Serpiente dorada [Magi, the laberynth of magic]

VII: Consecuente

Pov Alexia

Fruncí tenuamente el entrecejo.

Me distancié con lentitud en una falsa sonrisa para aumentar nuestra distancia , mas hice todo lo posible para que no se notara. Él, por su parte, seguía mirándome fijamente.

Nunca me había mirado de esa manera.

Antes sólo tenía la ligera sospecha. Esa diminuta duda que conociendo mi interior iba creciendo por momentos sobre qué era lo que me molestaba, pero...Ahora lo sé a la perfección.

La incógnita la había descubierto. 

— ¿De qué querías hablarme, Hakuryuu? — Inquirí, cambiando de tema. No obstante, en ningún momento aparté la vista de su rostro. 

— Ah, sí— Dijo. Alzó la mano, enseriando sus ojos como por acto reflejo—. Quiero tu ayuda para reconstruir el Imperio Kou. 

— ¿Me querías para ayudarte contra Gyokuen, verdad?— Alcé una ceja con misterio ante tal propuesta— ¿En qué más me necesitas? 

— Es cierto que la maté...— Sonrió, frío. Entorné los párpados por esa nueva faceta suya— Pero no sólo quería que desapareciera ella, también tengo pensado matar a Ren Kouen. 

Puse mis manos detrás de mi espalda, torciendo mi cabeza hacia un lado para observarlo con un deje de gracia.

Espero haber escuchado mal. 

— ¿Perdón? 

Él me asintió. Iba muy en serio con lo que decía, y la decisión que veía en ese pequeño fulgor de ojos me lo decía. Posteriormente se levantó de mi cama y por consiguiente, ésta vez fue él quien se dedicó a acortar la distancia entre nosotros.

Crucé mis brazos.

Si realmente cree que voy a ayudarle a crear una revuelta para matarlo...Es que no me conoce bien. 

— Él ha ayudado a esa organización, Alexia— Dijo, parándose mientras lo observaba con sagacidad—. A ti Al-Thamen también te ha quitado tu vida, sé que me ayudarás. 

Alcé el mentón y le sonreí con una sonrisa llena de desdén.

Oh, Haku...No reacciono al chantaje.

— Eres importante para mí, así que si necesitas ayuda te la daré—Declaré. Me sonrió conforme, como si hubiera esperando oír esas mismas palabras—. Pero yo de ti...Pensaría antes las cosas. 

— Te aseguro que lo tengo todo bien meditado— Me respondió, precavido.

Hice un ademán satírico y hábil; No lo dudaba, mas para mí no era exactamente el plan más acertado de la historia. 

Lo examiné con demasía al verlo todavía contemplándome. Al cabo de unos segundos él se dio media vuelta.

Con que bien meditado, huh. Me da a mí que tus planes revolucionarios están sobrepasándose.

— Te dejaré sola para que me des tu respuesta— Agarrando el picaporte, se giró a mirarme. Le asentí con una mueca maliciosa, casi irónica—. Mañana vendré a verte...Que pases una buena noche. 

La cerró. 

Mi atención se puso de inmediato en la ventana que tenía a mi costado.

Caminé hasta subir el escalón y me asomé para ver la altura de la caída; Tracé una sonrisa al ver que podía con ello.