Mi Esqueleto Preferido.

De visita.

Narra _____.

A la mañana siguiente me despertó el golpe de lo que parecían ser guisantes.

–¡hmm! – me queje y me volvió a golpear. – ¿Qué demonios? – me senté y vi a Tim sentado con una charola de comida enfrente de él la cual tenía un plato pequeño lleno de "munición"

–Buenos días, idiota~.

–Buenos días, perdedor.– sobe mi cabeza y él me aventó otro guisante – ¡Oye!

–¡Ve a llamar perdedor a otra persona! Si fuera un perdedor estaría muerto...

–Si, si... Como sea... – levante los guisantes del suelo y los tire. – ¿Y G?

–Pensé que tú sabias, digo, es tu novio no el mío. Además cuando desperté no estaba.

–Tal vez este fumando...

–¡Que envidia! –Tim dijo con tono de sufrimiento.

–¡Ay cállate! ¡Así como estas seguramente se te saldrá el humo por todo el pecho y espalda!

Ambos nos quedamos callados y comenzamos a reír

–Me convertiría en una vaporera. Jajaja

– Jajaja probablemente una con muy mal funcionamiento.

–Con una sección de mantenimiento. Y quedare como nuevo – siguió comiendo de lo que había en la charola. – de hecho las marcas quedan como quemaduras.

–Con cuidados y cremitas se te quitaran.

– Jaja, "cremitas" lamentablemente estas en lo correcto.

Nos volvimos a quedar callados en lo que el comida, después suspiro y volvió a hablar

–¿Como supieron dónde estaba?

–¿Recuerdas el truco que me enseñaste con el GPS y tu computadora?

– ¿El que nunca podías recordar?

–Si... Pues recordé ese truco y pudimos encontrarte...

–Qué bueno... Por un momento pensé que moriría...

–¡No digas eso!

–¿Por qué no? Es la verdad.

–¿Sabes lo que pasaría si mueres?

– ¿me harías un funeral? –dijo sarcástico. – Algún día moriré y tú igual, no tienes por qué temerle a tu destino.

–No tengo miedo a morir... Tengo miedo de morir por una razón estúpida.

–Tranquila, nadie te meterá un fierro en el trasero.

–Eso es desagradable...

–No lo sé... Pero si es una forma muy estúpida de morir.

–Supongo que sí...

–Quita esa cara... Hemos tenido días peores, superaremos esto. Siempre lo hacemos.

–Pufff... Eres un tonto...

–Lo sé... Pero es lo que hay así que... Ni modo...

[...]

G no aparecía así que le mande mensaje pero cuando lo envíe note que estaba en el bolsillo de la chaqueta, llevábamos horas sin saber nada de él hasta que Papyrus regreso para revisar a Tim.

–Papyrus, ¿Sabes dónde está Sans? Estoy- suspire - estoy preocupada y no tiene su teléfono.

–Dijo que iría a acabar con todo lo que ha pasado... No sé a qué se refería pero bueno.