Estaba sentada en una silla color verde, nada más típico para un hospital. Jorge estaba sentado a mi derecha, y Aiden había ido a comprar café a una máquina. Estaba completamente paralizada. Aquel era un escenario que mi mente había creado muchas veces, sin embargo, lo sentía como un sueño. Como si en algún momento fuera a abrir los ojos y me despertase en mi cama. Como si todo hubiese sido una terrible pesadilla.
Necesitaba entender que pasaba, pero por más que lo repitiese, mi cerebro no se daba por vencido. Un señor alto, de tez oscura, salió de la habitación de Charles. Negaba con la cabeza mientras mantenía su mirada fija en el suelo. Una lágrima resbaló por mis mejillas. Recordé las palabras de Jorge: "¿La siguiente vez que lo veas será en una caja de madera?". Otra lágrima. Me acordé de Charles, despertándome la madrugada de navidad para que fuésemos juntos a ver que espléndidos regalos le habían traído los reyes... Me decía: "Para el año que viene, pediré un huevo de dinosaurio". Recordé a mis tíos, por duro que fuese. Me imaginé su coche volcando, dando vueltas y vueltas hasta que ambos muriesen. Recordé las exactas palabras de mi madre: "Se quedarán ambos con nosotros un tiempo"... Eso dio comienzo a la mejor etapa de mi vida, y ni siquiera me había dado cuneta entonces. Recordé como Jorge me retaba a escalar a los árboles, y como claramente yo no lo hacía, se pasaba el resto del día llamándome gallina... ¿Por qué no existe nada que dure "para siempre"? El mundo es cruel. No me di cuenta y habían pasado ya 8 años desde la vez que vi a Jorge y a Charles con sus maletas delante de la puerta de mi casa. Eran como mis hermanos. Fueron mis hermanos. Necesitaba gritar, gritar lo que de verdad había pasado. Que dejaran de creer que todo había sido cosa de la vida, por que no lo era. A este mundo le da igual que nos matemos los unos a los otros, pero yo se que a mi hermano le han asesinado.
Kai ha asesinado a Charles.
Sabía lo que vendría a decirnos el doctor, así que rápidamente me levanté secándome las lágrimas con las mangas de mi chaqueta vaquera, cosa que no es muy eficaz... Fui hasta los servicios y abrí un grifo. Eché el agua congelada en mi rostro, mezclándola con mis saladas lágrimas. Dejé que se posasen en mis labios, adoraba como sabía el dolor. Sin darme cuenta, cada vez lloraba más.
Lloré los años que pasé con Jorge y Charles, porque jamás se reviviría un día igual.
Lloré las penas a las que tanta importancia les había dado, porque debería haberla reservado las lágrimasnpara momentos como este que de verdad las merecieran.
Lloré todos los "No, mejor iré otro día al hospital a verle" que de mi propia boca habían salido, porque sabía que todas mis escusas eran falsas.
Lloré por haberme sentido sola mientras estaba rodeada de gente.
Lloré todo.
Escuché la puerta abrirse, pero no le di importancia alguna hasta que levanté la cara para mirarme en el espejo y vi el reflejo de Kai detrás mío. Tarde unos segundos en reaccionar y girarme, pero cuando lo hice, no había absolutamente nada. Escuché una voz.
<<Juguemos un rato>>... -Nada más terminar de escuchar esas palabras, las luces se apagaron. Cuando se volvieron a encender ya no estaba en los baños cutres del hospital, estaba en una sala de color blanco, el único mueble que la adornaba era una mesa de metal, y encima un monitor de frecuencia cardíaca con un pitido estable. Cada dos segundos sonaba ese sonido característico suyo. Miré a mis alrededores, no había ni un alma.
<<¿Ves el monitor?>> -Dijo la inconfundible voz de Kai.
-¿Se supone que debo de responder en voz alta o solo lo pienso? -Dije vacilante.
<<Con que lo pienses me vale>>
-A sus órdenes. -Nótese mi sarcasmo. Intenté mantener la mente en blanco. Seguramente estaría en un tipo de alucinación. Debería empezar por despejar mis pensamientos, luego intenté hacer que mi yo en el mundo real moviese un dedo, como solía hacer con los sueños. Tenía que salir de allí.
<<No lo intentes, es inútil, dedícate a contestar o las cosas irán mal...>>
-Bien, si, veo el monitor. Necesito gafas, pero todavía no estoy rotundamente ciega. -Volví a contestar con un tono hiriente en la voz. Pero... ¿Cómo quieres que hable una persona herida?
<<Te muestra las pulsaciones de Charles>> -Cuando dijo esto último no pude evitar tensar todos los músculos de la boca. <<No le pasará nada si me dices donde está la bola de nieve>>
-¿La bola de nieve? -Empecé a recordar lo que había pasado hacía unos días, cuando alguien entró en nuestra casa y lo único que se llevó fue una...
<<Una bola de nieve, te lo puedo decir más alto, pero no más claro>> -Dijo gritando tan fuerte, que me caí al suelo mientras me llevaba las manos a la cabeza. De verdad dolía que hablasen tan alto dentro de tu cabeza.
-¡No se donde está! -Djie entre llantos. Toda la habitación parecía moverse.
<<¿¡CÓMO QUE NO SABES DONDE ESTÁ!?>> -Volvió a doler, cada vez que pronunciaba una sílaba dolía más, y pronto me desmayé.
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FIN DEL CAPT. 22 ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO!
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Como matar a un ángel.
RomanceCuando Kira, una chica de 19 años, comienza un nuevo curso en su instituto, conoce a dos chicos, a cada cual más intrigante... Pronto se dará cuenta de que no son personas como tú o como Kira... Un secreto enorme hará que la vida de Kira se vuelva d...
