Para el cierre de un contrato, Archie Brown y Candy White se reunieron en el Banco Central de la ciudad. Por supuesto, otra nueva invitación a salir se extendió. Porque serían días los que estuviera ausente, la rubia no fue descortés y aceptó una comida. Como en la noche anterior, la reunión se prolongó. Pero ésta vez, la mujer supo llegar a tiempo a 'una cita'.
En su casa y mientras Thierry hacía acto de presencia, ella frente a su computador consultaba páginas de internet con diferentes escenarios paradisiacos. Los que más le iban gustando, en una libreta anotaba su nombre, números telefónicos y...
– ¿Se puede? – le dijeron desde una puerta; y conforme la mujer indicaba que se acercaran, cerraba una pantalla y también donde escribiera.
– Claro –; en su rostro había una sonrisa que se amplió al sentir alrededor de su cuello los delgados brazos de su sobrina quien le preguntaba:
– ¿Qué haces?
– Investigaba unos precios.
– Referentes ¿a? –. Las dos rubias besaron sus mejillas. Acto seguido se liberaron.
– Un local que necesito rentar.
– ¿Para qué?
– Ángelo quiere ampliar el negocio
– ¿Otro bar?
– Así es.
– ¡Qué bien! – expresó Susy recargando su cadera en el escritorio y tomando unos lápices de una lapicera que estaba a la vista. Y debido a la manera en que se analizaban...
– ¿Los necesitas?
– Sí, pero no son el número que requiero.
– ¿Y te urgen?
– No mucho pero...
– ¿Quieres salir a pasear? – invitó Candy.
– ¿Hoy?
– Sí, porque...
Un llamado a la puerta la interrumpió. Tía y sobrina giraron al oír:
– Buenas tardes – del que se había colado.
– Buenas tardes – respondió la rubia mayor; y la menor yendo emocionada y rápidamente a su lado cuestionaría:
– ¿Te gustaría venir con nosotras?
Adonde fuera, Thierry diría: – Lo siento – como negativa.
– ¿Por qué? – la carita de Susy se contristó.
– Porque –, él miraba a la chica, – vengo a despedirme.
– ¡¿Qué has dicho?! – unos ojos se abrieron grande y horrorizadamente.
– Susy – la llamó Candy tratando de evitar los ojos de él quien era interrogado:
– ¡¿Adónde te vas?!
– Regreso a mi país
– ¡¿Por qué?!
– Por...
– ¡¿Acaso no te gusta aquí?!
– No se debe a eso sino...
– ¡Prohíbeselo, tía! –, a ella se volvieron para demandar: – ¡Dile que le darás más de lo que acordaron con tal de que no se vaya!
– No puedo hacerlo – Candy ya había dejado su lugar para ir a ella y calmarla. Sin embargo...
– ¡Sí, sí puedes! –. Y de nuevo a él: – ¿Es por dinero que te vas?
ESTÁS LEYENDO
Imposible no soñar contigo
FanfictionESTA HISTORIA, COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL, SON DE MI TOTAL AUTORÍA. NO DE DOMINIO PÚBLICO COMO AUTOMÁTICAMENTE SE ESTIPULÓ. (Escrita y primera vez publicada en 2015) Exactamente diez años los separan. Para él son nada amar a una mujer mayor...