Jeon Jungkook lleva viviendo un año con él amor de su vida Kim Taehyung. Sin embargo, cuando él menor de ellos se ve involucrado en un accidente, ya nada volverá a ser como antes.
¿Podrán superar la cruda realidad? ¿Será verdad que el amor lo puede...
Un mes después, el panorama no ha cambiado del todo. El tiempo se ha pasado volando entre las citas y los exámenes médicos. Incluso, hemos finalizado con toda la revisión del álbum de fotografías.
Éste tiempo juntos, lo he aprovechado al máximo. Sin embargo, no puedo evitar tener la sensación de que me estoy convirtiendo en una especie de mejor amigo, que está muy alejado del novio que solía ser.
No voy a negar que de sólo pensar en que termine así, me frustra. Pero si de algo estoy claro, es que de la noche a la mañana no lograré que se enamore de mi otra vez.
También debo descartar lo imposible que es que recuerde todo de golpe, no obstante, a veces quisiera tener un poco de luz o señal que me diga que tan mal no lo estoy haciendo, que tengo algo de esperanza... pero tal vez, estoy pidiéndole demasiado a la vida.
Salgo del trabajo rumbo a mi hogar, pensando en que una de las claves para no morir en el intento, es no caer en la rutina. Eso me lleva a proponerle una cita a penas llego, si bien se nota algo dudoso al principio, termina por aceptar muy alegremente.
Ya organizado todo lo de mañana, hoy es todo una incertidumbre. Estoy a punto de caer en un colapso pero el sonido del teléfono disipa todo antes de que me comience a estresar.
Jungkook contesta la llamada mientras asiente un par de veces a la persona que le habla del otro lado, para luego alejar el aparato de su oído, tapando el micrófono con la mano y susurrarme en voz baja casi a modo secreto.
—Es seokjin, dice que si puede venir en la noche. Que quiere beber algo y esas cosas con todos, no se quienes son todos, pero dice que todos...
Le doy una señal en aprobación y se reincorpora al teléfono. —Tae dice que si, Seokjinie.. —afirma mientras se va caminando hasta el baño, sin parar de hablar con su amigo. Al menos a él, le ha tomado menos tiempo volver a tomar confianza.
★☆★
Ya en la noche estamos a la espera de que lleguen los invitados, ordenando en parte el desastre qué hay desde hace unos días. Los primeros en llegar son Seokjin y Jimin, media hora más tarde lo hace Min, Namjoon y Hoseok.
Estos dos últimos, vinieron a visitar a Jungkook la semana pasada cuando nos mostraron junto a Min, el primer adelanto del demo en el que llevan trabajando cerca de un año. Claro que no pudieron evitar la sorpresa al notar que Jungkook ya no los conocía pero agradezco que lo hayan tratado con naturalidad y sin esperar respuestas.
La noche transcurre entre licores y comida. Los chicos avergonzándome de vez en cuando tras contar algún par de historias. Incluso a Jungkook se le han coloreado las mejillas de vergüenza al escucharlas.
Nos tomamos una fotografía tras la insistencia de Jungkook en querer dejar registro de todo en fotografías, tal como solía hacerlo antes. A modo de recuerdo para el nuevo álbum.
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Las risas van en aumento, cuando a Jimin se le ocurre la brillante idea de jugar uno que otro juego que termina por acelerar el ingreso del alcohol en nuestros organismos.
Por otro lado, mientras los chicos están concentrados en no perder, Hoseok me hace un gesto para que salgamos a la terraza a conversar. Lo sigo hasta que llegamos al lugar, erizándose mi piel al tener contacto con la fría noche.
—Es bueno respirar aire fresco. —indica tras cerrar los ojos un instante y luego abrirlos para observarme de frente.
—Tienes razón, siempre es bueno. ¿Sucede algo? —pregunto, ante la repentina invitación.
—Si, necesito una pequeña ayuda. —responde mientras me cierra uno de sus ojos, en plan coquetería falsa.
—Te escucho, Hoseokie...
—Muy pronto estará de cumpleaños Seokjin, ¿Deberíamos empezar a organizar algo, no?. —señala en voz baja como secreto. —Se que antes solía organizarlo Jungkook pero ahora.. —hace un pausa. —Ahora dudo que sea buena idea, terminaría estresado.
—No quiero hacer nada que le afecte. —señalo. —¿Te parece si mejor le hacemos algo sorpresa?, ¿Podría ser incluso aquí?. Aprovechando que Jimin está con nosotros, las cosas serán más fáciles...
—Uhm ¿Si, verdad?... Bien. Comenzaré a organizarlo con Min, déjalo todo en nuestras manos. —lleva su mano tras mis hombros para dar un firme agarre mientras golpea suavemente con su codo, mis costillas.
De pronto el ventanal se abre de golpe, provocando un incómodo silencio, al ser Jungkook quién ingresa mientras se restriega los ojos..
—T-taeee, ¿Qué haces?, quiero ir a dormir. —anuncia, soltando un débil bostezo.
—Estábamos hablando con Hoseok. ¿Tienes sueño? ¿Y si te acuestas mejor?, yo ordeno después...
—¿Cómo que me acueste?. ¡No puedo!, necesito tu ayuda. —asegura mientras abulta su labio inferior en un puchero.
—¿Mi ayuda?, pero si puedes hacerlo sólo... —indico, soltando algunas risitas.
—¡No puedo! —exclama más fuerte que la vez anterior. —Qui-quiero que me acompañes, tonto...
Lo miro con curiosidad ante la extraña reacción, indicándole con la mano que se de media vuelta para cumplirle su capricho.
—Celos... —susurra Hoseok, mientras me limito a sonreírle sutil.
Como si lo fuera a creer...
Al llegar a la habitación, me observa con el entrecejo fruncido, dándome a entender que algo no anda bien. Se sienta sobre la cama y me pide que lo ayude a cambiarse ropa, justificándose en que a penas puede mantiene el equilibrio por todo lo que bebió.
Sin embargo, yo lo veo perfecto. Por lo que intento no reparar en aquello para prestarle la ayuda que solicitó.
Lo despojo de la camiseta, los zapatos, calcetas y pantalones. Todo bajo su atenta mirada, que incluso llega a ser tan intimidante que no logro mantener el contacto más allá de un par de segundos.
Finalmente, tras vestirlo con la ropa dormir, termina empujarme hasta hacerme caer en la cama, subiéndose a horcajadas y posando su mano sobre mi torso mientras su respiración se acelera poco a poco.
