IIII: Mentalidad y conciencia

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...


— ¿Y si me preguntan por qué no estás allí...?

— Tú diles que iré cuando me plazca— Sonrió la ojidorada con sorna. Alibaba suspiró, pensando en que lo iban a matar nada más llegar—. No te preocupes, Ali. Kouen no es tan malo como os pensáis, es un buen hombre. 

— Parece que confías en él— Pensó, no muy cómodo—. Incluso diría que le tienes estima 

La chica se encogió de hombros, amena.

— Espero que te vaya aquí bien, intenta no matar a Sinbad-san de mientras— Rió el rubio. Alexia ladeó el cuello con picardía—. ¡Lo digo en serio, tú eres capaz!

Mientras duerme podría ser una buena idea. 

Se metía en su habitación y...Ya estaba. Aunque adentrarse en su cuarto por la noche podría llevar a otros acontecimientos, claramente no podía fiarse por esa misma condición. 

— Por supuesto que no, por quién me tomas— Expresó, más que inocente. 

Con desconfianza y algo refunfuñón, el príncipe de Balbadd la miró como si no se lo creyera. 

Por mucho que éste pensara que emanaban cierta tensión entre ellos, sólo podía creer en que era más que nada, asesina. 

Por parte de la dorada, claro estaba. 

— Oye, dime una cosa.

— ¿Mmm? 

Rápidamente, Alibaba desechó la idea. 

— ¡No importa!— Exclamó haciendo movimiento con las manos, para que lo olvidara— ¡Nos vemos! 

Con una ceja alzada, Alexia asintió con lentitud mientras se daba la vuelta. 

Te has echado hacia atrás, Ali.

— Como quieras, nos veremos en otro momento~— En cuanto el de fuego afirmó vehemente con la cabeza, fijó su mirada inmediatamente en cierto rubio que se hallaba yéndose con ella.

— ¡Yunan-san, espera!

El susodicho se giró con extrañeza, acercándose a él por el llamado.

— ¿Sí? 

— Tú...— Carraspeó. El mago movió su cabeza, esperando pacientemente a que el chico hablase— Bueno, ¿Sabías que Sinbad-san gusta de Alexia, no? 

Algo más serio, el ojiazul suspiró. 

— Así es...— Respondió— ¿Cuál es tu pregunta de verdad, Alibaba? 

— Ah, bueno— Sonrió. Inquieto, se rascó la nuca—. Sé que ella tenía sentimientos por ti, pero...Viendo vuestra relación, me hace pensar que quizá tú también...

El de Amon lo observó de soslayo; No logró acabar la frase, mas se percataba con claridad a lo que se refería. 

Yunan esbozó una pequeña y misteriosa sonrisa. La cual, extrañó demasiado al más joven. 

Con una expresión interrogativa, atisbó al mago viajero ladeando su cuello y entornando sus párpados de forma sutil, mientras éste lo observaba. 

— Shh...—Susurró el de ojos azules, haciendo ruborizar al antiguo príncipe— Es un secreto. 

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Serpiente dorada [Magi, the laberynth of magic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora