Vendetta >CAMREN< (Editando)

Capítulo 18

Historia de HeIsTaken

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— Y bien, ¿Qué te parece? — preguntó la de ojos verdes en cuánto el imponente lago de aspecto cristalino se asentó frente a sus ojos. Camila calló unos segundos mientras se tomaba el lujo de acariciar el grueso tronco de un viejo gran árbol. Recordaba este sitio con cada detalle con el que lo había recorrido años atrás, que hasta podía asegurar que si Lauren no le hubiese contado acerca de la hidroeléctrica no hubiese notado cambio alguno.

— Es... muy bello.— respondió. Sus manos picaban por las ganas que tenía de tocarlo todo, de sentir el suave agua otra vez deslizarse entre sus dedos.

— Lo es, sí.— mencionó la pelinegra, sacándola de su ensoñación. Sonrió al pensar en lo tonta que tuvo que haberse visto admirándolo todo, con expresión embelesada.—Ven aquí.— sentándose a la orilla del lago, Lauren abrió sus piernas y le indicó que se sentara entre ellas, logrando que Camila frunciera el ceño, divertida, cuando notó lo que pedía la pelinegra.

— ¿Pretendes que me siente ahí? — Lauren asintió sonriendo.

— Oh.— se lo pensó exactamente por dos largos segundos y luego hizo lo indicado.— Bien.— nerviosamente se posicionó en el hueco que dejaban las piernas abiertas de Lauren, sintiendo como la tensión de su cuerpo desaparecía inmediatamente al ser rodeado por los cortos, pero cálidos brazos de la ojiverde tan fuertemente.

Permanecieron así por minutos, en silencio, observando la naturaleza alrededor. En esa posición, de esa forma tan íntima entre ellos que Lauren nunca logró tener con Camila años atrás.

— Me encanta esto ¿Sabes? — murmuró bajito Lauren, acariciando su cabello suavemente con sus dedos en un masaje que resultaba un tanto relajante para la ojimarron.

— ¿Qué? ¿Tenerme entre tus piernas? — bromeó la castaña, recostando su cabeza en el brazo de la otra. ¿De dónde había salido ese humor?

Lauren soltó una carcajada encantadora.— También eso. Pero me refería a que estés aquí y ahora conmigo, en este lugar, de esta forma. No lo sé. Es, como si de alguna manera nada me hiciera falta ya.

Aquí iba de nuevo. No habían palabras para describir como el pecho de Camila casi se salía de su lugar cada vez que lo oía hablar de esa manera. No el de Karla, sino el de esa muchacha aventurera y tímida de dieciséis años que aún revoloteaba en lo más profundo de su ser y que se rehusaba a dejarla abandonada. ¿Cómo evitar confundir lo que sintió Camila con lo que siente Karla? ¿Cómo, si cada día ve, piensa y besa a la chica de la que estuvo enamorada y que tanto daño le hizo? ¿Cómo, si en su interior se muere de ganas de vivir ahora lo que no pudo en el pasado?

Levantándose cuidadosamente y sin golpear a Lauren en el intento, se arrodilló a su altura y la besó. La besó porque así lo sentía, porque así se lo ordenaba su pensamiento, porque realmente quería.

— Lauren, tú... — susurró al separar sus labios, más sin disminuir la distancia entre sus rostros.— ¿me quieres realmente?

— ¿Te queda alguna duda? — inquirió Lauren acomodándole un mechón detrás de la oreja.— Estoy enamorada de ti.— confesó tranquilamente mirando dentro de sus marrones ojos.— Aunque suene como una estúpida adolescente; lo estoy así de mal; locamente enamorada de ti y no cambiaría esta sensación por nada.— Camila sonrió tiernamente mientras soltaba el aire que había estado reteniendo inconscientemente desde que había formulado la pregunta y se tomó la libertad de observarla ella también a través de sus ojos.