Educando Al Príncipe [Omegaverse]

Beso Indeceado

Finalmente era él día de la boda Otabek estaba súper nervioso y en cuanto a Yuri, él aún se encontraba en su habitación siendo arreglado por sus damas, su tutora Marleen le hacía recitar todo el juramento y sus votos, mientras Leslye una de sus damas terminaba de arreglar la pañoleta de su traje y Mariett su otra dama le ofrecía algo de comer.

—Muy bien, joven Plisetsky con esto terminan sus lecciones introductorias a la realeza, parece que ya está a la altura de portar la corona y confió en que todo lo que aprendió sobre modales lo aplique —dijo Marleen quien se acomodó sus gafas y cerro el libro.

—Su alteza, es hora dijo Mariett quien le paso un par de pastillas sabor menta a Yuri quien ya había terminado de lavarse los dientes pues había aceptado el panqueque de chocolate que le habían llevado.

Yuri asintió, aceptó las pastillas de menta y luego siguió a sus damas quien lo condujeron al gran salón donde se llevaría a cabo su boda.

Otabek ya estaba ahí, con un traje negro y sencillo lo que hacía que el traje color azul y brilloso de Yuri resaltara, por supuesto aquello no le molestaba pues estaba acostumbrado a ese tipo de trajes que usaba en sus rutinas de patinaje.

La prensa ya estaba ahí grabando todo lo que ocurría, los reporteros iban de aquí para allá, los invitados ya estaban todos en su sitio y entonces la mirada de Yurio se cruzó por un instante con la de Yuuri, quien estaba junto con otros importantes reyes e invitados y por supuesto, también estaba Viktor, quien no soltaba su mano y le susurraba cosas a Yuuri.

Yurio volteo la mirada rápidamente, ya había llorado demasiado y aquel era un día importante se había preparado durante tres días para que se llevará acabo la boda perfecta y nada, lo iba a arruinar, ni siquiera sus sentimientos por Yuuri.

La reina anunció que la ceremonia ya iba a comenzar, el ministro del consejo de ancianos se paró en medio del trono e indico a los "novios" que se acercaran y una vez echo eso comenzó a decir.

—Hoy el reino de Kazajistán, se complace de celebrar la unión del príncipe Otabek y Yuri, quien a partir de hoy se convertirá en el segundo príncipe, entonces como la tradición lo dicta la pareja recitará sus votos y después Yuri dirá su juramento.

Otabek tomo la mano derecha de Yuri y le coloco el anillo, que por generaciones lo había usado la princesa heredera o en este caso, el príncipe y dijo:

—Yo, el príncipe heredero Otabek Altin, te tomo a ti Yuri Plisetsky, un hijo del pueblo ruso, como mi esposo para darme consuelo en los momentos más difíciles de mi reinado, cuando suba al trono y, sobre todo, para estar a mi lado y amarme como yo lo hago.

Las mejillas de Yuri se tornaron rojas todas esas palabras, solo se decían por obligación, pero por un momento creyó que las últimas palabras de Otabek eran sinceras. «Creo que es mi turno» Pensó Yuri mientras tomaba el anillo y se lo ponía a Otabek con un suspiro discreto, luego dijo sus votos...

—Yo, Yuri Plisetsky, prometo amarte para siempre, juro que estaré a tu lado cada vez que me necesites, prometo darte herederos que continúen el linaje real y prometo, que no te defraudaré como el segundo príncipe.

El ministro real unió sus manos con un listón blanco y luego Otabek acaricio la mejilla de Yuri y acercó sus labios, a los del joven ruso.

«Que haces Beka» Pensó Yuri nervioso «Diablos, no Beka, por favor detente estamos frente a muchas personas y cámaras no quiero hacer nada fuera de lugar por tu culpa»

Sin embargo, Otabek como si no leyera sus pensamientos, lo besó y lo hizo de manera tan apasionada, que a Yuri no le dio tiempo de reaccionar y solo continuo con el beso.

Yuri escuchaba los comentarios de los reporteros a lo lejos, el beso terminó y, aun con la cara roja trago saliva, trato de mantenerse sereno, para decir su juramento como segundo príncipe heredero.

—Juro ante los reyes actuales, ante el consejo de ancianos y todos los presentes, que cuidare mi lugar como segundo príncipe heredero, honraré al país al que ahora represento y me apegaré a las leyes y protocolos del palacio, juro proteger este país si algún día así, lo requiere y prometo, no hacer cosas que pongan en una situación complicada a la casa real.

La reina se acercó a Yuri, mientras el rey se acercaba a Otabek y ambos dijeron al mismo tiempo.

—Futuros reyes de Kazajistán, honren siempre a sus antepasados y escuchen las enseñanzas de sus mayores, protejan la corona que llevaran desde ahora en sus cabezas y siempre actúen con prudencia.

El rey le colocó su corona a Otabek y después un ministro real, llevaba otra corona igual en una almohada blanca, el rey la tomó y se la colocó a Yuri, puso una mano en su hombro y dijo:

—Bienvenido a la familia real de Kazajistán.

Todos los invitados aplaudieron y gritaron: "¡Larga vida a los jóvenes príncipes!"

Otabek entrelazó su mano con la de Yuri y caminaron hacia donde se llevaría a cabo el banquete real. Otabek saludaba para las cámaras, pero Yuri quería que todo acabara de una buena vez y tenía dos buenas razones para pensar eso: en primer lugar, estaba Yuuri y Viktor entre los invitados y, en segundo lugar, toda su serenidad y tranquilidad mental se acabó con aquel beso apasionado que le dio Otabek, por lo que quería largarse a su habitación y gritarle cosas a su almohada, ya que sería una falta de respeto hacia la casa real si se lo decía directamente a Otabek.

—Yuri-Kun, felicidades por tu boda —dijo Yuuri acercándose a la pareja y sonriéndole a Yurio.

Yurio observó de la cabeza a los pies a Yuuri, parecía un verdadero príncipe vestido con traje, un sombrero negro y un broche de patines de hielo.

—Gracias, Yuuri —se limitó a decir Yurio.

—Jamás creí que te casarías con la ex pareja de mi esposo —dijo Viktor acercándose a Otabek.

—Y yo, nunca creí que tú te casarías con el novio de mi mejor amigo —respondió Otabek.

—Oh, así que mejor amigo, no querrás, decir esposo —dijo Viktor mientras ponía una mano en su barbilla.

Yuuri miraba nervioso la discusión que tenían ambos alfas con respecto a su relación con Yurio y en cambio, Yurio se sentía más que molesto.

—Beka, vámonos de aquí —terminó diciendo Yuri mientras jalaba la manga de su traje y lo arrastraba fuera del salón del banquete.

—Oye Yura, no está bien que nos vayamos así, yo solo...

—¡Cállate! —le grito Yuri —. Cierra la boca quieres no necesitaba que me defendieras, porque yo fui el novio de Yuuri.

—Yura, cálmate quieres, yo solo... es decir que pasa si nos escuchan discutir —dijo Otabek nervioso.

—Nadie nos escuchara, ya casi llegamos a mi habitación.

Y en efecto habían llegado a la habitación de Yuri, abrió la puerta de un jalón y luego cerró la misma de un portazo cuando ambos entraron.

—No solo estoy molesto contigo por lo de hace un momento Beka, que diablos fue ese beso que me disté en la boda. Y no me digas que era necesario, odio admitirlo, pero vi la boda de Yuuri por televisión y ni siquiera Viktor lo beso así, es más ni siquiera se besaron.

—Yura, yo solo...

—Solo qué, Beka, tú me prometiste que no era necesario que yo tuviera sentimientos por ti, pero tu Beka, ¿acaso sientes algo por mí, para jugar conmigo de esa manera?