Hombre de papel.[Henry Bowers]

15

Violet.

Había pasado una linda tarde con mis amigos, me ayudaron bastante a despejar mi mente y no pensar en Bowers.

Pero como todo lo bueno termina, se hizo de noche si que era hora de volver a casa.

—¡Violet!—Escucho un grito, volteo a ver y es Henry desde su auto haciéndome señas para que me acerque.

Lo dude, pero me acerque, después de todo no tenia motivos para odiarlo o evitarlo.

—¿Que pasa?—Hablo cuando estoy al frente de la puerta.

—Sube—Ordena él, y como idiota que soy, lo obedezco.—Se lo que escuchaste hoy, y odio admitirlo. Pero es verdad, pero no te mentí nunca, ella quiso acostarse conmigo, le dije que no, y luego en menos de lo que me di cuenta me estaba chupando él pene.

Lo miro con desagrado.

—Solo quiero que sepas, que no me he acostado con nadie jamas, Violet—Me mira y yo asiento confundida.

No entiendo porque me explica estas cosas, digo no somos nada.

—¿Quieres que te lleve a tu casa?—Pregunta y yo asiento—Vamos, habla, me pones nervioso suspira agobiado.

—¿Henry Bowers nervioso?—Contesto con tono burlon, hablando por fin.

—Tu siempre logras ponerme nervioso, Violet Criss, ya descubriré el porqué.

Eso hizo que me sonrojara, si que voltee mi mirada.

—¿Me puedes explicar porque golpearon a Richie?—Le pregunto cambiando de tema.

—Porque es divertido verlo suplicar—El ríe y yo pongo los ojos en blanco, es una jodida mierda con mis amigos, pero es mas jodido que yo no pueda odiarlo.

Defiendo con mi vida a mis amigos, pero hay algo en él que me tiene cegada que hace que no pueda odiarlo.

—Que idiotas que son—Me cruzo de brazos.

—Así que la prostituta pelirroja volvió —La sangre me hirvió cuando escuche sus palabras.

—No te metas con ella, Bower. Ya suficiente mal le hiciste—Lo miro enojada.

—No me puedes decir que hacer.

—Oh claro, seguro te la quieres follar, como a todas—Ok, quizás estoy enojada por como hablo de mi amiga pero también tengo un poco de celos.

—¿Celosa?—Pregunta desafiándome.

—¿De un cerdo necesitado como tú?—Vuelvo a hablar un tono burlón, y él frena él auto.

Oh no, una sensación de miedo me invade, pero no dejaría que él lo note.

—No soy así, maldición —Grita cegado de furia.

Aunque estoy muriendo de miedo, eso no impide que cierra mi gran bocota.

—¡Oh por favor!—Grito enojada—Quieres tener sexo con todas, por que para eso las buscar para que te la chupen y luego se larguen.

—Y a ver dime, ¿a quien he buscado?—Pregunta y maldición, tiene razón. Lo miro enojada y vuelvo a gritar.

—Eres un idiota.

El me queda mirando fijamente, y de un segundo al otro  se abalanza sobre mi, uniendo fuertemente nuestros labios.

Él mundo se esfuma y entonces solo siento las frías manos de Henry en mi cadera, cruzo mis manos por su cuello apegandolo mas a mí.

Siento los dulces labios de Henry chocar con los mios, cada vez mas fuerte, cada vez con mas pasión.

Hasta que algo cruza mi mente, él club de perdedores, y me siento una completa traidora.

Perdón que sea corto mis amores.

Y aprovecho para hacer spam con una novela.

Ya saben que amo a Hamilton, si que es de él, porque no hay casi nada de novelas sobre él (en español).

Si que bueno, no se ahre

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