XI: El ritmo de un futuro

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Pov Alexia


— Tengo miedo, Alexia. Yo...No sé qué hacer.

Miré a Kougyoku de soslayo. Rumié por sus palabras en seriedad, pero después, con un ademán sigilosamente malicioso, me fui acercando a ella al ésta tener un triste y melancólico gesto. 

Suspiré, graciosa.

Ya habían pasado unos días desde que vinimos aquí, y la situación como era más que obvia, se había tensado con demasía. 

— Esto es demasiado para mí— Manifestó, escondiendo su apenado rostro entre sus manos—. Nii-sama ha confiado en mí para la batalla, pero no puedo evitar sentirme culpable si lo hago. No sé si podré, si seré capaz. 

Moví mi cuello de un lado a otro, para después alzarlo al contemplarla con mayor detenimiento.  

— Piénsalo de otra forma, ¿Está bien?— Dije. La princesa elevó la cara, observándome con los ojos llorosos— Sólo estás protegiendo a tu familia. 

Al menos de nosotras dos puedes ser la única capaz de lograrlo.  

Yo no tuve tal oportunidad.

La chica hizo un débil puchero, se aferró a la manga de su vestimenta y me asintió decidida por el deseo de ayudarles, pero con un atisbo de duda y pesar respecto a la batalla. 

Imaginaba que no le gustaría luchar contra su propio reino, y Hakuryuu. 

Él mismo ha decidido llegar a esto, es su propio problema y que ahora asuma las consecuencias de su idiotez. Quería recuperar un reino y lo que ha causado es sumirlo en una guerra vengativa.

— Tienes razón...Sólo tengo que pensar en ayudarles, en crear algo mejor y que no les ocurra nada malo— Pronunció. Alzó más la mirada y me sonrió aún con esa tristeza.

Asentí con un deje de cinismo, dándole la razón. Me coloqué las manos detrás de la espalda y ladeé la cabeza cuando la noté mirándome todavía. 

— Alexia...

— ¿Sí?— Expresé, melódica. 

Kou bajó la cabeza con timidez. Alcé una ceja por la diversión que ésto me causaba, verla tan avergonzada y en busca de las palabras apropiadas. 

Tragó en seco. 

— Gracias...— Susurró— Parece que siempre tienes el don de decirme algo que me deja más tranquila. 

Le dediqué una sonrisa astuta.

Acerqué mi mano a ella, le palmeé la cabeza que todavía mantenía gacha y viendo el sonrojo que le provoqué por acariciarle el cabello, reí entre dientes. 

Adorable. Tan preocupada por hacer daño a los demás y por su propia sangre.

Me observó de soslayo, todavía algo ruborizada. Algo más maliciosa, le guiñé un ojo a medida que le agarraba del brazo y la levantaba. 

— Vamos, iré a ver a Kouha también~. 

[- - - - - -]    

...


Estiré mis brazos. Cogí la botella de agua que había a mi lado, y le pegué un buen sorbo. 

La puerta sonó varias veces, mas al final se abrió sin necesidad de que yo diera permiso ni similar. 

Girándome con una juguetona mueca para hacer ver que no la quise abrir, percibí la dulce sonrisa de un rubio de ojos azules. 

Serpiente dorada [Magi, the laberynth of magic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora