Educando Al Príncipe [Omegaverse]

Enfrentando los errores

Mientras Yuuri y Viktor regresaban a casa, Otabek se había quedado en aquella solitaria mansión, con Yurio pues no sabía cuál seria su reacción luego de que despertara.

La mente de Yurio seguía en estado de Shock, así que cuando despertó y decidió salir de la habitación, aún tenia ganas de matar a Otabek.

—Oh Yura que bueno que despertaste, vamos a casa —Exclamó Otabek al verlo.

Pero Yuri lo ignoro por completo.

—Oye Yura estas...

Pero antes de que Otabek terminara de decir algo Yurio estaba a punto de clavarle un cuchillo.

Otabek reacciono rápido, lo empujó hacia la pared y tomó sus muñecas, Yurio soltó el cuchillo y gruño como si se tratara de un felino salvaje enojado.

—Yura reacciona por favor, ya todo acabó ¿Qué te hice para que reaccionaras así?

—¡Odio a los Alfas! —Gritó el rubio, ¡suéltame!

Otabek soltó una de sus manos y con ella descubrió el hombro izquierdo de Yurio, entonces se dio cuenta de que su marca se había vuelto una simple cicatriz, los ojos color esmeralda de Yuri estaban llenos de furia, pero ignorando este echo Otabek sujetó su cintura y lo atrajo hacia el para besarlo, aún si el contrario se resistía y en su mente solo pensaba.

«Yura por favor recuerda, vuelve te lo suplico, te amo»

Después de un rato Yurio dejo de resistirse y siguió aquellos apasionados besos que le daba Otabek.

Cómo si se tratara de un príncipe rompiendo el hechizo de su princesa con un beso de amor verdadero, Yuri había recuperado la conciencia y regresó a ser un niño bueno y no un asesino.

—¡Beka! —dijo Yurio abrazándolo, perdón lo siento, no se que hice, perdí el control yo s-solo fui tan iluso —Exclamó Yuri sollozando.

—Yura shh, calma lo entiendo, no estoy molesto contigo, pasaste por mucho a manos de Seung.

—Casi no recuerdo nada, las palabras de Seung resonaron en mi cabeza "No era amor" pensé y bebí aquella copa, entonces se creó como una ilusión en mi mente, tuve un sueño mientras me quedé inconsciente, me tocabas y luego te ibas con una guapa Omega que no era yo, todo se volvió confuso y borroso, una punzada me despertó y cuándo mi marca desapareció comencé a odiarte.

Otabek miró a los ojos llorosos de su esposo y le preguntó con su voz quebrada.

—¿Yura me amas de verdad?

—Yurio puso sus brazos alrededor del cuello del contrario y enredo sus piernas en su cintura.

—Si Beka te amo de verdad y sé que tú también lo haces, no por nada tus besos me hicieron reaccionar ya te he dicho que me vuelves loco.