Liam: Castigado

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Liam, cariño. Despierta.—sentí el tacto de la cálida mano de mi madre sobre mi cabeza despeinando mi cabello.

Mamá... No tengo ganas de ir.—dije aún dormido haciéndome bolita en el edredón.

Vamos, que Noel te está esperando. Irá a dejarte al centro comercial ya que le queda de paso al trabajo.

—Voy, ma. Sólo unos veinte minutos más, por favor.

—¡Con una chingada, Liam! ¡Date prisa que se me ha hecho tarde!—interrumpió en la habitación mi estúpido hermano mayor.

¡Jovencito! ¿Qué le he dicho sobre utilizar ese lenguaje?—mamá le llamó la atención a Noel.

Tsk... Bueno, perdón madre. Liam, ¿quieres mover el culo y vestirte rápido? ¡Debo irme ya!

—¡Noel!

—Lo siento, jefecita...—salieron ambos del cuarto, así que me levanté con lentitud a cambiarme de ropa.
Aventé la pijama a algún lado de la habitación y me puse unos jeans y una camisa de cuadros color rojo. Tomé mi abrigo y mis guantes y bajé a la entrada, donde Noel me esperaba.

—Apresúrate, enano.

—Voyyyy...—arrastré los pies con pereza hasta llegar junto a él. Salimos de la casa y subimos al auto.

Mamá me dijo que irías a patinar a la pista de hielo con un amigo.

—Si, iré con Jarvis a patinar. Después pasaremos a la biblioteca porque él necesita unos libros aburridos de quién sabe qué.

—deberíais tomar su ejemplo y leer más.—comentó. Eso no me hizo gracia así que decidí responderle.

Lo mismo debo decir de ti, Noel Gallagher. He leído tu diario y es una mierda, no sabes redactar y utilizas erróneamente los signos de puntuación, además, los poemas que escribes no me agradan.

—¡Imbécil!—me miró con odio—¿Por qué has estado leyendo MI diario?

No contesté y solo le mostré una inocente sonrisa de lindo hermanito menor.

¿Es en serio que las canciones que escribo son tan malas?

—¿Eh?, ¿esas mierdas eran canciones?—lo miré confundido y él rodó los ojos.—Digo, realmente no, no eran malas del todo. Tienes buena imaginación para escribir, Potato.

—¿Lo consideras así, mocoso?

—Nah.

—Pendejo.

—Mentira. Bueno, si yo supiera cantar, obviamente cantaría mucho mejor que tú, pero creo que tus canciones combinarían muy bien con mi voz.

—Ehh...¿debo tomar eso como un cumplido?

—Tómalo como quieras. Oh, puedes dejarme por aquí, Noel.—habíamos llegado al centro comercial. Me despedí de Noel y baje del auto.  Caminé durante algunos minutos mirando los escaparates de las tiendas de ropa hasta que mi teléfono celular comenzó a sonar.

Hola...

—Buenos días, Liam. Estoy esperándote en la pista de hielo. He conseguido un par de patines para ti.

—Ah, Jarvis... Si, iré en seguida. Nos videamos.—colgué la llamada y comencé a correr como nunca en mi vida lo había hecho.

Llegué casi volando a la pista de patinaje, ahí estaba mi amigo, vestido todo de negro y con rostro de impaciencia.

Weird Kid →DiamWhere stories live. Discover now