Capítulo 9

1.4K 109 13
                                    

-  Itachi – Llamó Kaede en medio de la oscuridad.  Estaban recostados el uno junto al  otro sobre  un pequeño futon. La habitación era estrecha pero acogedora. Después de un día de larga caminata junto a Kisame, se sintieron aliviados cuando encontraron un viejo hotel escondido entre algunas montañas, que servía de paradero para Ninjas clandestinos. El último año habían vivido de escondite en escondite. Después de todo, así era la vida de un Akatsuki. Con el tiempo terminaron por acostumbrarse y encontrar a aquellos lugares no muy bonitos o higiénicos como milagros que se aparecerían de vez en cuando en el camino. 

-  ¿Sí?

-  Ahora que lo recuerdo, ¿Cuándo vas a decime lo que pasó con mi madre? – Desde que escaparon de la aldea, pocas veces se había permitido pensar en su madre. Eran seguidos continuamente, algunas veces forzados a pelear contra miembros de Anbu que seguían tras el rastro de Kaede. Y ni hablar de la enfermedad de Itachi. Algunos meses después de haber huido, el mal que sufría se había hecho más notable. Tosía y vomitaba sangre varias veces al día, se cansaba con facilidad, y si usaba el sharingan durante largos periodos de tiempo, se mareaba y quedaba ciego durante un momento. Al principio intentó ocultarlo, pero después fue demasiado notorio. 

La enfermedad era la consecuencia de usar el Mangekyo Sharingan, el cuerpo se desgastaba lentamente, las energías se consumían, la vida se escapaba. Kaede se sentía cada vez más desesperada. 

El supuesto Madara les habló acerca de un hombre que vivía en la aldea del lobo aullante y preparaba toda serie de medicamentos a base de plantas medicinales. Era un experto, el mejor de su aldea. El único que podía ofrecerle a Itachi algo que lo aliviara por algún tiempo, que le permitiera vivir un poco más. La enfermedad era mortal, no había cura alguna por el momento, a excepción de un trasplante que poseyera el Sharingan, pero para Itachi esa alternativa no era válida.

Después de meditarlo durante mucho tiempo, Kaede decidió abandonar a su amado, para aventurarse hacia la aldea de la que Madara les había hablado. Le pediría a ese hombre que la entrenara en la elaboración de medicamentos y venenos mientras le enviaba a Itachi la medicina que lo mantendría con vida.  Aunque había expresado entender el deseo del joven de morir algún día a manos de su propio hermano, en el fondo no podía aceptarlo. A cada día que pasaba, la resolución de no dejar morir a Itachi era más grande. Debía de pensar en una forma de evitar todo aquello, de evitar que una persona justa y bondadosa muriera debido a una mentira que él mismo había creado. Encontraría la forma de salvarlo, lo haría.

Al día siguiente debía marcharse sin mirar atrás, se iría durante un tiempo indefinido y esa noche sería la última que pasaría con Itachi. Pero antes de irse, necesitaba saber acerca de su madre, quien aunque ya no era una prioridad, seguía siendo un misterio, uno que debía resolver. Aprovecharía cualquier oportunidad para saberlo.

- ¿Realmente lo quieres saber? – Suspiró, no parecía ser una historia muy bella o consoladora que digamos. Pero aquel pequeño momento de privacidad y tranquilidad que casi nunca se permitían, era el indicado.

-  Era mi madre después de todo. – Itachi la miró pensativo, después de un rato dijo:

-  Bien.

                                                                          - - - - - - 

- Estoy embarazada – El anuncio de Naori llegó por sorpresa, en los últimos días se respiraba un ambiente de tensión en toda la aldea. Los Uchiha seguían abusando del poder para ganar batallas y Naori seguía tratando de hacerlos entrar en razón sin mucho éxito.

- ¿Cómo dices? – Danzo se sobresaltó notoriamente. Luego sonrió como nunca antes, era la mejor noticia de su vida. - ¿Quieres decir que seré padre?

Guerra de EngañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora