Domingo

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Por la mañana mis ojos se abren tras escuchar a lo lejos, el ruido que viene de la cocina.

Me levanto sólo por la curiosidad que me provoca todo el ruido. Caminando sigiloso hasta encontrarme con un Jungkook, viajando de lado a lado por toda la extensión de la cocina.

—Buenos días... —saludo, mientras termino de hacer ingreso en el lugar.

—T-Tae, buenos días. —me dedica una mirada de reojo para seguir sirviendo dos vasos con leche. —He intentado cocinar algo pero no pude prender el horno... No sé como usarla y terminé haciendo tostadas con la maquinita esa... lo vi en la televisión. —relata, abultando su labio en un puchero.

—¿Sabes que no debes intentar actuar como crees que eras?. —avanzo hasta donde se encuentra él mientras baja la mirada. —Pero gracias, sin duda es el mejor desayuno que he tenido en días. —aseguro, provocando una hermosa sonrisa de manera automática.

—Si, pero no es eso... Yo de verdad quería hacerlo. —refunfuña, frunciendo el ceño.

—Tierno... —murmuro más para mi. Estoy llevando una lucha interna por controlar mis emociones, mis ganas locas por abalanzarme sobre él y llenarlo de besos.

Ver su rostro sonrojado o lleno de felicidad, es una de las cosas más maravillosas que he tenido el placer de observar. Como ahora, ese pequeño tinte rosa que se asoma en sus mejillas  cuando le he dicho que sus tostadas están deliciosas.

—¿Quieres ir a dar un paseo?. —le pregunto mientras bebo un sorbo de leche.

—Si, por favor. —afirma con ilusión, sus ojos brillantes y su sonrisa de conejito que tanto extrañaba ver.

—Comemos, nos arreglamos y salimos, ¿Bien?...

Asiente sutilmente mientras nuestras manos terminan rozándose, al intentar tomar el mismo recipiente de chocolate en polvo. Mi respiración se corta tras el simple contacto, necesitando mucho más que eso, tal vez abrazarlo, tal vez acariciarlo o quizás...

Termino rápidamente el contacto al reaccionar, por nada en el mundo lo quiero incomodar por muy necesario que sea para mi, querer algo más que migajas.

Finalmente sonrió intentando guardar en lo profundo, las tremendas ganas que tengo de llorar.


★☆★



Tras bañarnos y vestirnos cada uno por su lado, nos disponemos a salir del departamento. Jungkook camina a mi lado, como un cachorro que acaba de ver por primera vez en la vida, la luz del día.

Avanzamos varias calles hasta llegar a las Tumbas reales de Seonjeongneung en Samseong-dong. Su expresión atónita lo dice todo, para él todo es nuevo y fantástico.

Tomamos asiento en una de las bancas para poder observar, toda el área verde del lugar.

—En éste lugar... —voltea su rostro al escuchar que comienzo a hablar. —En éste lugar, te regalé una pulsera como promesa de amor la primera vez que hablamos de casarnos para tener una familia... —confieso aquí, en el mismo lugar de hace años atrás.

Es tan injusta y cruel la vida, pero sé que no puedo hacer nada por cambiar las cosas. No puedo volver el tiempo atrás y evitar que el accidente ocurra. En cambio, tengo que aprender a lidiar con la situación, antes de que termine de consumirme por completo.

—Quiero que me lleves a todos los lados que para nosotros eran muy importantes... ¿Me lo prometes?. —interrumpe mis pensamientos tras hacer su petición. —Quizás así pueda recordar algunas cosas...

—Te lo prometo.confirmo, mientras me atrevo a tomar su dedo meñique junto al mio para cruzar los dedos y sellar una especie de juramento, que termina por provocarle una carcajada.

Minutos después, nos peinemos en marcha, hasta detenernos frente al restaurante donde comemos algo para saciar nuestra hambre y recomponer la energía pérdida, tras tanto caminar.

Al llegar a casa nos acomodamos en el sofá para descansar luego del extenso día al aire libre. Pero Jungkook no se detiene, ha ido en búsqueda del álbum de fotografías para seguir repasando la historia tras ellas. Es como si a toda costa quisiera obligarse a recordar y no sé que tan bueno será, mientras tanto le cumplo cada uno de sus caprichos.

—Espérame aquí, ya vuelvo... —me levanto apresurado hasta llegar a la cocina, tomo el chocolate, un par de latas de bebidas y un paquete de patatas fritas.

—¿Qué hay de ésta?. —me pregunta mientras tomo asiento a su lado.

—Ese día fuimos con Min por un poco de comida, habíamos quedado en ver una película

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—Ese día fuimos con Min por un poco de comida, habíamos quedado en ver una película. Compramos pura basura y me subí al carro de compras porque dijiste que querías pasearme como un niño, accedí sólo por diversión. Min nos tomó la foto, dijo que parecíamos una especie de tonto y re-tonto. —sonrío ante la nostalgia.

—¡Wouu!, ya veo... Necesito que me cuentes más historias, son todas tan graciosas y me...

—Todo con calma Jungkook, no seas ansioso. —interrumpo al sentir los estragos del intenso día. —¿Qué tal si lo dejamos para otro día y mejor nos vamos a dormir?. Mañana tengo que trabajar y necesito descansar. —indico tras ser pasada las diez de la noche. —Ahora, si quieres puedes ver televisión, eres libre de hacerlo. Además, en la semana tenemos que ir a comprar un teléfono nuevo porque el tuyo, ya no existe tras el accidente. —continuo casi sin respiro. —Me iré a dormir antes que se haga más tarde. ¡Buenas Noches Jungkook!. —acaricio su cabello tras ponerme de pie, sonriéndole a lo lejos cuando se cruza de brazos amurrado.

—Que pesado que eres... ¡Buenas Noches!... —exclama alto para luego largarse a reír, apagando la televisión para internarse en su habitación. —Duerme bien.... —grita, cuando ya se encuentra adentro.

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