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Un paso más

La mañana llega más rápido de lo esperado.

Abro los ojos lentamente mientras aún me encuentro aferrado a su cuerpo. Su respiración se escucha calmada, plena, satisfecha. Inundando de felicidad cada parte de mi ser, como si todas nuestras piezas comenzaran a encajar.

Quiero permanecer un par de minutos más así, sin prisa. Anoche no sólo fue un momento pasional significativo, si no que también fue un tremendo caos emocional, no obstante, él supo calmar y contener como todo un experto.

No puedo pedir más, cualquier otro en su lugar ya se hubiese aburrido de mi. Sin embargo, sigue junto a mi y sin esperar nada a cambio durante todos estos meses, esperando y entregando todo de si para volver a ser uno sólo.

Insisto. No lo merezco pero me lo haré merecer, porque ahora que descubrí los extraños sentimientos que me provoca, no seré capaz de dejarlo ir con tanta facilidad.

Levanto levemente mi rostro para poder observar el suyo. Tan perfecto e irreal que me es imposible de explicar. Y es que dormido, puede ser aún más precioso que lo humanamente posible.

Decido entonces, separar las hebras de cabello que reposan desordenadas en su frente, luego acaricio con la punta de mis dedos el contorno de sus ojos con pequeños toques, también sus mejillas, nariz y labios. Finalizando al depositar un casto beso sobre sus belfos mientras poco a poco, comienza a abrir sus hermosos cafés.

—Buenos día bebé. —anuncia, con la voz mucho más rasposa de lo normal.

—Buenos días Sr. Kim...

—¡Deja ya eso!. —exclama en reclamo y acompañado de un leve sonrojo en sus mejillas.

—¿Y cómo prefieres que te llame?, porque a mí me parece perfecto Sr. Kim. —cuestiono, sonando divertido.

Suelta una carcajada que termina por achinar sus ojos, perfecto. Tanto así, que estoy seguro que mi rostro debe estar casi por completo decorado con tonalidades rosas.

—Como tú quieras ...

—Entonces él Sr. Kim, se queda. —sentencio, guiñándole un ojo.

Sonríe ladino. Luego hace hincapié en que debemos levantarnos para tomar el desayuno, levantándose con rapidez para aproximase al baño.

Una vez fuera de mi alcance visual y sólo tras algunos minutos después; puedo distinguir el sonido del agua de la ducha caer mientras TaeTae, vuelve a la habitación sin dejar de observarme con ese grado de timidez, muy poco frecuente en él.

—¿Jungkook?... —infiere a través de mi nombre.

—Si... —me acomodo lo suficiente, hasta quedar sentado sobre el colchón.

—¿Quieres tomar un baño conmigo? —pregunta, sonado bastante expectante ante mi posible respuesta.

Mis neuronas se vuelven locas tratando de discernir cómo responder sin sonar como un niño alocado ante su petición.

Carraspeo mi garganta y gateo hasta sentarme más cerca del borde de la cama, ya que allí se encuentra él de pie. Luego tomo una de sus manos hasta entrelazar todos nuestros dedos, mientras lo observo fijamente para asentir ante su propuesta.

—Claro que si quiero, cariño.. —bien, se me acaba de escapar ese cariño. Espero y logre pasar desapercibido.

Pero no. En cambio, noto su asombro de inmediato siendo reemplazado por su gran sonrisa geométrica perfecta, segundos después. Luego se acerca lo suficiente para tomarme entre sus brazos, como si de un pequeño bebé se tratase.

Y no me quejo, porque me encanta sentir como si nadie más existiera en su mundo.

Una vez al interior del cuarto de baño, me besa de manera fugaz mientras me baja de sus brazos con extrema suavidad. Ingresando primero, para luego golpetear el agua entre sus piernas como indicación para que me acomode en aquel espacio.

No lo hago esperar, ni yo mismo soy capaz de creer lo sumiso que me he puesto por él y para él. Pero eso, es harina de otro costal...

Me abraza. Y prosigue jugueteando con nuestras manos en el agua, bajando hasta acariciar considerablemente mis muslos.

Toma una esponja de baño, colocando un poco de jabón en ella hasta hacer un poco de espuma para restregarla por todo mi cuerpo. Luego procede a lavar mi cabello dándome alguno que otro masaje que terminan por relajar mi postura. Tras eso y considerando el poco espacio que nos queda libre, hace lo mismo con su cuerpo.

No negaré que me hubiese gustado hacerlo yo, pero supongo que ya existirá otra oportunidad. El espacio estrecho no es buen compañero en estas circunstancias. Si sigue todo igual de bien como hasta ahora, tienen la misión de recordarme que debemos agrandar la bañera.

Cuando al fin acabamos la tarea, giró mi cuerpo por completo para quedar de frente a él. Llevo una de mis manos tras su cuello y lo acerco para besarlo de un modo que casi puede verse muy necesitado, pero no me importa.

Al separarnos sonreímos como los dos idiotas en qué nos hemos convertido durante el último tiempo. Saliendo de la bañera y cogiendo un para de toallas para secarnos rápidamente.

Minutos después, estamos vestidos y tomando desayuno tranquilamente en el sofá. Sin vestigio alguno de la gran noche pasada y totalmente refrescados y renovados para el nuevo día.

Sin dudarlo es un paso más hacia adelante, hacia nuestro futuro juntos.

He visto que en algunas páginas de Facebook han estado recomendado mis historias, así que para aquellas personitas que se están tomando la molestia, muchas pero muchas gracias. Eterno amor para Ustedes.