Semana 6

5.9K 602 17
                                    

El lunes me digo que tengo que cambiar el chip, debo seguir tal y como he vivido estos dos últimos años, está claro que a mi manera, he sido feliz. Además, ahora tengo algunas amistades y todo está tranquilo.

Derek lo ha descolocado todo y no voy a llorar más. Tan solo espero no coincidir con él y que él decida hacer lo mismo, por favor. Cuando llega el viernes, me doy cuenta de que he tenido una semana bastante tranquila. He estado con mis niños y he hecho alguna que otra sustitución en la clase de Malia, que está de luna de miel en Tailandia. Además, la mano ya no me duele absolutamente nada.

Sin embargo, tengo un carácter de perros, tanto que ni Allison , ni Lidya se me acercan con tal de que no las muerda. Pero es que tampoco las soporto, siempre me recriminan que estoy dejando escapar al amor de mi vida, pero ellas no tienen ni idea de nada. Yo ya tuve una vez un amor de mi vida y fue tan horroroso que no quiero repetir. No he tenido noticias de Derek durante estos cinco días, ni tampoco hemos coincidido por el barrio de la escuela. Acabo el viernes viendo una película de las que se dejó en casa y pienso que, en cuanto regrese Malia, se las voy a dar para que se las dé a su marido y este, a Derek.

El sábado por la mañana salgo a correr y paso a ver a Jackson. Le cuento el desastre de después de la boda de Malia y la semana tan triste que he tenido. Él intenta consolarme, se nota que está de muy buen humor desde que sabe que sus hijos vuelven a la ciudad. Por la tarde, decidido ir a comprar algo de ropa, siempre que estoy un poco deprimido me gusta renovar el vestuario, aunque no siempre puedo hacerlo. Decido pasear por la calle Portal del Ángel, porque hay diferentes tiendas en las que siempre suelo encontrar cosas que me gustan.

Al poco rato ya no me queda presupuesto y como es temprano para regresar a casa, decido entrar en una cafetería y tomar un café con leche. Grave error. Cuando me acomodo, noto como un chico que está sentado en una mesa del fondo me observa con cara de asombro. Pienso que es un descarado y decido ignorarlo. Pero después de pedir el café con leche, este se acerca y me pregunta:

―Perdona, pero tú eres Stiles , ¿no?

No sé qué contestar. Al final asiento.

―¡Qué agradable sorpresa! No me reconoces, ¿verdad?

Niego con la cabeza.

―Soy Matt, MattPrats. Íbamos juntos al colegio de primaria, hasta que en sexto, cuando mis padres se separaron, me vine a vivir aquí.

―¿Eres Matt? ―pregunto incrédulo y me alegro un montón. Mattera un buen amigo, vivíamos muy cerca cuando éramos pequeños y casi siempre íbamos y volvíamos juntos del colegio. Pasábamos muchas tardes jugando en el parque. Está muy cambiado, ha pasado de ser aquel niño rechoncho a un chico alto y bastante guapo.

―Sí, soy yo ―confirma divertido.

Empezamos hablar sobre cómo nos ha ido la vida y yo omito los cinco años de relación con mi ex y paso directamente al hecho de que después de la carrera, y tras la muerte de mis padres, me mudé a Barcelona. Él me cuenta que es escritor y que comparte piso con los mismos amigos de la universidad.

Un rato después intento retirarme, pero él insiste en que vayamos a cenar algo, y no sé por qué acepto. Vamos a un bar que hay en la Plaza Real y nos sentamos en una mesa pequeña. Me alegra hablar con él, pero no paro de pensar en Derek. No tiene sentido, pero le tengo metido en mi tonta cabeza.

―¿Sabes? Siempre estuve enamorado de ti. Cuando me mudé a la ciudad te extrañé muchísimo―dice mientras me acaricia la mano.

Pero no me asusto, pues me doy cuenta de que, aunque lo encuentro muy guapo, no siento nada con aquel contacto. Me río y me acuerdo de cuando éramos niños. Recuerdo cómo mi madre salía a la calle para darme la merienda y me plantaba aquel beso tan suyo en la frente. «Cuánto te echo de menos, mami...». Entonces, sacándome de mis nostálgicos pensamientos, Matt insiste en que vayamos a tomar unas copas por el barrio del Raval. Pero esta vez sí que me planto.

―No puedo más, Matt. Ha estado muy bien el encuentro.

―Ahora podremos retomar el tiempo perdido ―insinúa, pero no le hago mucho caso.

Consigo despedirme de él y regreso a casa. Recordar junto a Matt mi infancia me pone triste y acabo pasando la noche llorando.

El domingo decido volver a salir a correr y paso a ver a Jackson otra vez.

―¿De nuevo por aquí, cariño? ―sabe que estoy mal y me habla con amor.

Le cuento lo de mis compras antidepresivas, mi reencuentro con Matty todas las sensaciones que sentí y Jackson me anuncia:

―Debes reconocer que Derekha surtido efecto en ti.

Asiento. No me queda más remedio que reconocerlo y esperar a que se me pase. Y por ahora, ya he superado una semana sin verlo.

Cogetelo ||Sterek|| ~Terminada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora