Serpiente dorada [Magi, the laberynth of magic]

XIV: Serafín

...

— ¡Aladdin!

Un albino corrió hacia él en cuanto el susodicho fue ralentizando su paso al llamado. Con agotamiento se paró justo en frente, dejó salir un suspiro y negó con la cabeza.  

La confusión en el rostro de Ja'far se presentó nada más levantar la mirada, y ver la extraña expresión que el pequeño hacía.

— ¿Qué ocurre...?— Preguntó, preocupado— ¿Le ha pasado algo a Alexia?  

— Ha pasado un tiempo desde que nos vimos— Sonrió el azulado. Aunque aquella mueca, era más bien triste. 

El pecoso frunció el ceño. Sabía que había algo mal, pero no parecía tener ganas de contárselo pronto. 

Las próximas palabras que éste mismo fue a decirle fueron arrebatadas por su rey, que caminó hacia ellos con pequeñas carcajadas sonoras en todo el recinto. 

Sinbad se cruzó de brazos, regalando un orgulloso ademán al mago.

— ¿Qué tal, Aladdin?— Dijo— Estoy buscándola, imagino que sabrás dónde se ha metido. Alexia es realmente escurridiza.

— Sí...— Alegó el de cabello blanco, bufando— Esa idiota siempre crea problemas allá donde vaya, verá cuando la encuentre. 

Girándose hacia atrás a medida que los escuchaba quejarse de la serpiente, el ojiazul observó con aflicción al azabache que pasaba por allí. Al nuevo emperador que le dedicó la misma mirada inescrutablepor algo que ambos sabían. 

Y que sólo algunos habían notado. 

— ¡Pues eso!— Sonrió el aventurero, con la esperanza de poder ver mejor a la chica y mantener otra conversación. Después de lo que sucedió, tenía cierta necesidad de hacerlo— ¿Dónde se encuentra? 

Entornando los ojos, el chico aferró su apretón en el bastón. 

— No está. 

En una sorpresa extraordinaria, los otros dos se miraron mutuamente con perplejidad. 

— ¿Cómo que no está...?— Inquirió Ja'far, confundido. Se imaginaba otra cosa, muy lejos de la realidad— ¿Te refieres a que no está disponible? 

— ...No— Negó débilmente con la cabeza. Sin ahora mantenía una mirada más seria—. Me refiero a que se ha ido sin dejar rastro. Alexia se ha esfumado. 

Una vez más, la clara demostración en los rostros de los residentes de Sindria se hacía palpable. 

Aquellas palabras bailaron en las mentes de ambos, buscando cada opción posible por saber qué había ocurrido, o qué había hecho ella para desaparecer de tal forma. 

El de los siete mares miró hacia otro lado, abstraído. Mientras que su subordinado, se acercaba al más joven.

— ¿Sin ti?— Expuso— No puedo creérmelo. ¿Qué es lo que ha hecho ya? ¿Sabes dónde se ha ido?

— No sé nada...No lo ha comentado con nadie— Contestó con la misma desorientación, pero pesar en su voz—. Mor-san y yo estábamos buscándola y no la encontramos por ninguna parte, Yunan tampoco. 

— Dices que se ha ido sin más, entonces...— Murmuró Sinbad. Aladdin asintió sin decir nada. 

— Es extraño que se haya ido sin ni siquiera decírselo a Aladdin o al otro mago— Habló esta vez Ja'far, inquieto y rumiante a la vez—. ¿Qué tendría en mente...?