Confianza. °•Lysarmyn•°

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(Narra: yo)

"Los inviernos siempre me han parecido fríos y solos.
Siempre me han declarado soledad pura, todos, TODOS.

Sin embargo sabía que no todos serían así.
Sin embargo creía que cambiaría, al menos una parte de mi.

Que no todo sería frío y obscuro.
Si no, lindo y en un nuevo mundo.

Y fue en ese momento que lo ví.

Y fue en ese momento que el me vió.

Conocí a la primera persona que me izó sentir enamorado, querido, amado.

Un azabache de ojos zafiro
Y hasta cierto punto ermitaño.

Con su sola presencia enciende todo mi interior,
Me descontrola hasta perder la razón.

No conforme con eso.
Me enamoró, quitándome un peso.

Mi peso, mi cruz; que pagó cada día desde aquel invierno."

-Oh Lysandro, ¿que te paso?

El de ojos azules terminó de leer aquel fragmento de los poemas que a veces escribía su amado ojos bicolor, ahora estaba en la habitación del mismo.

No sabía exactamente que había pasado antes como para que el peliblanco sea tan frío o incluso cortante.

Sin embargo lo amaba. Lo amaba de verdad.

Soportaba ese tono seco por eso.

Aunque, no hay que olvidar su lado dulce. Ese que demuestra únicamente cuando está con él.

Lysandro no era famoso por ser una persona expresiva en lo que refiere a las facciones.

Armyn era  famoso por ser el gamer de toda la escuela, por ende el más distraído de la misma.

Tenían personalidades demasiado diferentes, puntos de vista diferentes, modales diferentes y hasta se podría decir que diferentes estatus sociales.

¡Por dios! Lysandro tenía familia ligada a la real familia de Inglaterra.

Pero claro, nadie sabía esto. Ni Armyn, ni Leingh, ni Castiel sabía que su mejor amigo ya había encontrado a sus verdaderos padres, y por muy imposible fuera así lo era.

Armyn tenía que saber qué pasaba con su pareja, quería saber qué lo atormentaba por las noches, el por qué de todas sus pesadillas.

Se había cansado de pensar en eso.

Decidió guardar aquel cuadernillo en el gabinete de la habitación y seguir "estudiando" ya después tendría tiempo para devolverselo. Suspiró.

- Lysandro, ¿que puedo hacer?

Y como si Dios quisiera que todo estuviera en su contra, atrás de el llegó Lys abrazándolo por la cintura y recargando su mentón en la comisadura de su hombro.

-¿Hacer que, Armyn?

-Ah! Lysandro... Este... Nada, nada, problemas míos.

-¿Que paso?

Genial, ahora debía inventarse algo para que el peliblanco no sospechará - Nada Lysandro... Sólo... Alexy.

-¿Que paso con tu hermano?

Lysandro volteo al azabache para que quedarán cara a cara, sin soltarlo. Ya empezaba a sospechar.

- <¡piensa rápido Armyn!> Me pidió acompañarlo para comprarle un regalo a Kentin.

♥Castiel, perdón... ¡Te Amo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora