Stay [Keo]

Capítulo 5

La noticia del casamiento de una estrella como Jung Taek Woon, se regó como pólvora en cuanto esta, venía acompañada del hecho de que era con otro hombre. Sin embargo, quienes al parecer fueron los últimos en enterarse era la familia del mayor.

El chofer paró frente a una casa de dos pisos con un bonito jardín al frente, localizada en una zona residencial de bastante prestigio. Ken bajó del auto y con algo de temor caminó hasta la puerta principal, en donde fue recibido por la madre de Taek Woon.

— Bienvenido, pasa por favor, yo soy la madre de Leo, bueno de Taek Woon — le dijo una señora de al menos unos 45 años de edad, con un semblante bastante elegante.

— Buenas tardes, mi nombre es Lee Jae Hwan — dijo Ken haciendo una reverencia.

— Vamos, la abuela ya está esperando.

Ken caminó atrás de la señora Jung, sintiendo que posiblemente estaba a punto de desmayarse. Ya que Taek Woon no había mencionado a su familia en ningún momento y él no estaba muy seguro de cómo actuar ante ellos. Abriendo una puerta, la madre de Leo ingresó primero y después dejó pasar a Jae Hwan.

— Bu-buenas tardes — dijo con nerviosismo.

— ¿Esa es la manera en la que te presentas ante los mayores? — le dijo la abuela de Leo.

Mirando de reojo a la madre de Leo, esta le indicó como hacer la correcta reverencia, aquella en la que tenía que postrarse hasta el suelo como símbolo de respeto.

— ¿Debes esperar a que los mayores te lo pidan? — le preguntó la abuela alzando la voz, provocándole miedo a Ken.

— L-o lo siento — dijo más que apenado.

Cuestionando a Jae Hwan con preguntas como ¿Qué edad tienes? ¿A qué se dedican tus padres? ¿De qué escuela te graduaste? Y ¿Es verdad, qué ya están viviendo juntos? Se mantuvo la breve conversación que logró tener Ken con la madre y abuela de Taek Woon, hasta que este último, entrara y prácticamente lo arrastrara a fuera de la casa de sus padres. Sin embargo, lo que más tomó por sorpresa a Jae Hwan, fue el hecho que ninguna de las dos parecía realmente molesta porque él, fuera un hombre y no una chica como era la costumbre, aunque esa sensación le duró poco hasta que conoció al padre de Leo, justo cuando estaban a punto de entrar al auto del mayor. Y entonces la tensión que notó lo hizo sentir mal.

— ¿Qué te dijo mi abuela? ¿Te regaño? — preguntó Leo una vez que puso en marcha el auto.

— No.

— Bueno, de todos modos no dejes que te alteren, ella tiene su carácter pero en el fondo es una buena persona ¿entendiste?

Ken no le respondió enseguida pero cuando lo hizo, fue para dar su opinión acerca de lo que había vivido.

— Yo no imaginé que tuvieras una abuela, una mamá y un papá, porque supongo que el señor que vimos saliendo de tú casa era tu papá... y es por eso, que no logro entender porque eres así tan gruñón e indiferente.

— ¿Qué?

— Lo digo porque es obvio que la relación que tienes con tu familia es bastante mala. Yo que tú, sería más amable con ellos o algún día lo vas a lamentar.

— ¿Quieres callarte? No te pedí tu consejo y si vuelves a hablar te bajo del auto — le dijo Leo en advertencia.

— Pues deberías aceptar los consejos de los demás, como por ejemplo los de tu familia quienes se preocupan por tu bienestar, que no viste el rostro de tristeza que tenía tu madre...