Inicios.

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Año 20XX

Invierno, la temporada donde todas las casas se llenaban de adornos, luces, se planeaban fiestas y se pasaba tiempo en familia. Tú apenas eras una pequeña de 5 años, a quien le interesaba los regalos, comer, jugar y dormir. Un día solo despertaste y sentiste que hacía más frío de lo normal, te levantaste de la cama y corriste a la gran ventana que había en tu habitación viendo que este estaba empañado, sonreíste al saber el por qué, nieve.

Rápidamente te cambiaste y comenzabas a ponerte unas botas cuando alguien toca a tu habitación, indicaste que pasaran y era tu madre. Ella sonrió pues ya sabía que querías ir a jugar.

–Oh mi pequeña... Antes de jugar debes comer algo... -Tu madre acomodaba tu cabello mal peinado que tu sola intentaste peinar.

–¡Pero mamá! - te quejaste a lo cual tu mamá dio una leve risa.

–Si no desayunas, no sales _____, lo sabes -No podías hacer nada más que hacer un puchero y cruzarte de brazos

–¡Esta bien! ¿Pero después me dejaras ir a jugar? -Tu madre movió la cabeza diciendo que sí y te sonrió, le regresaste la sonrisa tan inocente que tienes.

Narra _____

Mi nombre es ____ y mi apellido TA (Tu Apellido). Tengo 5 años y vivo en un reino en el cual viven monstruos y humanos, mi familia era una de las más ricas del reino, ya que mi madre y mi padre le servían al Rey de los humanos. Hoy era un fin de semana, así que al menos mamá no trabajaba, y mañana podría ver a mi papá, pero entre semana trabajan mucho y me dejan a cargo de una niñera, la cual es un monstruo.

Una coneja, linda y amigable también era paciente y nunca ha sido mala conmigo, me protege y siempre me ayuda cuando tenía problemas.
Junto a mi castillo (en realidad era una mansión, pero como era tan pequeña lo veía como un castillo) había otro, donde vivían puros monstruos, todos eran esqueletos, siempre he querido hablar con ellos, ahí hay un niño un poco mayor que yo y un niño de mi edad, pero siempre que se daba la oportunidad tenía que hacer otras cosas.

También estudio en casa, así que no me preocupa mucho ir a la escuela. A pesar de no poder ver mucho a mis padres sabía que ellos me amaban, no me malcriaban como a otras niñas, y trabajan muy duro para que podamos seguir viviendo en el castillo que tanto me gustaba. Tenía una vida feliz, muy feliz, nunca me hizo falta alguien que jugara conmigo, por que sea quien sea jugaba conmigo hablando de las personas de mi castillo.

[...]

Después de desayunar agradecí por la comida y estaba dispuesta a salir, pero me detuvo mi niñera, Melody.

–¡Alto ahí! -Yo la mire confundida, no entendía por qué me detuvo- no puedes salir sin una chamarra - me entrego una chamarra algo gruesa, el frío si se sentía a pesar de que la chimenea del comedor estaba encendida.

–Gracias, Melody. - me puse la chamarra y salí al jardín trasero, ahí estaba mi hermana mayor. - Hola hermana - ella me miro con indiferencia, es mayor que yo por un par de años. - ¿Quieres jugar conmigo?

–¿Jugar? ¿Contigo? - río levemente- De ninguna manera, prefiero ir a estudiar adentro - dicho esto entro a la casa.

–Está bien, Diviértete... Creo. - volví a sonreír y comencé a jugar con la nieve.

Estaba jugando, haciendo un muñeco de nieve cuando vi una pelota caer en mi jardín, provenía del castillo de al lado.

–¡Sans! No tenías que patearla tan fuerte.

–Lo siento, iré por ella. - es la primera vez que escucho a alguien a lado, tome la pelota cuando una persona apareció atrás de mí. - ¡Oh! Oye, ¿Podrías darme esa pelota?

Mi Esqueleto Preferido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora