XLVIII

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"Lo que sostengo en estas asustadas manos es la hoja de una flor arrancada, mis sentimientos son todo por lo que vivo; un deseo que se blande en mi corazón..."


—Déjame ver a Yugi —suelta Atem, reflejo que se burla en su cara de lo que alguna vez fue Osiris en su juventud, ríe ante su insolencia pero se mantiene firme, aquella mirada y voz solemne las detesta.

—No existe aquel a quien nombras, esta es tu quinta reencarnación y en cada una buscas una forma para ir al Duat haciéndome esa petición absurda —habla con sorna, pero él repite las mismas palabras, está cansado, si hubiese sido otro día hubiese disfrutado su compañía, pero no esta vez al sentir la debilidad que se blande en su interior gasta una broma que le hiere más a él que al joven que le ve imperturbable, se ha sacado la cabeza de chacal y ha mostrado su imagen real, pero no hay respuesta solo el silencio, eso le ofende aún más.

—Anubis —pronuncia su nombre y el recuerdo de Osiris se sobrepone ante la escena recordando la primera vez y ultima que le llamo por su nombre— Ustedes no son lo mismo, él pudo nacer de ti, pero no es tu reencarnación como yo tampoco lo soy de él; Osiris, podre parecerme a él pero yo solo puedo ser yo, Atem, como Yugi solo puede ser él mismo. El comentario le quiebra, pero sigue reacio, a diferencia de la máscara su rostro es imperturbable, no hay nada en su imagen que le haga parecer sentirse afectado ante el comentario. —Lo lamento —se disculpa y aquellas palabras le sorprenden, la disculpa esperada, es su voz, es la voz de lo que alguna vez fue Osiris pero lo comprende, solo es Atem disculpándose, Osiris no está ahí— no quise ser insolente solo...

—¿Lamentarlo? No me hagas reír, no hay nada de pena en mi ni mucho menos culpa, solo siento lastima de ti, te has enamorado de algo inexistente que forma parte de mí.

—¡Pero él existe! —se muerde el labio inferior— ¡Al igual que yo! ¿Qué me hace diferente a él? ¿Por qué yo puedo existir y él no?

Pero el silencio se blande, siente sus brazos tomados, no tiene que saber quién le está llevando, una sonrisa se dibuja en el rostro de Anubis, una que le deja un mal sabor de boca, no son lo mismo y al mismo tiempo lo son, su sonrisa es igual que la de Yugi.

Da unaúltima mirada, ve a Amón Ra a un lado suyo, se gira al sentir el agarre másfuerte por parte de los sirvientes de Horus quien ladea la cabeza, el Dios concabeza de pájaro le mira curioso como siempre ¿Y cómo no mirarlo así? ¿Unhumano vivo en el Duat? Aún seguía sorprendiéndole aquel extraño intruso quevenía a ver a su medio hermano.

The Soul →【Blindshipping】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora