"Lis hay algo que quiero decirte"

17 1 0
                                    

Un par de horas más tarde, ya estábamos en el almuerzo. Nos habíamos sentado bajo el árbol inmenso. Disfrutábamos de la brisa fresca que se asomaba. A pesar de que había llovido hace unas horas, no había humedad. Sino que todo era agradable.
–Lis... Hay algo que quiero decirte –la miré a los ojos. Y nuevamente quedé encantado. Parecía como si hubiese una escalera de caracol que se perdía desde el iris hasta su pupila. Y sentía que mi alma era prisionera en lo más profundo de aquel agujero. Y sentía que sí quería ser prisionero, mi alma lo ansiaba.

Traté de concentrarme. Lo que diría sería muy importante. No era sobre ella y yo, aunque nos podría ayudar a que ese sueño se cumpliese... Solo si comprendíamos que sucedía... Y si sobrevivíamos...
–Creo que hay algo que aún no sabes de mí... Creo que posiblemente lo de Jeffrey sea mi culpa... Creo que...
–¿A qué te refieres? –me preguntó ella confundida. No me extrañaba que estuviese confundida. Quizás podría estar aterrada... Sería lo normal. Pero ella no era normal. No se veía aterrada, sino intrigada. Me pregunto qué experiencias habrá tenido ella en su vida. ¿Habrá tenido más experiencias como las de hoy?
–Es difícil de explicar... Todo comenzó hace dos años. Soñé con un un ser llamado Babadook... –comencé a contar, esperando no ser juzgado por algo que no quería ser. Un monstruo tal vez, después de todo al principio sentí que Babadook y yo éramos uno.

–¿Babadook? Tommy... ¿Conoces a Neizvestno? –me interrumpió Lis.
–Eh... No... –comencé a reflexionar. Presentía que había escuchado eso antes. Pero, ¿dónde? Estaba seguro. ¡Lo había escuchado! Pero justo ahora, no podía recordar.
–Perdón, continúa.
–¿Pero que significa eso?
–No. No es nada importante ahora. Solo continua, por favor. –insistió ella.
–De acuerdo... El punto es que este ser me torturaba cada noche sin descanso. Y lo veía como mi mejor amigo. –esbocé una risita extraña –el me torturaría a cambio de que me escuchara. En aquella época era muy necesitado... –sentí vergüenza por aquella confesión –Pero todo cambió cuando te conocí. Me hiciste ver que sí puedo ser alguien. Me hiciste creer en mí. Me hiciste ver que lo que él me demostraba no era amistad, no era cariño... Mucho menos amor. Y descubrí que tú si eras lo que siempre estuve buscando, no él.
Sentí nervios ante aquella confesión. Mis confesiones justo ahora acababan con mi compostura.

Ella frunció el ceño, como si estuviese conmovida por la forma en que ella me había cambiado. Y estaba sonriendo, aunque parecía que ella estaba forzando no sonreír, debido a que solo sus labios estaban arqueados y no permitía revelar sus dientes. Luego analicé y pensé que, tal vez, solo sonreía inconscientemente.
–Entonces, un día luché contra Jeffrey. Estábamos solos. En el bosque tras la escuela. Y allí lo enfrenté, pero antes de que nuestras iras se chocaran, el señaló algo detrás de mí. Como si estuviese viendo a un demonio o algo peor... Y quedó inconsciente. Creo que él pudo haber visto a aquel ente que me torturaba. Luego de ese día no supimos de él hasta hoy... Y creo que sabes lo que viene después. Al menos, llevo una semana más o menos que no veo a Babadook. Como si tu presencia... Lo alejara de mí... Así que esa es la razón por la que creo que yo soy la razón de todo esto... Creo que accidentalmente pude no solo haber transmitido ira, sino que también Babadook pudo haberlo torturado, ya que es lo que yo quería en ese entonces... Quería que sufriera. –ella me tomó las manos. Y me percaté que mis puños estaban apretados, parecía que estaba enojado al recordar eso. Y ella me calmó al sobar mis dedos. Como si estuviese dando un masaje.

–Tranquilo –me dijo poniendo una sonrisa de lástima. –No importa si fue tu culpa o no. Lo que importa es que lo resolveremos... Juntos. Me tienes a mí. Y te apoyaré en todo, Tom. Jamás te volveré a abandonar, recuerda. Jamás te volveré... A fallar –esa última palabra la dijo con su mirada perdida en el suelo. Parecía que tenía un mal recuerdo. Pero, ¿qué sería?

–Lo siento. –Dijo y se levantó, –vengo ya mismo. Voy al baño... –se alejó. ¿Qué había sucedido? ¿Yo había hecho algo malo? ¿O solo era ese supuesto recuerdo?

Solo vi su espalda mientras cada vez se distanciaba más y más. Pasó su mano por su mejilla como si se secara algo... Otra vez. ¿Lloraba? Debía serlo.

Sentí unos deseos intensos de correr hacia ella y abrazarla... Pero mi cuerpo no se movía. Quedé petrificado. Mi cerebro daba la orden de movimiento, pero mi sistema nervioso parecía rechazar el comando. Solo se quedaba tieso. Ella se alejaba más y más... Me maldije por no hacer nada. ¡Arg! No quería verla llorando. Me levanté... Pero ya ella estaba a solo unos pocos pasos del baño. Era tarde... Me sentí culpable. Decepcionado de mí mismo. ¿Por qué era tan idiota?
–Soy de lo peor... –murmuré.

Pasaron unos minutos antes de que pudiese alejar la culpabilidad de mi ser. Lis aún no llegaba. Y recordé ese momento en que pensé que ella había desaparecido nuevamente. Ese momento en que me desesperé. Todo parecía ser un mundo que se desmoronaba ante la realidad. Definitivamente era uno de los peores momentos que había sufrido. Recuerdo que casi entro al baño, ante ese pensamiento sonreí un poco. Lis me había dicho que pensó que me había equivocado de baño, y sonrió. Prefería ver mil veces ver esa sonrisa que a verla llorar.

¿Por qué Uriu había rechazado la oferta de Mr. Trevol? En el enfrentamiento entre Lis y Uriu, quien había triunfado había sido Uriu... Él aún seguía siendo el mejor de todos. Lis solo era la segunda. En la victoria hubo una diferencia de un gol, por lo que la diferencia entre ambos no era mucha, al menos... ¿Quién era en realidad ese sabelotodo? Usaba espejuelos. Cabello oscuro y lacio. De mi misma estatura. Ojos cafés. Llegó hace cuatro años, cuando cursábamos el sexto grado. Era callado. Reservado. ¿Vengativo? Lo dudo... Aunque posiblemente sí... No estaba seguro. Aún no tenía la información suficiente para precisar eso. Siempre tenía una riña con Max. Definitivamente, era competitivo. Y una idea brotó, no estaba seguro de dónde, o si era la mejor. Pero... ¿Y si la inteligencia de Uriu nos ayudaba a descifrar que sucedía respecto a Jeffrey? ¿Sería bueno jugar con fuego?

Por alguna razón, sentía que Uriu era igual de peligroso que Babadook... O peor... No lo conocía bien como persona, pero sí sabía de su increíble razonamiento. Todos estos años siendo el segundo mejor... Pero Max... No cuadraba que Max fuese mejor. Por alguna razón yo dudaba de Max. Estaba más dispuesto a creer que el más inteligente era Uriu, que a creer que era Max. Y no era porque Max me acosaba... No. Era porque podía sentir cerca de Uriu la supremacía de su intelecto.

Debo fortalecer mi habilidad de comprensión... Y así averiguar quien es el más listo en realidad.

Y el pensamiento en Jeffrey volvió a atacarme. A devorarme. No podía creer que Babadook pudiese otorgar tanto poder. ¿Yo también tenía habilidades así? ¿Vendrían más personas como Jeffrey de ahora en adelante? ¿Eso quiere decir que cualquiera de mis compañeros de clase podía ser poseído por Babadook o lo que fuera que él les hacia? Poseer o no, eran personas totalmente diferentes. Al menos, eso me demostraba Jeffrey...

El Origen de BabadookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora