XVII: Fútil

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...


— Sin, ha llegado algo que... 

Picó a la puerta antes de entrar, asomándose debidamente antes de hacerlo. Ja'far sonrió al verlo mirando por la ventana. 

El pelilila se giró a observarlo. 

— Ha llegado algo para ti—Finalizó. Se acercó a la mesa y lo dejó encima. 

— ¿Qué es?— Preguntó entusiasmado. Agarró la carta que el albino había puesto y la miró por encima.

— No pone de dónde viene, sólo que es para ti...

— Espero que sea algo más que una carta de política— Dijo, bufando. Ésta vez emprendió a abrirla.

— Es tu trabajo, ahora eres uno de los más importantes— Regañó el ex asesino, cruzándose de brazos con una mirada autoritaria—. No te quejes. 

— Lo sé, lo sé. 

Concentrado en coger la carta, alzó una ceja extrañado aún de que su subordinado y amigo estaba esperando veredicto frente a él. 

Sus ojos se ensancharon y su boca se abrió ligeramente, al ver lo que había escrito. Y un vago y antiguo sentimiento, lo invadió.

Ja'far se acercó un poco, extrañado de la reacción del hombre.

— ¿Qué ocurre?— Preguntó, preocupado— ¿Qué dice? ¿Es alguna declaración de guerra? 

Sinbad tragó en seco.

— Casi...—Susurró, sin poder salir de su asombro. Dejó el papel en el escritorio, ensimismado e ilusionado a la vez. 

— ¡Sin!— Apremió el contrario. 

El nombrado esbozó una pequeña mueca, alzando la cabeza para mirarlo.

— Es Alexia. 

Ja'far se quedó anonadado. No tenía respuesta a ello; ¿Había oído bien?  

Señalando la hoja, el de ojos ocre apoyó su espalda contra el respaldo de la silla. Suspiró hasta cerrar sus ojos lentamente. 

No cabía dudas de que era ella. 

Se había dejado ver el siseo antes de que él consiguiera averiguar su paradero.

— No lo entiendo...Se suponía que había desaparecido. 

— ¿Recuerdas esos guardias de un país vecino que hallaron inconscientes, verdad?— En cuanto el de pecas asintió, Sin dejó salir una pequeña exhalación— Me han llegado rumores de que la vieron en su ciudad y la intentaron atrapar, obviamente en vano. 

El ex asesino tragó en seco, llevándose las manos a su rostro para cavilar mejor. Conocía bien a ese reptil como para saber de lo que era capaz y lo que posiblemente estaría tramando. 

Bufó. 

— Esa chica ni con los años cambia...¿Por qué decide aparecerse ahora?— Murmuró a regañadientes, abriendo un poco sus párpados— ¡Se fue sin despedirse de nadie y ahora qué!

— Es Alexia, Ja'far— Ladeó el cuello con melancolía—. Nunca puedes saber qué va a hacer...Es impredecible. Es una de sus muchas cualidades.

— ¿Cualidades?— Ironizó el otro chico— Ojalá la encuentre pronto, no podrá esconderse de la charla que tendremos. 

Sinbad sonrió, encogido en su asiento.   

— En efecto...Hay que encontrarla. Si ella no lo ha hecho antes, me temo. 

Serpiente dorada [Magi, the laberynth of magic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora