XV: La vuelta a un nuevo mundo

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...


—  ¿Esta es la bienvenida que se me da?

Con una sonrisa en su cara movió débilmente su cuello, observando tumbada poca arriba lo que se presentaba; El grupo que se había encontrado le daba diversión, sobre todo por las palabras que le dedicaron nada más verla.

Alzó los brazos, suspirando con arrogancia.

— Esto sí que es bonito de ver...—Rotó nuevamente su vista, ahora hacia su costado. Alzó una ceja— ¿Verdad, Judar?

El susodicho esbozó una mueca maligna.

— No han tardado mucho en descubrirnos...¿Un mes, eh? Pensaba que tardarían más.

— Alexia, la serpiente dorada—Habló uno, sacando su espada hasta señalarlos con frialdad. Ella rió con frialdad—. Y el antiguo Magi del imperio Kou, Judar...Seréis arrestados por traición.

Se señaló a si misma, dándose la vuelta del todo pero siguiendo acostada. Demostrando así, las vendas de su brazo derecho que la tapaban hasta el codo. 

— Oh, nueva noticia—Ironizó la azabache—. ¿Qué he hecho ya?

— Está acusada de intento de asesinato y de hurto contra el rey—Dijo. La joven bufó con gracia—. Llevamos años buscándola, hasta que al fin aparece.

Se levantó de un salto, quedándose de pie. Alarmando al resto a excepción de su amigo por el abrupto movimiento, la muchacha colocó su mano en el pecho, e hizo una reverencia con una gran burla oculta. 

— Esa soy yo— Sonrió, grácil— ...Se puede decir que he dado un buen y largo viaje para que podáis ver mi perfecto retorno.

— Un viaje que termina aquí...Para ambos.

Judal y Alexia se miraron mutuamente, sonriendo al mismo son.

— ¿Puedo encargarme yo? Necesito moverme—Pidió ella, maliciosa. El chico hizo una mueca de disgusto. 

— No es justo, yo también quiero.

— Sólo son dos personas, no es para tanto—Señaló la joven a los guardias, con desdén. El de ojos rojos bufó con molestia—. La próxima vez te toca a ti.

También deseaba moverse. Hacer algo que había fuera de la rutina que los dos habían estado teniendo últimamente. Pero cuando ella pedía algo así, era prácticamente imposible negárselo. 

Porque le acabaría quitando el momento sí o sí. 

— Vale...Haz lo que quieras—Gruñó.

Al momento en el que la sonrisa de ella se hizo más plausible, el pelinegro se sentó en el suelo para así esperar su terminar.

Los ojos dorados de la mujer se posaron en los jóvenes caballeros en un mero instante. Tragaron en seco nada más verla avanzar hacia ellos poco a poco.

— Tanto tiempo caminando y al fin encontramos un poco de entretenimiento...—Musitó Judar, a regañadientes mientras observaba a la chica derribándolos sin dificultades— Y te quedas tú toda la diversión.

— Uf, es que mis músculos estaban agarrotados de tanto tiempo sin pelear—Dijo, crujiéndose el brazo al acabar. Se giró hacia él, con una mueca amena—. Era demasiada necesidad. 

— ¿Cómo aquella vez que casi me tiras a la nada?

Alexia rió entre dientes ante la expresión tan incordiada de su compañero, negando con la mano para restarle importancia.

Serpiente dorada [Magi, the laberynth of magic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora