Pov Alexia
Bebí una gran taza de agua hasta saciarme.
Escuché la risa de Yunan resonar detrás de mí, no obstante, sonreí sin girarme hacia él.
— ¿Entonces eso ocurrió?
— ¿Deberías de saberlo, no?— Musité. Esta vez sí que me volteé, hasta acortar nuestra distancia con un pícaro ademán— Eres tú el que me vigila mediante mi rukh.
— Si lo dices así suena un poco mal...— Expresó con tristeza, cerrando el libro de mi abuela.
Hice un vago movimiento de manos, sólo para hacerle ver que me estaba entreteniendo a su costa.
— Suena como tiene que sonar~.
Haciendo un fingido suspiro de tristeza, el rubio ceniza agachó la cabeza. Me entregó el libro y posteriormente, me miró a los ojos.
Incliné mi cuello para observarle.
— No soy raro...— Musitó con un puchero.
Reí entre dientes, agachando mi espalda para acercar mi rostro al suyo. Cuando estuve lo suficientemente cerca, le sonreí con perversidad.
— Dice el chico al que le gustan los lugares oscuros y estrechos...— Bromeé.
— Mira quién habla, tú tampoco te quedas corta con tus manías— Reprochó—. He vivido mucho tiempo junto a ti, soy el más acertado para saber cuáles escondes.
No le falta razón, en realidad. Es el mejor que sabe cómo lidiar conmigo.
— Cierto...Pero eso sólo hace que me quieras más, ¿No es así?
Yunan sonrió.
Como estaba agachada frente a él me agarró un mechón de pelo, acariciándolo hasta las puntas de éste con esa sonrisa todavía en su tierna y mansa cara.
— ¿Me merezco el abrazo ya o tengo que esperar un poco más...?
Sonriente, y negando con la cabeza, ladeé el cuello para observarle con un deje de sagacidad. Alcé los brazos y sin más, me tiré hacia él.
Yunan nada más sentir el impacto dejó salir una pequeña risita dulce, a medida que envolvía sus brazos en mi cuerpo.
En esa posición subí mi cabeza para observarlo, hasta que finalmente, por su cuenta, abrió los ojos para mirarme de igual manera.
— No habría aguantado mucho más tiempo...— Admitió. Se hacía el afligido, pero en el fondo estaba contento— Canalla, te gusta hacerme sufrir.
— Mmm...— Rumié, sagaz—Un poco, quizá.
— ¡Alexia!— Escuché detrás de la puerta. Sin moverme del sitio y mucho menos cambiando de postura, esperé a que se abriera.
Porque se iba a abrir, obviamente y por desgracia.
Alibaba entró con grandes llamadas de voz, hasta que fue bajando el tono cuando nos encontró de tal forma.
Instantáneamente colocó una mirada pervertida.
— ¿Ocurre algo?— Manifestó el de verde, alegre y tuno.
— ¿Qué cosas hacéis, vosotros dos?
— ¿No lo ves? Ahora mismo íbamos a pasar al nivel de adultos, así que márchate~— Canturreé. Noté cómo Yunan cerró los ojos, ladeando la cabeza.
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Serpiente dorada [Magi, the laberynth of magic]
FanfictionSegunda temporada de «La misteriosa conquistadora de laberintos».