Capítulo 13

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Historia de HeIsTaken
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Maratón [3/?]

El hombre estaba allí, entrando casualmente en una de las tiendas de la principal avenida del pueblo, una de ropa deportiva más específicamente. El tatuaje de su pene en el brazo llamó su atención en un principio y se decidió por observar sus acciones desde la distancia. Al ingresar, caminó hasta el mostrador y comenzó a charlar con la joven vendedora tras la caja registradora, para luego atraerla violentamente hasta él y besarla salvajemente; ésta siguiéndole enseguida sumisamente; en un beso demasiado sucio y repulsivo.

Camila negó con la cabeza desde la acera del frente, cogió su cámara fotográfica y capturó en unas cuántas imágenes para nada disimuladas, aquel momento de infidelidad descarada. ¿Aunque, qué más podía esperarse de un hombre tan asqueroso y desleal cómo Luis Felipe? Cyndi no era santa de su devoción, en realidad era una sucia perra de la misma baja calaña que su actual marido, pero aun así ellos compartían tres hijos; trillizos para sus pesares; y algo de respeto debía de merecer esa golfa madre de ellos.

Luis Felipe se alejó de la dependienta de la tienda, cogió una pequeña bolsita que ella le entregó y luego le golpeó el trasero obscenamente, a lo cual ella respondió tocando su miembro por encima de la ropa sin disimular su cara de "necesitada de pene urgentemente".

¡Por dios, que las vitrinas son transparentes!

Él la besó una última vez y salió de allí a paso lento. Camila ni siquiera se molestó en seguirlo. Aún nada se le ocurría para hacer pagar a ese hijo de puta, pero no ocuparía nuevamente algo como material fotográfico, porque sin duda nadie se sorprendería por una infidelidad de tal idiota como ese, y porque seguramente Cyndi era igual de entregada con cualquier hombre que en su camino se cruzara. En fin, ya pensaría en él luego. Llegaba tarde al trabajo hoy sólo por detenerse a observar el adulterio de un estúpido que ni siquiera merecía ser denominado "hombre".

Pensó por unos minutos allí de pie. Había faltado a la Universidad sólo porque no tenía ganas de esforzarse ni de "ejercitar" el poco cerebro que le quedaba después de habérselo comido toda la noche anterior después de la visita de Lauren. Además sus manos habían comenzado a doler, y es que sus uñas estaban hechas un asco, totalmente rotas y partidas. Así que pensando y dando vueltas al asunto, pensó que, sin importar que llevaba el uniforme del restaurante en su mochila negra y que estaría siendo muy irresponsable si no, tampoco tenía ganas de ir a trabajar hoy, ni de verle la cara a Lauren.

Cambió totalmente su rumbo, giró en dos calles más a la derecha y caminó cinco más hasta llegar a la biblioteca pública de Holmes Chapel. Pasaría su día entero allí como solía hacerlo antes. Le importaba un carajo si Lauren le regañaba por la inasistencia a su turno, o si le despedían, sólo quería ponerse al día con sus asuntos y pensar un tanto sobre la verdadera razón por la que retornó al pueblo. Al entrar en la biblioteca, notó que permanecía casi tan desprovista de público como antes, y es que la gente de ese pueblo estaba tan sumida en la tecnología que ya ni de los libros se acordaban. Es más, sólo habían dos o tres personas repartidas por allí.

Se encaminó hasta el mesón de recepción para hablar con la bibliotecaria a cargo.

- Mm disculpe.- la señora, que antes había estado leyendo una rara versión de la biblia al parecer, levantó la vista y se fijó en aquella chica.

- Buenos días.- acomodó sus anteojos.- ¿En qué puedo ayudarle señorita?

Camila aclaró su garganta.- Yo... Me preguntaba si aún tienen ese libro... eh no recuerdo bien el nombre...- Claro que no, lo leíste hace años idiota.- Trataba sobre un chico que vivía a las afueras de la civilización o algo así, pero que de repente debe ir con su abuela desconocida a la ciudad y allí conoce a otro chico y...

Vendetta >CAMREN< (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora