Separados... Otra vez. Y las cosas no son lo que parecen

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Narra G! Sans

Al escuchar el disparo y algo caer salí de donde esa chica nos dijo que nos quedáramos, quería ayudar pero no sabía cómo. Pero al ver que ella estaba sangrando por el brazo y su pierna me altere.

–¡Oh dios!

Rápidamente mis amigos iban a llamar a todas las autoridades.

–¡No! - Los detuve- Si llaman ella ira a la cárcel, porque es una mercenaria. - Mis amigos me miraron pidiendo una explicación.

Ella ya le había llamado a alguien, me senté junto a ella y comencé a preguntar en que podía ayudarla, pero al parecer no me escuchaba, su piel se tornaba más pálida, use mi magia para ver su alma, ¡Se estaba apagando! Ella estaba muriendo y antes de que pudiera hacer más llego ese tipo. Y la cargo.

–¿A-A donde la llevas? -Dije pues me preocupaba ya que por mi ella estaba así.

–No es de tu incumbencia esqueleto- dicho esto se la llevo en su auto a una gran velocidad.

[...]

Esa misma noche no pudimos ir al evento, ya que unos tipos se llevaron todo, las tres camionetas, las cadáveres, las motos, todo. Solo nos dijeron que los instrumentos estarían en donde ensayamos.

Me fui a casa, me dolía el cráneo pues al volcarnos me golpe y me dolía bastante, al llegar ahí estaba Papyrus.

–Hermano, llegaste temprano... ¿Está todo bien?

–No... Necesito algo para el dolor.

–Oh... Deja me buscar una medicina - me senté en el sofá mientras el buscaba en los cajones alguna medicina. –Toma, esto debería ayudarte

Me entrego una pastilla y un vaso de agua, las tome y suspire.

–¿Qué ocurrió?

Y después de unos minutos termine de contarle la historia a Papyrus.

–P-pero... Debe entenderse en un hospital... Porque se le puede infectar las heridas.

–Lo sé, pero la arrestaran... Sigue siendo una asesina... Y ni siquiera se su nombre...

–Pero tienes el número de su amigo. Tal vez si le preguntas te diga donde esta.

–Paps, eres un genio. -Sin dudar más tome mi celular y busque el contacto del tipo.

G! Sans:

Hola, oye, necesito que me digas donde esta esa chica.

Sujeto raro:

No es de tu incumbencia, por tu culpa esta casi muriendo.

G! Sans:

Oh vamos, necesito darle el dinero, ella cumplió y yo también, además mi hermano es medico, puede ayudar.

Sujeto raro:

De ninguna manera.

G! Sans:

Tengo tu número, bien podría dárselo a la policía y que te metan en la cárcel, a ti y a ella.

Sujeto raro:

Jaja, no, no lo harías, te llevarían como cómplice.

G! Sans:

Bien, te veo en la cárcel.

Guarde el celular resignado. Tendría que encontrar la forma en la que pudiera ver a la chica, al menos para darle las gracias...

–Debe haber alguna manera...

Mi Esqueleto Preferido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora