné impaciente queriendo regresar con mi pareja. Pareja. Que bien se ha sentido llamarlo así en mi cabeza.

—No permitire que escapé viendo lo que puede hacer, formara parte de mi manada a tu lado como corresponde— hizo referencia a Thomas —por un momento me desagrado la idea de que tu pareja sea un hombre pero viendo lo que es capaz lo aceptaré como tu mate y miembro de mi manada. Dijo mi padre de tal forma que mis tripas se retorcieron y mis puños se apretaron a mi lado por la rabia que inundo mi ser.

—En estos años pensé que cambiarias Marcus. Dijo una voz de una mujer mayor detras mío, gire de golpe y ví a una anciana mirar con desaprobación a mi padre con unos ojos tan azules como los de Thomas.

—¿Ruth? Preguntó papá con miedo. Un sentimiento que núnca pensé llegar a ver reflejado en el rostro del hombre más frío y orgulloso que conocí.

—Hola muchacho, soy Ruth. Dijo extendiendo la mano hacía mí la cual yo acepté y saludé muy educadamente a la señora.

—¿Qué haces aquí? Preguntó mi padre.

Élla simplemente lo ignoró y me comenzó a mirar de arriba a abajo con una expresión analítica hasta que finalmente me vió a los ojos y sonrió con cariño.

—Eres perfecto para mi pedazo de cielo. Me elogió muy sonriente. ¿Pedazo de cielo?  Pensé. ¿A quién esta señora llamaba así?

—Thomas será muy feliz a tu lado, solo te advierto que tendrás que esforzarte para poder enamorarlo, él solo conocé la naturaleza y la mayoría del tiempo defiende a los más débiles pero lo hace porque tiene un gran corazón, te advierto de ante mano que necesitaras mucha paciencia. Me decía alegre mientras una sonrisa traviesa escapaba de sus labios. Esta mujer parecia conocer mucho a Thomas y eso me intrigaba.

—Ah, casi lo olvido, Marcus— le habló a mi padre —mi nieto no pertenecerá a tu manada mientras tu vivas, sólo pertenecerá el día de tu muerte a esta manada pero sobre todo pertenecerá a tu hijo y de una vez te advierto que si tú o alguién lo lástima se las verán conmigo. Dijo adoptando una posición amenazante y aterradora.

Solo bastó que papá moviera la cabeza en un sí para que la anciana desaparezca en el aire frente a nosotros.

Miré a mi padre y estaba palido después de ver a la abuela de mi Thomas.

Yo solo me gire y salí de su despacho para dirigirme a la mansión y ver por mi Thomas y cómo estaba. No entendía como y porqué había aparecido esa señora que decia ser la abuela de Thomas justo en el despacho de mi padre pero me intrigó su presencia, no tenía aroma a nada mas que a tierra. Un fantasma.

Llegué a mi habitación en el momento justo que el doctor estaba saliendo.

—¿Cómo esta? Le pregunté un tanto ansioso a Mike, él era el doctor de la manada en quién mas confiaba y a pesar de tan solo tener veintiocho años era alguién muy serio y maduro. Él no había logrado encontrar a su pareja y por ello a veces tenía una mirada melancólica en sus ojos plateados pero la mayoria del tiempo sonreía de manera amable y desinteresada a todos.

—Está bien y estable, volví a cerrar las heridas y cambié las vendas, solo necesita comer, reponer energías y mucho descanso. Está despierto desde hace varios minutos, esta más tranquilo, me pareció un chico muy maduro y elocuente para su edad. Me dijo él para calmar mis ansías detallando todo lo que creyo me podia interesar.

—¿Puedo pasar a charlar con él?

—Puedes hablar con él pero no lo alteres, no sé de que es capaz de hacer así que cuando tratés de hablar de sus poderes con él se comprensivo ya que para mi se hace el desentendido, no lo presiones y se paciente. Me recomendo. Ja, como si yo no supiera eso.

Forever© (Edición Y Redacción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora