Capítulo 39

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La desolación y decepción hicieron mella en su pecho, como podía ser tan osada y dejar al descubierto alguien que no era, con que cara miraría a Duncan de ahora en más?, decidió volver a ponerse la bata y volver a su dormitorio, donde de seguro la esperarían largas horas de insomnio y soledad.
La brisa fresca, refrescaba su rostro escarlata por la vergüenza, el ridículo acto la consagró.
Volvió a su cama con lágrimas a borbotones, su mente iba en distintas direcciones y hasta pensaba en volver con su tía Odette, sería el castigo mayor que tendría por haber sido tan mala persona.
De pronto un leve golpe distrajo su atención, alguien o algo tocaba la puerta.
De seguro alucinaba, no creía en fantasmas, pero ya no sabía que pensar.
Se levantó sigilosamente para escuchar con claridad, efectivamente volvieron a tocar muy suave su puerta.
Temerosa y a la vez curiosa decidió esperar unos segundos y muy lentamente abrió apenas la puerta, no había nadie, de pronto como un viento huracanado la puerta se abrió de par en par y alguien sujetó su cara y nuevamente cerró la puerta.
El susto era el máximo que había experimentado en su vida, ¿serían ladrones?, la oscuridad de la habitación y la leve luz que la luna emanaba no le daban lugar a ver nada.
Intentó morder la mano de su atacante, cuando al girarla, vio que era Duncan, si, Duncan.
_Aghhhh ¿Qué crees que haces? -dijo tomándola fuerte de sus antebrazos.
_Duncan....¿tú?- dijo sin poder creerlo.
_Si..soy yo!, pero acaso esperabas a alguien más?
_ Nooo...yoo...
Solo logró emitir esas palabras porque Duncan ya se apoderaba de su boca, la sorpresa en ella fue más que satisfactoria porque lo creyó enojado y quizá avergonzado por su actitud en el balcón, pero esta reacción denotaba lo contrario, ¿o quizá no?
_Duncan....D..
_Shhhh...
En ese momento Angie descubrió algo muy distinto a lo que sentía cuando él estaba con ella, la sorprendía su respuesta para con él, el silencio solo dejaba escuchar los leves gemidos que su garganta dejaba escapar, la respiración se hacía cada vez mas corta y su cabeza comenzó a dar vueltas.
Duncan la tomó de la mano tan suavemente y sin dejar de besarla la condujo hacia el lecho, sus nervios comenzaron a reaccionar obligándole a poner freno ante la situación, pero ya era tarde, él le quitó la bata y la dejó caer al piso, Angie solo logró quedarse absorta, estaba viviendo algo nuevo, algo impensado, que sucedería así, de esa manera. De pasar a sentirse una joven tonta y avergonzada, ahora se sentía temerosa y a la vez con curiosidad por lo que le deparaba ese encuentro.
Duncan estaba dispuesto a cumplir sus deseos y a la vez demostrarle su gran amor, sólos perdiéndose en sus miradas y gemidos encontraron lo que habían anhelado desde hace tiempo.
Angelique estaba flotando en una nube y a la vez la realidad la hacía caer duramente a la verdad, Duncan yacía dormido a su lado con su bello rostro casi sonriente, una gran paz lo envolvía. ¡Cuánto lo amaba!, el solo verlo así, tan indefenso y suyo, hacía más dura su realidad, anhelaba esto por mucho tiempo más, pero su tía Odette no dejaría de presionarla para lograr su objetivo.
Si tan solo fuera Angelique y no Shannia!, un nombre, solo un nombre que haría de su vida un infierno si lo descubrían.
Ahora quería solo disfrutar este momento, a su lado recostada en su pecho, oirlo respirar y amarlo aunque era indefinido hasta cuando viviría con esta carga.
A la mañana siguiente Angie despertó sola, de momento pensó que él se había molestado por su actuación y un dolor agudo en su pecho comenzó a surgir.
Hizo lo de costumbre se vistió, arregló y bajó como siempre a desayunar en la cocina, pero no había nadie en la casa, el silencio era espectral, sintió temor, algo debe haber sucedido!.
Al entrar al gran comedor vio la mesa muy bien puesta y preparada como si tuvieran visitas, pero solamente había dos lugares, quizás se olvidaron de ella?
_Buenos días!!, dormiste bien?
Ese tono de voz que tanto amaba solo logró exaltarla y en un giro se volvió a él, expectante ante lo que tuviese que decirle.
_ Buenos Días!!, los demas?...
Es raro, ¿no hay nadie en la casa?
_ No...solo tu y yo -dijo sonriendo
_ Pero....¿dónde están, Delia, Liah?
_ Salieron temprano a comprar unas cosas y no quisieron molestarte, ¿has dormido bien?
_ Ehh...sii bien, gracias..
Su rostro volvió a encenderse ante los recuerdos de esa noche, de momento quizo desaparecer y no tener que sufrir cuestionamientos.
_ Bien....¿no me preguntas lo mismo?- dijo burlonamente
_ Tú...¿estás molesto?
La sorpresa en el rostro de Duncan la sorprendió.
_Molesto..no, ¿porque debería estarlo?
_ Es avergonzante lo que pasó....yo..no debí...lo siento.
_ ¿Me estás diciendo que te arrepientes de lo que pasó entre nosotros?
_ Ohh noo!! De lo anterior, a eso me refiero!
_ Ahhh bien, pensé mal.
Duncan se acercó a ella y tomando su pequeña mano la atrajo suavemente hasta unir sus labios como ambos anhelaban.

Mi Dulce MentirosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora