Capítulo 25

824 51 18
                                    

Nunca pensó en lo sencillo que podría ser encontrar a algunos miembros de Akatsuki. Quizás el hecho de que fueran ninjas excepcionalmente fuertes y peligrosos bastaba para que aun conociendo su paradero nadie con al menos un poco de sensatez se atreviera a buscarlos, por lo tanto con solo sobornar a algunas cuantas personas y preguntar en algunas villas de paso se podía saber con bastante exactitud en donde se encontraban algunos de sus miembros, pero al parecer Itachi y su compañero Kisame eran una pequeña excepción.

Los más cercanos a ellos eran dos miembros de Akatsuki, uno llamado Deidara y otro llamado Tobi. Ambos recorrían aldeas y países sin ser muy notorios, de Tobi no se sabía casi nada, su proveniencia, apariencia física y habilidades eran totalmente desconocidas para las personas a las que preguntaban mientras que Deidara era un ninja reconocido por haber pertenecido a Iwagakure y más tarde escapado de allí sin razones aparentes. Ahora aparecía en el libro Bingo, catalogado como un criminal de alto rango que era parte de Akatsuki. Su técnica se basaba en el uso de arcilla explosiva lo cual él consideraba con toda seguridad como su magnífico arte.

El equipo Taka junto a Tora, llegó rápidamente a la zona indicada por algunos aldeanos. Era un extenso y vivaz bosque que encerrada una serie de pueblos y comunidades bastante separados entre sí.

- Sepárense e intenten rastrarlos  - Ordenó Sasuke mientras frenaba su marcha.  

Tora se fue hacia el sur desviándose un poco del camino. No había tiempo que perder meditando en cómo iba a encubrir su ausencia y más tarde explicar o mejor, inventar lo que había pasado.

Debía encontrar alguna forma de saber en dónde rayos se encontraba Kaede. Hizo unos cuantos sellos e invocó a un gran halcón. El animal esperaba mientras Tora intentaba colocarle un raído pedazo sucio de tela que había extraído de su bolsillo alrededor de su pata.

El animal empleó el vuelo y se alejó rápidamente de su campo de visión. Si ella estaba cerca con seguridad volvería antes de lo imaginado.

Se apoyó en un árbol. Todo el cuerpo le dolía, no recordaba bien la última vez que había descansado o dormido más de tres horas. De repente, su cabeza parecía pesar demasiado como para ser sostenida por sus agotados hombros, sus verdes ojos empezaron a entrecerrarse y su respiración se volvió profunda.

Poco a poco la imagen de una alegre y embarazada Kaede aparecía arrastrándose en su mente y se quedaba allí, suspendida en sus pensamientos hasta que un estruendoso sonido lo arrastró de vuelta a la realidad.

Una enorme explosión en un lugar no muy lejano había acabado de iluminar todo el bosque. Las criaturas salían aterradas de sus nidos y madrigueras para buscar otros sitios más seguros lejos de lo que estaba pasando allí.

Era casi obvio que Sasuke había encontrado lo que buscaba, y llevaba un buen rato enfrentándose a él. El problema era determinar cuál de los dos o si ambos seguían vivos después de eso.

Tora se dirigió al sitio de la explosión ocultándose entre los árboles para evitar verse involucrado en lo que sea que estuviera pasando.

- ¿Qué es lo que están haciendo? - Observó todo el lugar examinando la situación.

Sasuke tenía su blanco y firme torso desnudo casi cubierto por completo de pequeñas heridas, jadeaba y parecía estar a punto de derrumbarse. Su expresión ya no era tan serena como siempre, en lugar de eso estaba cansado e impaciente.  Su cuerpo parecía estar rodeado de electricidad. Frente a él un hombre de cabello rubio y largo y de claros ojos azules se desvanecía en el suelo quejándose de dolor.

Tora se preguntó unas cuantas veces si debía salir a ayudarlo, pero tenía casi la certeza de que no podría hacer mucho. A pesar de todo, Sasuke parecía estar a punto de ganar la pelea. Ambos empezaron a discutir, Deidara estaba furioso.

Guerra de EngañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora