Capítulo 5

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Itachi no se esperaba aquella noticia, algo en su mente no había terminado de procesar lo que estaba pasando. ¿Cómo no se había enterado de que Kaede no solo era hija de Danzo sino también de una Uchiha? Nadie nunca lo había dicho, definitivamente había muchas cosas que a pesar de su ingenio pasaba por alto.

Gracias a su velocidad logró tomarla de un brazo con brusquedad y arrinconarla contra una pared, detrás de una casa, lejos de miradas intrusas. Ya había percibido a un espía cerca de ellos durante las últimas semanas, por eso no se arriesgaría más de lo necesario.  Se acercó mucho a ella, tanto que podía percatarse del leve rubor que empezaba a cubrir su rostro y también de cómo ambos alientos chocaban suavemente.

-  ¿Estás diciendo la verdad? – Preguntó ignorando la incómoda proximidad.

- S-si – Ella apenas podía sostenerse en pie, ¡demonios! Itachi le robaba todo el aliento, no parecía tener la oportunidad de salir bien parada de aquella escena.

Con violencia la estrujó contra el muro haciéndola soltar un pequeño gritito de dolor.

- ¿Cuál era el nombre de tu madre?

Kaede abrió un poco los ojos con temor y se permitió contemplar como nunca antes había hecho aquellos ojos tan oscuros, las largas pestañas, esa nariz tan perfectamente hecha y esos gruesos labios.

- Naori, su nombre era Naori.

La expresión de Itachi pasó de la seriedad a la completa incredulidad, soltó a Kaede y se alejó de ella. La miraba detenidamente pero era evidente que sus pensamientos no se encontraban presentes.

- ¿La conociste? ¿Sabes quién era? -  Preguntó Kaede con ilusión.

 Después de un rato seguía sin reaccionar, los recuerdos y conocimientos revoloteaban en su mente para luego conectarse entre sí como un rompecabezas.

- Tú sabes quién era mi madre, dime quien era... Por favor – Kaede se reprendió a sí misma por ser tan sensible, los ojos se le volvían a llenar de lágrimas. Pero se sentía inmensamente feliz porque después de tanto tiempo por fin alguien le hablaría de su madre.

Itachi no pudo evitar sonreír levemente al percatarse de la triste expresión de la chica, ella era dulce en el fondo. Podía entender por qué siempre había actuado de una manera tan ruda. Al parecer anhelaba con locura obtener información acerca de la mujer que había sido su progenitora, pero Danzo se la había negado, la razón le era desconocida.  También podía entender por qué la chica se negaba a aceptar todo lo que estaba pasando con el clan.

Pero no cambiaría de opinión respecto a lo que era correcto o no, no había nada que se pudiera hacer, él amaba a su clan y admitía que la madre de aquella chica era la responsable de que muchos miembros del clan sentaran cabeza y no hubieran terminado por descarrilarse antes. Esa mujer había sido una líder, la mejor líder del clan Uchiha aun cuando era bastante joven, una mujer con voluntad de fuego inquebrantable, digna del puesto de hokage.

Pero, ¿Cómo era posible que una mujer como Naomi terminara involucrándose con un hombre como Danzo? Ambos debían de haber sido total y completamente diferentes el uno del otro, además alguien como Danzo no soportaría tener a su lado a alguien más fuerte o virtuoso que él. ¿Qué era exactamente lo que había pasado?

- ¿Itachi? – Kaede estaba cayendo en el abismo de la desesperación con el paso del tiempo, en su vida habían sido negadas tantas cosas necesarias para todo ser humano que en ocasiones sentía cómo si no tuviera un propósito para seguir viviendo. Todos los días se levantaba pensando "¿Y ahora qué?". Lo menos que podía obtener del desgraciado destino que la vida le había otorgado, eran datos acerca de quien fue exactamente Naori Uchiha, aquella que había muerto antes de que pudiera pronunciar sus primeras palabras o dar sus primeros pasos, nadie vio cuando entró en la academia, nadie la consoló ni le explicó cómo se llamaba lo que sentía cuando veía a Itachi, nadie le había dicho "Te quiero".

Guerra de EngañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora