Hace 16 años atrás...
El retumbar de los truenos hace vibrar las delgadas laminas de vidrio de la ventana de la choza ubicada en medio de la nada. Iluminada solo por los relámpagos de la tormenta, orgullosa pese a parecer vieja y descuidada, a punto de derrumbarse sobre si misma a causa de la fuerte ventisca que azota sus paredes. Dentro de esta, un pequeño niño recién nacido llora a todo pulmón en los brazos de su madre que intenta con poco existo calmarlo.
—Ya, ya. Thomas no llores mi precioso, todo va a estar bien, mamá esta aquí. —Arrulla Clara a su pequeño niño de ojos azules, mientras lo apoya suavemente contra su pecho para protegerlo del frió, envuelto en una manta.
La vida de Clara no fue ni sigue siendo fácil, entre el deber para con su gente, las visiones que la atormentaban con sucesos que ocurrían o estaban por ocurrir, su secuestro y su embarazo a manos de un demente con ansias de poder, su vida solo ha ido costa abajo. No tenía esperanza, pero allí, de manera completamente fuera de razón el bebe rompió los oscuros pensamientos al mirarla y regalarle la sonrisa sin dientes mas hermosa que nunca podría olvidar y llenarla de una calidez que ninguna magia superaría, la lleno de amor.
—Que hermoso es mi nieto, Clara. —Proclama con gran orgullo y afecto una señora ya de bastante edad, quien tiene los mismos colores de ojos que el recién nacido.
—Lo sé, heredó tus ojos Ruth. —Le contestó ella a su suegra, acariciando al pequeño que estaba en sus brazos que poco a poco se iba calmando mientras comenzaba a mamar del pecho.
Ambas mujeres estaban cansadas después del arduo trabajo de parto que gracias a todo lo divino salió bien. La mujer mayor la había atendido en todo el proceso, con toallas húmedas, agua caliente y paños para todo el parto, se consideraba que la magia no debía estar muy involucrada en este proceso pues podía afectar de manera negativa al bebe o a la madre.
Después de todo ellas se sentaron en silencio, disfrutando la nueva vida que ahora formaba parte del mundo, un hermoso varón. De pronto y sin previo aviso los ojos verdes de Clara se tornaron completamente grises, ella miró el vacío por varios minutos a la vez que gruesas lágrimas corrían por sus mejillas y trataba de mantener a ralla sus sollozos.
—¿Qué sucede? —Preguntó Clara bastante angustiada y sin saber que hacer para ayudarla mientras estaba en una visión.
—Vendrá por él, quiere matarlo. Él viene. —Logró decir antes de que fuera superada por el llanto, Ruth tembló ante la noticia.
—¿Cuándo llegará? —Indagó Ruth preparándose para lo peor, sabia de quien hablaba.
—Al amanecer, —su voz se oyó amarga—. No lo permitiré, no escape de sus garras para que esto termine así, no dejaré que me siga haciendo daño, cambiaré el destino porque mi hijo no puede morir en manos de un ser tan despiadado y cruel como lo es el, me asegurare de ello. —Miró con todo su amor y pesar a su hijo, maldiciendo a todos los dioses que existían su cruel destino, y por sobre todo los maldijo por lo que estaba por hacer—. Mamá te ama con todo el corazón y nunca te dejará solo, lo juro por mi ultimo aliento, y maldigo la injusta es la vida que me tocó por darme tal regalo y solo dejarme disfrutar de el tan solo unas horas—. Lo acercó mas a ella cuidando de no lastimar nada y darle un beso en la frente, dejando que las lágrimas cayeran libremente de la despedida amarga.
—¿Qué harás? —Cuestionó Ruth después de escuchar y ver la expresión devastada pero firme que tenía.
—Huye muy lejos, ocúltense del mundo y dale una buena vida por mí, hazle saber que lo amo mas que a mi propia vida. —Rogó con el corazón en la mano usando sus pocas reservas de energía que había recuperado, ella procedió a sacarse un collar que llevaba puesto y susurrar unas palabras para colocárselo al bebe.
ESTÁS LEYENDO
Forever© (Edición Y Redacción)
Hombres LoboThomas, luego de vivir toda su vida a los pies de una montaña se muda a un pueblo ya que su abuela murió. En ese pueblo descubrirá el amor de su vida de alguién del cuál nunca creyo poder amar. ¿Será mas fuerte el amor? ¿Podrán estar juntos pese a...