Johann POV
Sus palabras retumbaron en todo el apartamento, al igual que en mi cabeza. Sentía que algo se había roto dentro de mí, tal vez mi corazón, o simplemente era esa falsa idea de que lo que sucedía entre ellas era solo una confusión, algo pasajero. Evidentemente estaba equivocado.
Ninguno de los dos pronunció palabra, y no era necesario. Ya sabía qué hacer.
Me dirigí a la habitación y tomé mi maleta, esa que ni siquiera había tenido tiempo para vaciar. Regresé a la sala, dispuesto a marcharme, pero Poché me detuvo tomándome por el brazo.+ Lo siento –dijo ella en un tono casi inaudible-.
- ¿Lo sientes? ¿Por qué?
+ Tal vez no te lo dije de la manera más apropiada…
- Oh, no, no te preocupes. Solo me acabo de enterar de que ya no quieres estar conmigo porque estás enamorada de tu mejor amiga, nada de otro mundo. Ahora, si me disculpas, debo irme
+ No tienes que hacerlo, esta también es tu casa
- Te equivocas. Mi hogar eras TÚ, pero ahora que sé que ese lugar ya no me pertenece no tengo nada más que hacer aquí –escupí de manera contundente mientras daba un portazo que, seguramente, se había escuchado en todo el edificio-.
Al atravesar las puertas giratorias del lobby que daban con la calle, me tomé unos minutos para asimilar lo que acababa de suceder. Fue entonces cuando me di cuenta de que había perdido al amor de mi vida y no podía hacer nada para cambiarlo. Sintiendo una especie de déjà vu me dirigí nuevamente a la cafetería que había visitado hacía menos de veinticuatro horas. Esta vez me fijé en el letrero que ponía en la entrada “Cafetería Versalles”. El frío que hacía en aquel momento en Bogotá era terrible, así que me apresuré a entrar al establecimiento y me senté en el mismo lugar de la vez anterior.
Mi mirada se perdió en el gran ventanal que daba con el exterior; había comenzado a llover y yo solo veía como las gotas caían, tratando de dejar mi mente en blanco. De repente una voz que se me hizo familiar me sacó de mi abstracción.- Disculpe, estaba algo distraído, ¿qué me decía?
+ Sí, de eso me pude dar cuenta… Le decía que no esperaba verlo tan pronto de nuevo señor Johann, y menos con la maleta en sus manos
- Bueno, yo tampoco esperaba estar de nuevo en está situa… Espere, ¿cómo es que sabe mi nombre? No recuerdo haberme presentado
+ No es necesario, usted es una figura pública, además mi novia es fan de su música
- Ah, tiene razón…
+ Bueno, pero no vine para eso… ¿Qué desea ordenar?
- Quisiera un latte baileys por favor
Pasados algunos minutos llegó mi orden. Cuando me dispuse a beber mi café aquel mesero me sorprendió. Luego de dejar mi pedido sobre la mesa arrastró una de las sillas y se sentó justo frente a mí, carraspeando un poco la garganta para llamar mi atención.
+ Disculpe que me meta en sus asuntos señor Johann…
- Solo dígame Johann, por favor –interrumpí en un tono amable-.
+ Está bien, Johann… Sé que no es de mi incumbencia pero tanto la vez anterior como esta le veo un mal semblante, ¿le sucede algo?
Tomé una gran bocanada de aire y suspiré.+ Bueno, creo que eso es un sí, y parece que esa preocupación tiene nombre y apellido
- Maria José Garzón Guzmán –dije cabizbajo y con un tono nostálgico-.
+ ¿Y qué sucede con ella? ¿Acaso se fue en un “vuelo a París”? –dijo haciendo las comillas con sus dedos índice y medio de ambas manos-.