¿Tú quien eres?

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Cuando al fin la enfermera de turno nos indica que podemos ingresar, nos hace hincapié nuevamente en que debemos mantener la compostura y no ser demasiado invasivos y controlar la ansiedad.

Sólo por esta vez y a modo de petitorio del mismo Jungkook, ingresaremos todos al mismo tiempo, sin embargo, la única que decide abstenerse es mi madre, abogando a que no soportaría verlo en ese estado. Y la entiendo, es por eso que no insisto, sé lo mucho que lo adora, como si fuera un hijo más.

Una vez adentro de la habitación y de manera inconsciente, terminamos rodeando la camilla. Mantiene la mirada observando a cada uno de nosotros en completo silencio y sin hacer mayor reparo. Cuando acaba, sonríe amablemente carraspeando su garganta tiempo después.

—Bueno yo, éste... Él doctor me dijo que son mi familia así que quise verlos a todos de una vez. También me contó que sufrí un accidente y que debido a eso... Uhm, no logro recordar ciertas cosas—lleva la mano a su cabeza en señal de confusión, bajando la mirada antes de continuar, un gesto típico de cuando está nervioso. —Me gustaría saber quién es quién ¿Está bien?, me siento un poco extraño con todo esto, espero comprendan porque él doctor me recomendó, tomar esto con mucha tranquilidad y lo estoy intentando.

—¡Jungkook! -exclama en tono medio la Sra. Jeon, intentando no ser muy efusiva. —Yo soy tu madre y él es tu padre, estamos muy felices de que estés con nosotros, ya habrá tiempo para recordar. No te aflijas, sólo tienes que poner de tu parte para salir luego del hospital ¿Si?. —repara con entereza la mujer, mientras su marido se limita a asentir a todo lo que ella dice.

—Yo soy Seokjin, tú mejor amigo. Me he graduado el año pasado, pero a ti te falta el resto de éste. Bueno, échale ganas. Estaré esperando por ti. —le guiñe un ojo mientras muestra la mejor de sus sonrisas.

—Hey, aquí Min Yoongi... No sé como debería presentarme la verdad. Diría que somos amigos pero la verdad eres mucho más que eso, nos conocemos desde la escuela media y soy como el hermano no de sangre del chico que está por ahí. —finaliza, apuntándome con uno de sus dedos.

Jungkook suelta una carcajada cuando Yoongi termina de hablar y dirige su mirada hacia mi, al ser el último en presentarse. Me regala una pequeña sonrisa antes de hablar, mirándome tan fijo que su intensidad me abruma. Estoy seguro que en otro contexto ya lo hubiese besado, pero las cosas no son así y comer un error tan grande, podría ser perjudicial.

—¿Y tú? ¿Tú quién eres?. —pregunta, mientras se me tensa el cuerpo y me asechan las náuseas.

—Yo soy... veras yo... Soy Kim, Kim Taehyung, un gusto. —respondo con evidente nerviosismo, la mandíbula levemente temblando e intentando a toda costa que la angustia no me gane.

No sé que más agregar, no sé como decirle quién soy, me atropello con las palabras. Estoy intentándolo pero es casi imposible y no quiero que mis emociones me jueguen una mala pasada.

—Taehyung, es un gusto también pero no me has dicho nada. No me estás ayudando. —se ríe, tapándose la boca y achinando su ojos.

Le devuelvo una sonrisa cargada de sentimientos y aunque parezca arte de magia, increíblemente a logrado disipar en parte mis nervios.

—Soy... soy tu novio. —no reparo en adornos ésta vez, siendo consciente qué tal vez pueda alterarlo pero mi egoísmo es mucho más grande.

—Ohhhh, entiendo. —se queda en silencio sin apartar la mirada de mi, curioso, mientras se le marca la arruga del entrecejo, tal vez no debí...

—¿Taehyung eh? ¿Vendrás mañana? Quiero que me cuentes todo lo de... —volviéndose pensativo para luego continuar. —nosotros. ¿Así que soy algo así como gay?. —se cuestiona, murmurando. —¡Bien!, ¿volverás?.

Aún estando en esa condición es capaz de derramar tanta ternura y seguridad como siempre, incluso ha causando la risa de Seokjin y Yoongi. Aún no puedo creer la calma con la que está afrontando todo.

—Claro que vendré. Todas las veces que quieras... —me acerco con cuidado para sentarme en el borde de aquella camilla, desordenándole el cabello con una de mis mano por acto reflejo.

—¡Oyeeee!. —frunce el ceño, tienes que volver a enamorarme primero antes de tratarme así. —señala al termina de acomodar su cabello, sonando divertido.

No ha sido tan terrible como pensé, está de un muy buen animo, positivo y energético. Nos ayuda enormemente que recuerde cosas básicas, eso me anima a pensar que todo mejorará.

Minutos después, la enfermera hace ingreso para indicarnos que debemos comenzar a hacer nuestro retiro, por lo que nos despedimos uno a uno a la distancia para evitar exigirle más de la cuenta. Mañana será un mejor día, esperemos que así sea.

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