Capítulo 4

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Escuché sonar el despertador de Nare.  Así que me despertó su cantante favorito cantando hanananaaa nanananaaa good morning. No se como era capaz de despertarse de buen humor todos los días con aquella alarma... Era realmente insoportable...
-Vale, chicas no hagáis mucho ruido - Escuché decir a Yuri desde el pasillo.- Kira aún está dormida... Deberíamos hablar con ella sobre lo que le pasó ayer... Pero ahora tiene que descansar. No irá al colegio. ¿Quien se salta hoy el colé para quedarse a cuidarla? -Siguió. - Vale, te quedarás tú Nare, ¿os parece bien? Después, por la tarde la cuidará Audrey para que Nare pueda hacer los deberes, y si mañana sigue mal... Me quedaré yo. ¿Qué os parece?
-Sí, genial. -Dijo la voz de Audrey. Era la más pequeña del grupo por un día mientras que Nare era la mayor y Yuri y yo estábamos en el medio.
Pronto me volví a dormir, para despertar con la luz que se colaba a través de las pequeñas rendijas de mi persiana.
Salí de mi habitación. Nare estaba con su portátil rosa en cima de las rodillas, a su vez, ella, estaba en el sofá. Probablemente, leyendo Wattpad...
-Hola. -Dije para que se diera cuenta de mi presencia.
-Anda, ya se despertó. -Respondió separando un segundo la vista de la pantalla. -Oye... ¿Se puede saber quien es Aiden?
-¿¡Aiden?! A... ¿A qué viene eso?
-No parabas de pronunciar su nombre mientras dormías... ¿Con qué soñabas exactamente? -Dijo con una sonrisa ladina. De esas que solía poner cuando leía Hush Hush y Patch llamaba a Nora Ángel.
-Vale, él... No es nadie. Absolutamente nadie. -Dije dando un pequeño suspiro que no se por que liberaba en aquellos momentos.
-Me vas a decir quien es.
-No.
-Sí, lo harás.
-Que no.
-Al menos dime con que soñabas...
-Si te lo digo...
-Sí sí y sí, haré lo que me pidas, no preguntaré nada y juro no reírme.
-Crees... ¿Que crees que significa soñar que sales con alguien?
-La pequeña Kira se ha enamorado. -Dijo dando saltitos en el sofá,  mientras que su ordenador brincaba sin llegar a caer al suelo.
-¡Yo jamás he dicho eso! Además, ni soñé con Aiden.
-¿¡Qué?! ¿Entonces con quien?
-Dijiste que no preguntarías nada.
- ¿Y que esperas que haga?
-Pues que no preguntes nada.
-Vengaaaaaaaa por fi por fi por fiiiii. -Dijo poniendo pucheros. Aquella chica... Al final sabía que terminaría diciéndoselo... No se cansaba de preguntar y preguntar...
-Te lo diré... Pero no quiero ni una carcajada. Y tal vez lo conozcas...
-Sueltalo ya ¿quieres?
-Vale, vale... Es Kai.
-¿KAI? -Kai era el nombre del chico que hoy me había pedido un boli en el colegio... Y el que se sentaba detrás de mi. No se por que soñaba con él... Pero el caso ed que lo había hecho. Había soñado con Kai Green... Ya me dirás tú por que... A penas le conocía de hacia unas horas y no habíamos cruzado más de cinco palabras... Pero había algo en él... Algo...
-Ey!! Mundo llamando a Kira- Dijo Nare, meneando su mano delante de mi cara a la vez que interrumpía mis pensamientos.
-Mira...
-No, escúchame tú. No te puedes enamorar de Kai Green... Imagínate lo mal que me cae ese tío que preferiría que estuvieses con Aiden Montgomary.
-¿¿¿¡¡¡Le conoces???!!!
-claro, lo conoce todo el mundo.
-espera, espera, espera. Hablo de Aiden, ¿Cómo es que le conoces?
-Ah... Me suena su nombre... No se porque ni de que le conozco... Pero me suena.
-¿Cómo que te suena?
-Pues... Como que me suena... Oye, ¿tú no estabas mala? Ayer te desmayaste ¿lo recuerdas?
-¿Qué?
-Bien... Empecemos por ahí entonces... Ayer, cuando volvimos de coger nuestras cosas de clase te encontramos tirada en el suelo. Y no parabas de pronunciar el nombre de Aiden ni un segundo... Y ahora te despiertas y me dices que soñaste con otro... Realmente extraño no crees? Me parecería bien si hubieses soñado con, no se... Keith, Jonathan... Ese tipo de tíos... Pero me sueltas que todavía hay alguien peor que Aiden... Vas y me dices que soñaste con Kai... Entiendes mi confusión ¿verdad? Es que no se... Siempre te enamoraste de tíos tan normales, no de este tipo de idiotas que creen que tienen a todas las chicas en la palma de su mano.
-Kai no es así. -Grité de repente.- Ni siquiera le conoces...
-¿Acaso tú si? De verdad Kira, yo que tú me mantenía alejada de ambos...
-Voy a desallunar... Demasiados pensamientos, necesito energía. -Dije retirándome a la cocina. No entendía nada... Y, lo más raro, no me extrañaba haberme desmayado, ni haber soñado con un chico al que ni siquiera conocía. Lo más extraño de todo, era lo que sentía cuando pensaba en Aiden...
-Escucha, Nare. -Grité desde la cocían con la esperanza de que me escuchara desde la sala de estar.
-¡DIME! -Gritó ella de vuelta.
-Tengo que ir a hacer una cosa...
-¿Qué?
-Necesito mirar una cosa en la biblioteca... No se cuando volveré...
-¿Que dices?
-Es importante, es para... Para un examen.
-Bien, supongo que podrás ir ¿quieres que te acompañe?
-No tranquila...
-Bien, llámame cada 15 minutos, y si no lo haces, juro que iré a por ti, ¿Me escuchas Kira María?
-Eres tonta, Nare De La rosa... -En respuesta solo escuché una risa, me puse un chaqueta, cogí mis llaves y salí de la casa.
En realidad, no había pensado en ir a la biblioteca, quería dar una vuelta para despejar mi mente aunque al final... ¿Sabes esa expresión de "todos los caminos llevan a Roma"? Pues eso terminó pasando. Recordé que la bibliotecaria me había pedido que rellenase una hoja con mis datos para que me diesen un nuevo cartné, ya que el anterior lo había perdido.
Una vez entré en el edificio cogí la hoja que me dio la bibliotecaria y me senté en una de las sillas. Fue entonces cuando miré hacia mi derecha y ahogue un grito cuando vi la ya conocida cara de Aiden, aunque esta vez, unas gafas completaban su look, dándole un aspecto formal e inteligente. No se había fijado aún en mi, pero cuando separó su mirada del libro que tan entretenidamente estaba leyendo. Primero, rotó sus ojos, pero cuando se dio cuenta de quien era la persona que tan fijamente le miraba giró toda su cabeza para observarme mejor.
-Hola. -Susurró él.
-Hola.
-¿Qué haces aquí?
- Eso debería de preguntarte yo a ti
-Leer, ¿No es obvio? ¿Tú no estaba mala?
-Mis amigas exageraron... Solo fue un desmayo.
-Me cago en la puta...-Susurró aun más bajo de lo que ya estábamos hablando. -Escucha... ¿Puedes ayudarme con una cosa?
-Sí, dime.
-¿Te acuerdas de mi?
-¿qué?
-vale, nada.
-Ey, ahora tienes que decirme que pasa...
-No es nada... ¿Te has leído el libro de Ecnoc?
-¿Qué?
-¿Que si lo has leído?
-no. Nunca.
-Deberías, ven, vamos. -Tras decir aquello me agarró de la mano y tiro de mi. Páramos un momento en la mesa de la bibliotecaria. Cruzaron un par de palabras y cogió el libro.
Cuando salimos de allí, hizo que me detuviese justo delante de la puerta.
-Ten. -Dijo entregándome un libro al que le aproximaba unas 700 páginas. Su título estaba escrito en letras grandes de color rojo, y bajo estas había dos imágenes, una de un ángel y otra de un demonio. Entre ellas, dos alas negras las separaban, dándole un toque de misterio.
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FIN DEL CAPT. 4

Como matar a un ángel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora