Por una vez (Sevmione)

Capítulo 19

EPILOGO

SEVERUS SNAPE

Observé aquél cabello castaño en la almohada blanca, enmarañado y desordenado con olor a frutas y contemplé su rostro tranquilo al dormir, la sábana blanca cubría sus senos y la mitad de su cuerpo, sobresalían sus piernas blancas y perfectas, a penas unas horas que habíamos dormido y no podía dejar de observarla. No podía creer la facilidad con la que regresamos a estar juntos, ¿qué había pasado con Richard? ¿Cindy? De un momento a otro, eso a ella dejó de importarle y todo pasó como si nada hubiese ocurrido, cómo si sólo le importara lo que ambos seguíamos sintiendo, tal como aquella vez en su graduación, abandonarlo todo por lo nuestro.

Se escuchó como se abrió la puerta y entró mi princesa en silencio, tomé la varita y me vestí bajo las sabanas, me levanté y abracé sacándola de la habitación.

—¿Mami?

—Mami está dormida princesa, tú y yo iremos a preparar el desayuno mientras ella despierta y se da una ducha — la senté en la barra mientras sacaba lo necesario para preparar un desayuno decente — ¿Sabes? La buena para la cocina es Hermione, yo siempre termino haciéndolo todo trizas... creo que será mejor llamar a Glin...

—Si amo — apareció el elfo haciendo una reverencia.

—Prepara un desayuno para cuatro personas por favor, café para la señora Snape y para mí, leche para los niños, hot cakes con mermelada, omelet, fruta picada y jugo de naranja — el elfo comenzó a prepararlo todo, Leo apareció con su cabello desordenado.

—Buenos días Severus.

—Hola Leo... en muy poco estará el desayuno listo, vayamos a sentarnos.

—¿Y mamá?

—Durmiendo aún... — en poco tiempo estaba ya en el comedor todo listo para desayunar, Hermione bajó poco tiempo después con una bata de satín color coral.

—¿Por qué no me despertaste?

—Creí que estabas cansada... ayer... te dormiste tarde y... algo agotada.

—¿Tu preparaste esto? — me preguntó ignorando mi comentario y dándome una mirada muy seria con regaño de por medio.

—Claro que no... llamé a Glin.

—Lo sabía... Leo te estoy viendo, quiero que te acabes esa leche sin dejar una gota.

—Mamá... — y una sola mirada bastó para que ese vaso estuviera vacío.

—... y por eso le pedí al enano de tu abogado que alistara la casa de la playa, los chicos no la conocen y seguro se emocionaran demasiado, pensé que así mi familia se podría ir haciendo a la idea de que estaré contigo, algo que no se tomará muy bien Jack... creo que mi papá ya se lo imagina.

—Si... no te preocupes, recibiré cada una de sus palabras sin decir nada, creo que al final me lo tengo bien merecido.

Estuvimos un mes entero en la playa, Leo no dejaba de asombrarse al ver el mar y no quedaba ni rastros de aquellos recuerdos y pesadillas, Hermione había decidido que le diríamos cuando cumpliera la mayoría de edad y poco a poco para que no recayera, mi princesa parecía una sirena cuando Hermione la metía con ella a las olas, yo casi siempre me dedicaba a observar a mi familia desde la orilla, ver esa felicidad en sus rostros era la mejor dicha que pudiese tener en la vida.