Como matar a un ángel.

Capítulo 18

-¿Kira? -Dijo la voz de Yuri desde la cocina.

-Hola... -Contesté con un suspiro.

-¿Dónde pasaste la noche? Todas estuvimos preocupadas...

-Ah... En casa de un chaval. Se llama Derek...

-¿Y solo os dedicasteis a dormir?

-Rotundamente sí. De hecho, me dormí antes de llegar a su apartamento.

-¿Y es guapo ese tal Derek?

-Objetivamente debería decir que sí, pero...

-¿Pero?

-Es el hermano de Aiden... En su familia deben de estar todos cañón.

-Madre santa, deberías presentármelos... En mi vida, el único chico al que soy capaz de abrirle mi corazón es a ese que vende café y maicena en la tienda de abajo... -Dijo soltando un suspiro casi tan profundo como el que había soltado yo hacía a penas unos segundos.

-No seas tonta... 

-No, solo realista... Estoy preparando pastel... ¿Quieres unas pepitas de chocolate? No se porque, pero a pesar de haber dormido en la casa de un tío buenorro, tienes mala cara... Y el chocolate siempre alegra. ¿Te ha venido la regla?

-¡NO!

-Solo preguntaba...

-Bueno, es que... Tengo que ir a ver a Chase...

-No hace falta que digas más... Si es así, vete a prepararte, tienes que estar guapa... Y ve buscando una buena escusa que darle a ese crío, se la merece... -Asentí con la cabeza. Yuri era la única persona a la que se lo había contado. A pesar de aquellos pelos de loca y esa cara de brujibruja... Se que podía confiar en ella para todo. Fui a mi habitación. Me puse un vestido amarillo, una chaqueta vaquera y un bolso marrón y salí de casa. Fui a la estación de trenes. Sí, había dicho que iría a visitarlos, pero no que fuese un viaje corto... Me esperaban 2 horas sentada en un tren. Al menos, llevaba el móvil, así que podría ir escuchando música durante todo el viaje. Hecho lo dicho, saqué un ticket y me dirigí al andén 3, con destino a Daegu. Me senté en uno de los asientos pegados a la ventanilla y me puse los cascos. Dejé que la música me envolviese por completo, y no me di cuenta de la presencia de alguien a mi lado. Creo que aquel día ya había tenido bastante con la señora del autobús... ¿Qué me esperaba ahora?

-Hola, como te he visto pensé que sería buena idea que me sentara a tu lado... -Dijo la voz de Kai interrumpiendo uno de los altos de la canción.

-Hola... -Saludé sin ganas. Necesitaba estar sola en aquellos momentos y, lo único que conseguí fue con encontrarme con el chico más mono de mi clase, además de más caballeroso ¡, atento y formal. ¿Si me apetecía hablar con él? Claro... Pero en aquellos momentos... NO.

-Veo que no estas muy sorprendida de verme...

-No, no, para nada... -Volví a contestar con la esperanza de no haber herido los sentimientos del chico con aquel tono de sarcasmo.

-Dios, perdoname. Como fui tan estúpido... Debí de haber preguntado antes de sentarme. Mil disculpas. -Dijo poniéndose de pie para irse... Sin embargo, me había dado demasiada pena, y la parte humana que aún quedaba de mi salió y...

-No, siéntate, no molestas en absoluto... 

Y así, comenzó una conversación que duró todo el viaje. Adiós a mi música... Adiós a mi descanso... Adiós a dormir... Parece ser que, después de media hora, 30 minutos, 1800 segundos de mi valioso tiempo hablando, se dio cuenta de que quería volverme un armadillo (Porque son unos animales super dormilones, duermen 19 horas por día más o menos...).

-¿Has dormido esta noche o la cita que tuvimos no te dejó conciliar el sueño? -Sí, justamente fue la cita que tuvimos la que me dejó sin dormir, nótese mi sarcasmo. -Ten, descansa un poco. -Dijo tendiéndome una de esas almohadas que la gente lleva en los viajes. La acepté encantada, y segundos después, me quedé completamente dormida...

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FIN DEL CAPT. 18! GRACIAS POR LEER!

Por cierto... Ya se, no me digáis nada... Soy super nocturna... Es que cuando es tarde, a mi cerebro le da por encenderse o algo... Bueno, no se. Nos vemos en el siguiente capítulo!