OTRA PREOCUPACION

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Las amenazantes nubes, ayudadas por el viento templado de este inestable final de febrero, habían empezado a formar un denso mantón en el cielo, cubriéndolo como si de una lona de algodón gris se tratase. El horizonte lejano, todavía azulado, era el único vestigio de que el presente día había sido más o menos despejado. Hasta ahora.

Accioné los limpiaparabrisas cuando las nubes se cansaron de alargar la tregua y unos goterones enormes comenzaron a estamparse contra el cristal de mi coche. Como venía sucediendo en este mes, el astro rey no quiso quedarse atrás y también hizo su particular aparición. Un halo de sol consiguió abrirse paso entre las nubes y me apuntó justo a la cara, iluminándome como si de un foco se tratase y deslumbrando a mis pobres ojos. Bajé el parasol y, cuando mis pupilas se recuperaron y los puntitos desaparecieron, pude disfrutar del extraño pero hermoso paisaje que se abría paso ante mí.

Las copas de los árboles que bordeaban la carretera de La Push eran agitadas con virulencia por las ráfagas del fuerte aire de hoy, y también se veían hojas volando. La mezcla de lluvia y sol hizo aparecer un arco iris a lo lejos, era tan nítido, que se distinguía a la perfección todo su abanico cromático.

El viento azotaba de frente a mi Ford Festiva del 90, obligándole a ir contra corriente, sin embargo, y aunque mi coche era pequeño y las ráfagas racheadas, potentes, mi vehículo tiraba como un auténtico bólido.

Hacía poco que Jake y yo le habíamos puesto el estéreo a mi forito, por eso no me había acordado de encenderlo antes. Cuando llevas un tiempo conduciendo un coche sin música ni sonido alguno, parece que te acabas acostumbrando un poco. Pero ahora ya tenía estéreo, así que lo encendí y puse la radio.

Mientras el hombre de las noticias hacía su trabajo, llegué al final de la carretera de La Push y salí a la de Forks. Las nubes volvieron a dar una tregua y la lluvia cesó, así que desactivé los limpiaparabrisas. El arco iris desapareció con ella y el horizonte volvió a quedar en blanco y negro. El locutor radiofónico empezó a dar una noticia que me llamó un poquito más la atención y subí el volumen.

- […] La población de Sequim se encuentra realmente conmocionada por esta desaparición, ya que la chica era muy conocida en el pueblo y ya van siendo dos las desapariciones en esta localidad. La joven Hilari Sheffer desapareció el pasado viernes después de regresar de una fiesta. Perros policiales de los equipos especiales de búsqueda han encontrado su rastro en el Parque Estatal de la Bahía de Sequim, sin embargo, esa búsqueda ha concluido sin éxito. La policía está investigando su entorno más…

Mi pie pisó el freno súbitamente y el coche se paró tan en seco, que casi me ahogo con el cinturón de seguridad, del tirón. Todavía aturdida por tener que salir disparada de mi concentrada escucha y con el susto en el cuerpo, vi cómo el mapache culpable de esa reacción terminó de cruzar la calzada a toda velocidad.

Cuando mi corazón volvió a latir a su ritmo normal, apagué el motor y lo arranqué de nuevo, ya que, del frenazo, se me había calado. Inicié la marcha y puse atención otra vez al locutor de radio.

Demasiado tarde.

- Dime, Mike, ¿crees que este año los Lakers volverán a conseguir ese precioso anillo una vez más?

- No sólo lo creo, Rob, sino que apuesto lo que quieras a que Kobe Bryant va a tener que montar una escuela para enseñar a unos cuantos profesionales de la NBA lo que es jugar de verdad.

- Bueno, está haciendo una temporada estupenda, Mike, pero no sé si eso que dices…

- Te lo aseguro, Rob.

- No sé, Mike.

- En serio, Rob.

Click. Y cambié a modo CD para poner algo de música.

JACOB Y NESSIE NUEVA ERA IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora