Capítulo 2

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- Entonces ya saben cual es el plan – En medio del bosque Itachi y Kaede centraban toda su atención en Shisui Uchiha mientras este trazaba un mapa – debemos marcharnos enseguida.

 - Espera, espera, espera – Interrumpió Kaede – Tal vez ustedes dos sean unos genios o lo que sea pero yo no entiendo nada.

 -  Kaede, ya te he explicado el plan más de 3 veces. 

- ¿Y qué? – Ambos chicos la sacaban de quicio, no sólo debía de soportar a Itachi con su habitual estoicismo sino también a Shisui que a pesar de no ser tan "inquebrantable" también tendía a ser bastante rígido- ¡Oh, vamos! como buen compañero deberías de tenerme algo de paciencia, ¡Ah! Y deberías de ser más blando... después de todo... Yo te gusto, ¿no?. 

Shisui enrojeció inmediatamente, aún le gustaba mucho Kaede.  Años atrás se había sentido atraído hacia ella y esa loca personalidad que emanaba siempre, entonces había decidido confesarle su amor a pesar de  llevarle unos cuantos años  (ella tenía 11 y el 15), pero aunque era una simple niña, Kaede poseía una personalidad inigualable, esa clase de vitalidad y rebeldía que se hallaba en muy pocas personas. Lo que él no pensaba era que entre los planes de Kaede no exista intención alguna de involucrarse con él ni con nadie. Era en todos los sentidos conocida por ser un espíritu libre.   

Empezó a recordar aquel día en el cual había decidido confesarse a ella: 

-  Ehm... Kaede... Yo... quiero decirte algo – Shisui estaba de pie frente a Kaede. Él esperó a que ella saliera de la academia ninja y ya que era su ultimo día allí, más tarde tendría que conocer a su nuevo sensei y empezar la típica vida de un verdadero ninja. Sintió que era el momento perfecto y lo aprovechó para decirle todo. 

-   No tengo tiempo para estar perdiéndo aquí – La expresión de Kaede era de total indiferencia - ya sé lo que me vas a decir y mi respuesta es obviamente no. En lugar de estar confesándome tus sentimientos deberías de ir a entrenar a ver si Itachi no te supera, cosa que está a punto de hacer si no estoy mal. 

Desde aquel día Shisui se dio por vencido. 2 años después cuando se enteró de que tendría que trabajar junto a ella en Anbu no supo si alegrarse o desesperarse, después de todo sabía que la personalidad de Kaede estaba plasmada perfectamente en cada uno de sus movimientos,  movimientos que eran poco coordinados y que se asemejaban más a los de un animal que a los de una criatura racional. En pocas palabras ella no era una buena Kunoichi para la organización de Anbu, ni siquiera tenía edad suficiente para hacer parte de raíz. 

En ese entonces Itachi y ella tenían 13 años pero la diferencia de poderes y de actitudes frente a la autoridad era tan grande como el agua y el aceite, tanto que Itachi había logrado convertirse en el capitán de la organización. El mayor problema era que ella siempre hacía lo que quería y nunca cooperaba, la fama de Kaede en la aldea era espantosa pero a ella nada parecía importarle. Tal vez ese fue el atractivo que muchos chicos le encontraban, porque no sólo era físicamente atractiva sino que era vista como un pequeño misterio, y al mismo tiempo como un gran reto.

-  Entonces,  ¿vas a explicarme el bendito plan o no? – Kaede interrumpió el rumbo de los pensamientos de Shisui haciéndolo enrojecer aún más.

-  Está bien, seré breve para que entiendas. Yo iré por el centro, Itachi a la izquierda y tú Kaede a la derecha, solo tienes que ir, cuando llegues a la posición del enemigo te encontrarás con nosotros. Tu e Itachi se encargarán de cerrarles el paso y atacar a los que puedan librarse del genjutsu al que los someteré, ¿entendido?.

-   Como sea. Sólo terminemos esta tontería rápido, quiero ir a casa.

De esta manera el trío emprendió su camino hacia el lugar en el que se encontraban los ninjas enemigos provenientes de Kirigakure. La misión consistía en no  dejarlos penetrar en los territorios del país de fuego ya que buscaban conquistar algunas pequeñas aldeas para beneficio propio. 

Esta era una labor para tomar bastante enserio por lo que el consejo decidió enviar a los mejores ninjas pertenecientes a Raíz. La presencia de Kaede se debía a razones muy distintas a tener un gran potencial como miembro de Anbu (que por cierto no tenía) o a ser una ninja médico (que no era). Lo que quería Danzo era tratar de probar su valía como Kunoichi, después de todo era su hija y él era un hombre orgulloso. A pesar de que su hija tenía algunos problemas por delitos menores cometidos en la aldea y que en repetidas ocasiones algunos aldeanos debido a su desconfianza habían solicitado que fuera encarcelada o exiliada, la respuesta siempre fue la misma: Danzo-sama no había autorizado castigo alguno contra Kaede.

Una vez hubieron acorralado a los ninjas de Kirigakure dejaron sus cuerpos inconscientes por el genjutsu al cual habían sido sometidos acostados bajo la sombra de un árbol habiendo dado fin a la misión. Se marcharon lejos de allí hasta llegar a un lugar en el cual pudieron sentarse a descansar.

- Iré a tantear el terreno – Anunció Shisui de espaldas mientras se alejaba del pequeño campamento que habían construido.                     

- No te tardes demasiado - advirtió la chica mirando a Shisui con una ceja alzada.

Una vez se quedaron solos Kaede e Itachi, un silencio incomodo se empezó a abrir  paso en medio del ambiente. Nadie decía nada, ni siquiera se movían, tampoco se atrevían a respirar demasiado fuerte. Hasta que de repente, Kaede decidió romper el hielo.

-  Peleemos –  Itachi compuso una pequeña mueca después de escuchar eso. Ya se lo esperaba. Cuando Kaede se aburría siempre tendía a buscar con quien pelear.

-   Ahora no. Sé que estás cansada Kaede  – Respondió Itachi con calma.

-  No me trates como a una cría Itachi – Y de repente envió un puño directamente hacia su cara, pero no pudo más que sorprenderse y sentirse algo estúpida cuando el suelo empezó a moverse, el cielo azul se convirtió en un mar rojo e Itachi se desintegró en un montón de cuervos.

-  Te lo dije. Te dije que ahora no es el momento, pero eres demasiado terca – Su voz resonaba por todos lados, sin embargo no había rastro de él. Kaede empezaba a sentirse inquieta.

-  Tal vez no tengo un sharingan como tú, ¡demonios! tampoco tengo un kekkei genkai pero sé qué hacer cuando haces esos trucos sucios tuyos, conmigo no podrás jugar tan fácilmente.

Itachi era todo un genio en el arte de confundir e intimidar a su presa, no era un hueso fácil de roer para nada. "Ya entiendo por qué es tan arrogante" Pensó Kaede cuando empezó a sentirse mareada y una sensación paralizante empezó a extenderse por su cuerpo.  "No tengo sharingan así que mi única opción para salir de aquí será muy poco bonita".

Para sorpresa de Itachi el genjutsu se rompió y Kaede pudo salir de él. Todo sucedió demasiado rápido. De un momento a otro había un charco de sangre que teñía  la tierra, Kaede se ponía cada vez más pálida mientras que de su pierna salían borbotones de sangre. El Uchiha jamás imaginó que una chica como ella sería capaz de hacer algo así. Por primera vez Itachi el "genio" no fue capaz de descifrar las acciones de su oponente a tiempo y aunque Kaede se desangraba, él sentía que esta vez no había sido  el ganador.

Guerra de EngañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora