*Hace un año*
Sabía que no le quedaba tiempo. El ataque a Jonia no tardaría en realizarse y no podía protegerla sin que nadie se diera cuenta de su ausencia. Tenía la cabeza hecha un lío. Todo era demasiado difícil hasta para un asesino de su talla. Lo único que podía hacer, era descargar su rabia en el tronco de un árbol.
- Si sigues así, terminarás cortándolo - pronunció la suave voz de una mujer.
El joven se colocó detrás de ella en un suspiro. Agarró los hombros de la chica y la giró hacia él, dejando que sus miradas se cruzaran.
- ¿Y qué quieres que haga? ¡La Luna Sangrienta se acerca!
- Lo sé - respondió con un suave tono de voz - Por eso pienso ayudarte.
Al oír aquellas palabras, el encapuchado la soltó, cayendo de rodillas al suelo.
- Lo he visto...- continuó hablando la mujer de ojos verdes - Swain intentará hacerse con su poder, pero, el modo de evitarlo es bastante extremo.
- No importa, yo solo quiero salvarla.
- Entonces, tendrás que matarla.
Una irónica carcajada salió de lo labios del muchacho.
- ¿Me estás pidiendo que la pierda de nuevo?
- Solo confía en mi...Te prometo que saldrá bien.
- De acuerdo - accedió con dificultad el asesino.
La mujer le dio lo que parecía un amuleto y desapareció. Si su libro estaba en lo correcto, el plan para que Swain no consiga a la joven vastaya debería funcionar.
Pasada la media noche, la chica andaba por el bosque algo temerosa de poder chocar con alguna rama o piedra. Siguió hacia adelante sin parar hasta que unas pisadas se escucharon tras de ella. Volteó ligeramente la cabeza y un shuriken casi rozó su mejilla. Unos destellos de color rojo aparecieron en la oscuridad de la noche. La muchacha sonrió girando completamente su cuerpo, cruzándose de brazos.
- En primer lugar, gracias...Nunca creí que aceptarías mi petición.
El silencio invadió el lugar. La suave brisa hacía que pequeñas hojas volasen y que el suave pelo de la morena se moviera.
- ¿Qué quieres? - al fin una voz respondió.
- ¿Sabes? Hace tiempo conocí a un varón...- comenzó a andar en la dirección de la cual provenía la voz - Me salvó de unos ladrones y años más tarde yo le ayudé...Pero si lo piensas bien, aún me debe un pequeño favor - dijo encarándose finalmente ante la máscara del joven.
- Me temo que no comparto esa opinión.
- Zed, esto es serio. Necesito tu ayuda.
El Maestro de las Sombras desconfió durante un breve periodo de tiempo. Cruzó los brazos, soltó un suspiro y ladeó suavemente la cabeza.
- A cambio quedarás inmune durante un mes. El Consejo no podrá tocarte. Te doy mi palabra de que tú y tus alumnos no sufriréis ningún daño. Además te pagaré, no tienes nada que perder.
- ¿Y qué necesitas? - preguntó no muy convencido.
- Que cuides de una chica.
- ¿Qué? Ni de coña.
- Zed, no te pido que te encargues de ella ni de que te preocupes lo más mínimo. Solo quiero que le des una habitación en la que descansar. Puede que entre en coma y no se durante cuanto tiempo puede durar en ese estado. No hace falta que te hagas responsable. En cuanto despierte yo me encargaré de llevármela - le tiró una bolsa de monedas al muchacho - Toma, aceptes o no, ya tienes una pequeña compensación.
No dijo nada. Miró a la joven y comenzó a marcharse de allí, pasando por su lado, casi a punto de rozar su brazo con el de la chica.
- Tu lo has dicho...No me hago responsable de lo que pueda pasar.
Tras esas palabras, desapareció. La morena sonrió satisfecha.
- Gracias - susurró.
Finalmente, aquel día llegó. Talon discutía con Swain en aquel acantilado. La vastaya se encontraba ayudando al joven de morado, hasta que el asesino la tomó y acabó con su vida, la arrojó al precipicio y se marchó de allí, destrozando por completo la oportunidad del tirano de obtener más poder, aunque su corazón se quebró al atravesar a la mujer a la que amaba con su cuchilla.
Itziar, usó uno de sus hechizos para evitar que la chica se golpeara, evitando así su muerte. Dejó suavemente a la muchacha en la orilla del río y comenzó a susurrar unas palabras. Mientras tanto, Zed, que se encontraba apoyado en un árbol, miraba confuso lo que estaba ocurriendo. De repente, las heridas, orejas y colas de la desconocida desaparecieron y su pelo se tornó plateado. Parecía una persona totalmente distinta.
- Espero que no te gusten las peliplatas - vaciló Itziar - Porque sería un grave problema - rió.
- Muy graciosa - dijo molesto.
- Bien...El día que despierte invéntate cualquier excusa sobre como la encontraste y por qué está ahí y sobre todo, por encima de cualquier cosa, nunca la llames por su nombre original, tienes libertad de llamarla como quieras, ¿entendido?
- ¿Qué se supone que le has hecho? - hizo caso omiso de la pregunta que le hizo la morena.
- ¿Me estás escuchando?
- ¿Qué le hiciste? - insistió.
- He utilizado un hechizo roba esencias. Todos sus rasgos característicos, como las colas, han desaparecido, ahora es una humana normal y corriente. Como si Ahri nunca hubiera existido.
- Comprendo - pronunció seriamente el chico de ojos rojos.
Zed, tomó a la ahora peliplata en brazos y comenzó a marcharse.
- ¡Zed! ¿Estás seguro de que pued-?
- ¡Ni una palabra, Itziar! - gritó a lo lejos, interrumpiendo a la mujer - No hagas que comience a arrepentirme de esto - pensó en voz alta antes de desaparecer.
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Breathe (3º Temporada 'Y De Repente Tu) - League of Legends Fanfic
FanfictionMeses más tarde tras la muerte de Ahri y el fin de la guerra, un nuevo problema surge, el cual tendrá que ser enfrentado por el Maestro de las Sombras.