Cartas Que Vuelan.

XXXII

Hace tiempo que ya perdí algo, que por más que buscaba, no encontraba. Era una de esas joyas que amabas con locura y que desapareció sin decirte adiós. Muchos aún buscan la respuesta que necesitan para superar lo que se les fue de las manos del día a la mañana. Algo que el viento se llevo en un abrir y un cerrar de ojos.

Y sé que a veces puede ser difícil no poder manejar el tiempo ni controlar las tormentas, pero sé que desvanecerse no es tampoco la mejor opción. 

Ahora sé que me faltas, me falta la vitamina de tu sonrisa que curaba todos los males. Me hace falta tu compañía y tus ganas de dar lo mejor de cada persona. Pero lo peor, es que se te llevaron sin poderte decir hasta siempre. Porqué nunca es un adiós y nunca es nunca. 

Y ahora que me falta un pedazo de ti quiero que sepas que siempre, siempre, siempre, estarás en mi corazón. Porqué cuando realmente dejamos de existir, es cuando ya no nos recuerdan y yo juro hacerlo para el resto de mi vida. 

Y se que desde donde estés, me estarás cuidando como siempre lo has sabido hacer. Y yo, desde aquí, te seguiré queriendo tanto como lo hago. Te quiero.