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Thomas

    El taxi estaciona justo al frente de lo que de hoy en adelante sería mi nuevo hogar. A decir verdad podía apreciar desde estaba sentado que la casa es muy grande para una sola persona, por lo que había leído y ahora veía: contaba de dos pisos, un gran jardín delantero y el patio de atrás que conectaba directo con un inmenso bosque que se extendía varios kilómetros. Respiré el aire puro que había llegado a mi nariz cuando salí después de pagar y bajar mis maletas, el encargado social se había hecho cargo de la mudanza por lo que ya habían traído la mayoría de mis cosas desde mi antigua casa, como así también de arreglar los detalles para que mañana empiece el instituto.

    Me daba un poco de miedo y ansiedad estudiar en un instituto, seria la primera vez que estudiaría en uno real y no con un profesor particular desde la comodidad y seguridad de mí sala de estar; donde seguramente habrá chicos de mi edad. Desde que era muy chico mi abuela siempre se había encargado de que recibiera educación con profesores particulares, que iban hasta nuestra cabaña apartada de los centros urbanos en lo profundo del bosque y al pie de un cerro. Por consecuencia no se mucho de relacionarme con otros adolescentes o incluso como se hace, pero por un lado me siento ansioso de conocer gente nueva y formar nuevas amistades.

    De los bravucones, de esos que siempre observé en los programas para adolescentes en televisión, que me puedan llegar a molestar no me daba miedo, me enseñaron desde muy niño  defensa personal junto a mi maestro particular; aunque en mi opinión es muy extraño que sea maestro y supiera defensa personal, pero es agradable y un buen amigo así como su hijo, a decir verdad, Ariel y Arturo son personas muy importantes para mí, a las cuales no veía desde hacía unos dos meses por ponerle fecha.

    Abrí la puerta de la casa y lo primero que vi es lo inmenso de la sala, tenía una televisión de plasma, un juego de sofá de cuero negro, un mini-bar, una meza y otras cosas más. La casa era moderna y tenía todo lo indispensable para subsistir un mes o mas, las alacenas estaban llenas de lo necesario como así la heladera. Yo no soy fanático de la tecnología pero ya que ahora viviré solo, me ayudaría a hacerlo todo más llevadero y fácil.

    También hay una puerta a un armario de abrigos y zapatos, el comedor iluminado por la luz que se filtraba por las cortinas azules y un baño al final del pasillo muy moderno del otro lado de la casa que era para invitados. La cocina, la zona de lavado y el armario de herramientas. Las escaleras al segundo piso estaban antes del  comedor y al armario. En la planta de arriba había cinco puerta más una compuerta con una soga para lo que sería el ático. Decidí instalarme en la habitación del fondo, en dónde hay un pequeño balcón que daba directo al bosque y desde el cuál se podía apreciar la naturaleza que se alzaba majestuosamente.

    Son las dos de la tarde de un domingo en el cual ya no tenía nada para hacer. Bajé y me preparé unos sándwiches con jugo de naranja y almorcé pensando en lo que me esperaría al día siguiente.

Llego a tal punto mí aburrimiento por no tener nada que hacer y nadie a quién ver, que tomé mi cámara, que guarde dentro de mí mochila, la puse por mi cuello con nostalgia, era un regaló de mi abuela cuando cumplí dieciséis, me lo dió para fotografiar lo que más me llamara la atención del bosque o los animales. La casa se sentía hueca sin su cálida presencia y su melodiosa voz.

Salí por la puerta trasera de la cocina luego de dejar mis maletas en la habitación y cerrar la puerta de adelante con llave, para luego llegar hasta la orilla del bosque, es hermoso como la maleza de los arboles se entrelaza y forman un muro impenetrable de ramas y hojas. Siempre me ha llamado la atención la fuerza que posee la naturaleza, gracias a ella podemos existir, ella es fuente de oxígeno, alimento y agua, cosas indispensables para un ser humano.

Apenas doy un paso las ramas que se interponía en mi paso se mueven dejándome libre el camino para entrar al bosque.
La naturaleza desde niño me fasino, y todo gracias a mi "don".

Las plantas siempre seguían mi voluntad, como así los animales. Incluso hubo una vez cuando estaba recorriendo el bosque donde me topé con un cachorro de un oso que quedó atrapado en la trampa de unos cazadores y lo liberé y lo curé, luego de eso lo llevé hasta su madre. Desde aquel día siempre en primavera los osos me visitaban para jugar un rato conmigo.

En el bosque me sentía en paz, tranquilo y seguro. Rodeado de la vida más pura he inocente que hubiera podido existir.

Comencé a tomar fotos de los árboles que llamaban mi atención, de las aves que colgaban de las ramas o que volaban cerca de sus nidos, de las liebres que saltaban alegres con mi presencia.
Un hermoso ciervo caminaba tranquilo hacia mi y yo solo levante mi mano para acariciar su cabeza y sentir lo suave de su pelaje.

La tarde la pasé conociendo el bosque que estaba detrás de lo que de ahora en adelante seria mi casa. Caminé y saque fotografías hasta que llegué a un arroyo, era hermoso, el agua pura y cristalina reflejaba la luz del sol cual espejo.

Sin dudarlo un segundo me comencé a desnudar para entrar a agua. Dejé mi cámara y mi ropa arriba de una roca para que no se mojara y que estuvieran intactas.

Me adentre al arroyo tan solo con el collar de mi madre puesto y comencé a nadar. El sol estaba ardiente y era hermoso estar en el agua.
Jugué carrera con los peces como cuando era niño y reía solo en medió de la nada. Internamente esperaba que nadie se adentrara a estos bosques al igual que yo ya que me daría mucha vergüenza que alguien llegara a encontrae desnudo.

Luego de haber nadado un rato llamé a un águila para pedirle que me indicará el camino de regreso a mi nueva casa. Mi don me permitía no hablar con los animales pero si entenderlos, sentir lo que ellos sienten y expresarme y que ellos también lo hagan.

Ya seco y vestido, caminé de regreso entre los arboles y arbustos que habían, siempre guiado por el águila que acudió a mi llamado. Antes de llegar a la terminación del bosque el águila se fue volando dejándome a mi continuar solo.

Llegué a mi patio trasero y me presipite a abrir la puerta. Tenia que preparar todo ya que mañana seria mi primer día en el instituto y quería que todo esté listo, pesé a todo con respecto a mi falta de convivencia con otras personas, sé que debo tratar de ser tolerante y pacífico, agradable pero no creído y por sobre todo humilde y bondadoso.

Deje la cámara en su lugar y mire el retrato de la abuela que colgaba en la pared de la sala.

--Haré que siempre te sientas orgullosa de mi, haré que te sientas orgullosa de tú pequeño pedacito de cielo. Dije con una pequeña sonrisa nostálgica, mientras recordaba a la mujer que con tanto esfuerzo y amor se dedico a criarme.

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Bien aquí otro cap, es un poco aburrido pero quería que conocieran a Thomas. o∩_∩o

Bien, estuve pensando y esta historia las actualizare lunes, miércoles, viernes y domingo.

¿Qué les parece hasta ahora?

Desde ya gracias por votar y comentar, los amo ● 3●

Forever© (Edición Y Redacción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora