Jeon Jungkook lleva viviendo un año con él amor de su vida Kim Taehyung. Sin embargo, cuando él menor de ellos se ve involucrado en un accidente, ya nada volverá a ser como antes.
¿Podrán superar la cruda realidad? ¿Será verdad que el amor lo puede...
Ha pasado una o tal vez dos semanas desde que lo vi marchar y todo se ve igual o peor que el primer día. Y no es porque Tannie se convirtió en todo un huracán de cuatros patas o éste todo el departamento desordenado, más bien se debe a que la esencia de Jungkook aún permanece regada por el lugar.
—¡Yeontanie, ven con papá!. —lo llamo y él corre tan torpemente que tropieza con sus patitas a cada momento. —Al menos te tengo a ti... —suspiro al tomarlo en brazos y acomodarlo sobre mis piernas.
Es en los malos momentos cuando te das cuenta que los animales son una especie de terapia del alma. Son tu gran amigo, el confidente más leal.
Te aman tan incondicionalmente, que cuando te ven triste, hacen de todo para animarte. Tannie es algunas veces así y en otras como hoy, se queda quieto a mi lado.
Está dándome a entender de que no estoy solo, que la tristeza es pasajera en la vida y que al amor puro, si existe realmente.
En el trabajo las cosas han mejorado. Mi jefe pese a todo, sigue apostando todas sus cartas en mi.
Y en casa, el silencio se vuelve tan escalofriante que me duele.
Sigo anhelando la risa de Jungkook en cada rincón. No había nada mejor que llegar y ser recibido por su sonrisa, por su amor.
He estado tan agotado por enfocarme demasiado en el trabajo, que al llegar a casa no puedo hacer más que dormir. Incluso he bajado algo de peso y si, soy consciente de que eso es malo pero me ha sido imposible evitarlo.
En este momento Tannie se ha bajado y ha comenzado a revolotear por todos lados hasta que da con su comida.
Me pongo de pie y camino hacia la habitación. ¿Recalqué que desde que Jungkook se fue, la mayoría del tiempo duermo en el sofá?.
Es tan difícil dormir en esa cama... cuando todo me recuerda a él.
Sin embargo, hay días como hoy en los que si se me apetece.
Me lanzo sobre el colchón, boca abajo. Mis manos ubicadas en reemplazo de la almohada, mientras sigo pensando en cuánto tiempo pasará hasta volverlo a ver...
Aún quedan cosas de Jungkook en el departamento. Cosas importantes, supongo que es su forma de decirme que algún día, piensa volver.
Se ha llevado mi camiseta de dormir pero a cambio, ha dejado la suya con una pequeña nota que a éstas alturas, ya me la aprendí de memoria.
"Úsala por favor, es la única manera de sentirnos pese a la distancia. Yo usaré la tuya, lo prometo. Te amo ... Atte. Kim Jungkook (algún día)"
Sonrío cada vez que la repaso en mi memoria. La simpleza de sus palabras pero la emoción tras ellas es tan abrumadora, que hace latir con furia a mi corazón.
Es como ver un poco de luz en esta extraña oscuridad, es algo que me mantiene vivo. Tengo que ser fuerte, por él y por mi, por ambos.
—Kim Jungkook... Kim Jung ...—repito en un murmullo. —Que bonito suena, amor... —sonrío mientras las lágrimas se adueñan de mi rostro.
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