...
— Sinbad-sama...
El hombre de cabello lila alzó la vista de su despacho, hacia un subordinado que se acercaba a él con algo entre sus manos. La luz que traspasaba el enorme cristal que tenía a su espalda vislumbraba el ambiente, ligeramente ameno durante esos últimos días. Sin embargo, deshizo su típica sonrisa para pasar a la inquietud en cuestión de segundos.
Venía con una caja.
Temía por lo que esta vez pudiese haber en su interior. Hacía una semana que Ja'far no daba señales de vida, y su interior comenzaba a molestarse sólo de pensar en algo tan vil.
¿Sería un recado cotidiano? O, de nuevo... ¿Era un mensaje de Alexia?
No, pensó; Ella no podría hacerle daño a Ja'far. Sería capaz de mil cosas más, pero estaba seguro de que no lo tocaría de esa manera.
Aunque en el fondo, sabía que estaba equivocado.
Sólo había unas pocas personas en el mundo a las que realmente Alexia no dañaría en la vida, y el ex asesino, estos últimos años... Se había caído de ese puesto.
Por lo que podía ocurrir cualquier cosa.
— ¿Sinbad-sama? — Interrogó de nuevo el trabajador, llamando la atención del susodicho.
— Sí, sí...— Señaló su escritorio, circunspecto— Déjala aquí, por favor.
Sin esperó a que la caja estuviera justo frente a sus ojos, aunque dudó en abrirla. No quería, en el fondo, asegurarse de que en su interior se encontraba otra cabeza de alguien importante para él.
Con una actitud más fría que de costumbre, se asintió a sí mismo para atreverse a abrirla. Primero, un asa. Luego, la siguiente.
Se quedó, al instante, petrificado.
— ¿Sinbad-sama...?
El subordinado observó a su líder, quien estaba absorto mientras miraba con los párpados bien abiertos el interior de aquella cosa. Sus manos comenzaron a temblar ligeramente, mientras estas, comenzaban a adentrarse dentro de la caja para sacar el objeto que había en su interior.
Las dagas de Ja'far, ensangrentadas con la sangre de éste mismo.
— No puede ser...
Se quedó perplejo, temeroso por primera vez desde hace años. ¿Realmente era la sangre de su amigo?
Realmente... ¿Alexia lo había matado?
Sujetó con fuerza las cuchillas, sintiendo la sangre seca en cada una de ellas. Rebuscó por si hallaba alguna carta como otras veces, pero ese día sólo se encontraba con eso; No había ningún tipo de mensaje de la serpiente dorada para él, sólo el arma de una persona que había estado a su lado durante mucho tiempo, y la cual recorría el filo con varios hilos de color carmesí hasta parar en la afilada punta.
— Márchate— Pidió al hombre que seguía ahí, parado frente a él—. Estate atento a lo que os diga, pero vete.
Extrañado, el contrario asintió y dejó el despacho de Sinbad sumido en el silencio y la soledad, nada más cerró la puerta tras él.
Siguió mirando una y otra vez las dagas, sin poder apartar la vista de estas. Su mente divagaba sin parar, entre cosas tan diferentes que ni él mismo podía entender en ese instante. Le venían imágenes de Alexia matándolo, de cualquier manera, y eso le producía, de repente y por el golpe tanto psíquico como emocional, muchas dudas.
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Serpiente dorada [Magi, the laberynth of magic]
FanfictionSegunda temporada de «La misteriosa conquistadora de laberintos».