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Violet.

Después de ese raro y lindo abrazo con Henry, me llevo a mi casa, no sin antes asegurarnos de que mi hermano  ya no estaba con Katherine.

—¡Eres una zorra, Susan!— Es lo primero que escucho a llegar a mi casa.

Veo a mi padre y mi madre discutiendo, pero no a Victor.

—Claro que no, es solo mi compañero de trabajo. Yo no me quejo sobre tu asistente, la regalada—Grita cegada de furia mi madre.

Ambos están demasiado ocupados en su pleito que no se fijan en que llegue. 

Pero no me interesa.

No ahora.

Mi prioridad ahora es ir y pedir disculpas a Victor, cosa que debí haber hecho hace años.  Nunca me voy a perdonar el daño que le cause.

Suspiro y golpeo con calma la puerta de su habitación,   un  Victor despeinado y como si recién se levantara me atiende.

—¿Que quie..— Antes que termine de hablar, lo abrazo y me largo a llorar en sus brazos.—¿Que sucede, Violet? ¿Alguien te lastimo?—Pregunta, su aspecto luce preocupado, pero ¿lo estaría? 

Si algo me pasara, ¿a el le importaría? O le importaría mas  besuquearse con una muchacha a escondidas.

Si algo me pasara, ¿les preocuparía a mis padres? O les importaría mas saber quien tiene razón o quien es el que engaña mas a quien.

Si algo me pasara ¿a alguien le importaría?

—Lo siento Victor— Murmuro separándome de sus brazos, el me mira confundido— Siento haber sido la culpable de todas los golpes que te dio mi padre.  Siento cada bofetada injusta que te daban, siento haber sido una niña egoísta y despreocupada, jamas vi la gravedad del asunto, quería saber la razón por la que me odiabas injustamente, pero descubrí que no me odias injustamente. Tienes derecho a hacerlo. Perdón.

No lo dejo continuar que salgo corriendo de mi casa, no quise voltear ¿para que? para ver a mi hermano encogiendo los hombros y volviendo a dormir seguramente, o para ver a mis padres que no notaron mi presencia por estar discutiendo.

No se donde ir, miro el reloj de mi muñeca. 6pm.  

Freno mi bicicleta al encontrarme al frente de la casa de Richie. Agarro unas rocas de su jardin y las lanzo contra la ventana de la habitacion de mi amigo. 

La primera cae contra la pared, luego contra el marco de la ventana y, por fin, la tercera golpea el vidrio.

—¿Violet? ¿Que haces aqui, enana?—Pregunta Richie cuando termina de abrir la ventana.

—¿Puedo entrar? —Hablo con un nudo en la garganta.

Richie me ayudo a subir y entrar a su habitación. No le di tiempo a que dijera algo que yo ya me encontraba llorando en sus brazos.

—Violet, me asustas, dime que paso—Hablaba Richie tratando de calmarme pero era imposible, no había manera de conseguirlo.

Quería hablar y contarle todo, pero algo me lo impedía, es como si un hierro caliente se atravesara por mi garganta.

—Es mi culpa—Susurro luego de varios minutos de llantos —Que Víctor me odie, es mi culpa

—No es tu culpa que sea un jodido imbécil sin estilo, enana—Dice él pelinegro mientras acaricia mi cabello como si fuera lo mas delicado que alguna vez haya tocado

—Mi padre lo golpeaba cada vez que yo hacia algo, Richie con la excusa de que no me vigilaba bien.

Él mira asombrado y puedo notar que no sabe que decir.

Hombre de papel.[Henry Bowers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora